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dilluns, 10 de maig del 2021

'Las gratitudes / Les gratituds' - Delphine De Vigan

                                       

Tras Las lealtades (Anagrama/Edicions 62, 2019) llega otro sentimiento por parte de Delphine De Vigan (Boulogne-Billancourt, 1966), en este caso hablamos de la gratitud, bajo el título de Las gratitudes.

Michèle Seld es una anciana soltera y sin hijos que acaba de ingresar en un geriátrico, una incipiente afasia le hace perder progresivamente la capacidad de expresarse. Casualmente a ella, ironías del destino, que en épocas gloriosas trabajó como correctora en un periódico revisando artículos para encontrar en ellos erratas, incorrecciones sintácticas, problemas de concordancia o repeticiones. Que vida más cruel.

Recibe la visita de Marie, primero vecina después amiga. Cuando la madre de Marie se ausentaba de su piso, Marie visitaba a Michka, así quiere Michèle que le llamen sus amigos. Allí nació una amistad que duró hasta el día de hoy. También la señora Danville, la conserje del edificio donde ambas vivían visita a la anciana y le lleva bombones.

Un tercer actor hace acto de presencia en la habitación de MichkaJerôme, el logopeda que intenta con toda su profesionalidad conseguir que las palabras perdidas vuelvan a Michka.

Pero esta no está por la labor. Su único deseo es encontrar a Nicole y Henri, el matrimonio que cuando ella era niña la acogieron en su casa, en La Ferté-sous-Jouarre cuando huía por su condición de judía lejos del ejército alemán. Poniendo su propia vida en peligro. Tan solo quiere darles las gracias. Unas gracias de verdad. Sentidas. De corazón. Por todo aquello que hicieron por ella entre 1942 y 1945.

Marie quiere darle las gracias a Michka por todo lo que hizo por ella cuando su madre estaba ausente, por cuidarla y quererla como a una hija.

Jerôme debería hablar con su padre. Hace años que no sabe de él. Pero cuesta.

De Vigan muestra en Las gratitudes, al contrario de lo que mostró en su anterior novela, Las lealtades, cómo expresar aquello que sentimos con palabras y no solo con gestos. Mejor decir te quiero desde el fondo de nuestro corazón que dar un beso vació y carente de cariño para demostrar nuestro amor.

Con un estilo tan austero como el que mostró en Las lealtades, pero más emotiva que aquella, esta no está escrita con tanta frialdad como aquella donde parecía que cada una de las frases de la autora fueran cortantes y afilados cuchillos, De Vigan en un ejercicio de estilo muestra como si de una obra de teatro se tratara, tan solo encontramos un único escenario donde los protagonistas aparecen, y es la habitación del geriátrico, los últimos instantes en la vida de Michka.

Además el recurso narrativo de las dos voces, la de Marie y la de Jerôme dotan de una fuerza teatral al relato. Vemos aparecer a cada uno de ellos sin llegar a coincidir por cada lado del escenario, no tanto como un vodevil, sino más como una charla entre dos personas que no comparten lugar pero sí momento. También podríamos usar el recurso de ambos actores en escena y un foco sobre ellos en el momento de narrar su versión de los hechos. Pero esto lo dejo para el director de escena, no quiero hacer su trabajo.

De Vigan se adentra en los sentimientos íntimos de tres personas que tuvieron un duro pasado, todas ellas diferentes pero con un nexo común, el estar agradecidos a alguien por los actos realizados sin pedir nada a cambio.

Parte del mérito de la genialidad de la obra reside en la traducción. Esas palabras que Michka confunde en un principio y que inventa después en su traducción al español consiguen dotar al texto de una realidad extraordinaria.

Las gratitudes cuenta más allá de una amistad, habla del poder de la palabra en estado puro, del bien que puede hacernos expresar todo aquello que sentimos, pero también aborda el paso irremediable del tiempo, el deterioro del ser humano, la crueldad que representa el nacer, instante este en el que empezamos a morir. De Vigan sabe de lo que habla. Su tía Monique que cuidó de ella y de su hermana cuando ambas eran niñas mientras su madre se encontraba interna en sanatorios mentales murió a los 99 años en una residencia perdiendo el lenguaje y siendo completamente dependiente le sirvió para dar forma no solo a Michka sino a Marie que bien podría resultar el alter ego de De Vigan en la novela.

Las gratitudes resulta una más que notable novela que debería removernos interiormente tras su lectura, anotando tras ella todas aquellas personas que nos ayudaron en la vida y nos hicieron ser lo que somos. Padres. Tíos. Hermanos. Amigos. Y darles las gracias por todos esos momentos compartidos desinteresadamente.

Mientras esperamos con los brazos abiertos la edición española de Los niños son reyes, la última novela escrita por la autora francesa, degustaremos esta pequeña exquisitez literaria, llena de sentimiento, realidad, buenas acciones, recuerdos, frustraciones y palabras.

SALVA G.


Título: Las gratitudes / Les gratituds

Autor: Delphine De Vigan

Traudctor: Pablo Martín Sánchez / Jordi Martin Lloret

Editorial: Anagrama / Edicions 62

Edición: 1ª edición, febrero de 2021

Número de páginas: 173 pp. / 160 pp

I.S.B.N. 978-84-339-8083-0 / 978-84-29779-17-2

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