No me había divertido tanto leyendo un libro desde hace mucho, mucho tiempo. Demasiado, diría yo. Claro que la coyuntura mundial no está como para reírse, al contrario, está para llorar, así que un libro como este, resulta mejor que una sesión de sicólogo o que un enorme pastel de chocolate, ya sea éste del Escribà o de La Pastisseria Barcelona, incluso yendo más allá, resulta mejor que un buen revolcón.
Sí, Chris Colfer (Clovis, California, 1990), conocido mundialmente por su papel de Kurt Hummel en la serie Glee desde 2009, demuestra no solo su habilidad para una escritura rápida, divertida, sin pretensiones más allá de hacernos pasar un buen rato, sino que consigue mantenernos atentos a todo aquello que cuenta y por supuesto, cómo lo cuenta.
Carson Phillips no es nadie en su instituto. La gente le odia. Aunque en su defensa, él odia a la gente. Vive con su madre. Una mujer deprimida desde que el cretino de su marido le abandonó. Su vida pasa en un pueblucho perdido, Clover, entre Ningúnsitio y la Nada. Pero tiene un sueño. Que se convierte en su objetivo primordial: acabar el instituto y entrar en la Universidad de Northwestern para convertirse en un periodista prestigioso. Algún día espera ser el periodista más joven en publicar un artículo en The New York Times, Los Angeles Times, el Chicago Tribune y el Boston Globe. Ahí es nada.
Pero debe hacer algo. Nada es fácil.
Su consejera en el instituto le advierte que o bien hace algo que pueda sorprender de verdad a los de admisiones de la universidad o nunca podrá acceder a ella.
¿La solución? Crear una revista literaria. Tarea harto difícil en un colegio que lo único que se lee es la caja de cereales por las mañanas.
Pero sin quererlo ni beberlo, la suerte le sonríe. El mismísimo demonio, plantado en su hombro le ayuda. Fácil. Hacerles chantaje a los estudiantes para que participen con sus textos en la revista.
Así, por una cantidad infinita de carambolas, consigue que todos y cada uno de los estudiantes escriba su texto personal para configurar la revista.
Sí, a Carson Phillips se le quiere. Por lo que hace. Pero sí, también se le odia. Por cómo lo hace. Chantajear a sus compañeros no es algo que esté bien visto, pero al final la vida pondrá las cosas en su sitio.
Carson es déspota. Borde. Estúpido. Vanidoso. Incluso en momentos snob, en todo el sentido real del término. Pero lo amamos. Tal vez todos tengamos algo de Carson en nuestro interior.
A modo de diario personal, conocemos los pormenores que suceden en la vida de Carson, desde el momento en que decide qué hacer con su vida, a la edad de ocho años y tras la pregunta de qué quiere ser de mayor, contesta: director del New Yorker, hasta el momento final de su éxito, cuando por fin la revista tiene forma física.
Chris Colfer retrata a la perfección los temores, las ansias, las peleas, las penas, los secretos y el peor momento de la vida de una persona: la adolescencia, de una forma terriblemente verídica, se diría que Carson es Chris pero sería muy osado por nuestra parte, Carson es un perdedor nato, Chris es un ganador de nacimiento.
Por supuesto no hemos desvelado el final en nuestra reseña, eso es un pequeño golpe de efecto genial, otro de tantos que recorren la novela, y que no pensamos contar, deberéis descubrirlo vosotros mismos, si es que las risas os dejan ver las páginas.
Ácida y dulce a partes iguales, “Fulminado por un rayo” merece nuestra atención. No solo por el hecho de poder decir que leíste el libro antes de ver la película, sino por el hecho de poder recomendar su lectura a vuestros amigos y poder luego echaros unas risas que en los tiempos que corren son más que necesarias.
SALVA G.
Título: Fulminado por un rayo
Autor: Chris Colfer
Traducción: Mónica Faerna
Edición: 1ª edición, septiembre de 2013 (OJO, no subirla hasta octubre)
Editorial: roca editorial
Número de páginas: 205 pp.
I.S.B.N (no tiene, es edición no venal)
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