La historia transcurre dentro de las cuatro paredes del domicilio donde la protagonista residía con su familia, formada por la figura de un padre autoritario junto a su segunda esposa, el hermano mayor y la servicial criada del hogar. Helen Keller es una niña de siete años que perdió la vista y el oído a sus diecinueve meses de vida a causa de una enfermedad. Esta pérdida visual y auditiva le produce una desconexión comunicativa con su familia y el resto del mundo.
Tan cerca y a la vez tan lejos es la forma en la que se siente Helen Keler de su familia y viceversa. El lenguaje es lo que a la protagonista le falta para poder comunicarse con los demás y expresar sus emociones y pensamientos ¿Pero cómo hacerlo si la niña no ha adquirido ningún lenguaje a causa de su diversidad funcional? La familia, después de recurrir a muchos médicos y profesionales, acude a Anne Sullivan; joven que recientemente ha terminado sus estudios como maestra y que se encuentra dispuesta a dejarlo todo para ayudar a la niña. Lo que no saben en casa de los Keller es qué, la maestra que está a punto de llegar, también ha sido ciega. ¿Podría ayudar una ciega a otra ciega?
Entre el buen nivel de la obra, me gustaría destacar el brillante papel de la señorita Sullivan, personaje que permite conectar con el público, no solo por su función sino por la carga emocional que transmite desde el inicio hasta el final de la actuación. Se puede intuir el pasado que ha vivido y es por ello que permite empatizar con su papel. Profundizar en la vida personal que arrastra en su mochila, consigue emocionar al espectador y engancharte a la obra.
Rosa Mosqueta
Idioma:
Catalán
Duración:
80 minutos
Dirección:
Empar López
Reparto:
Mar Ferrer
Míriam Escurriola
Jep Barceló
Andrea Portella
Rosa Serra
Carles Garcia
Màrius Hernández
Tai Fati
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