1980. Menudo año.
Para un amante del Metal en todas sus vertientes, 1980 resultó ser un año mágico. Las hoy en día bandas clásicas editaron aquel año sus mejores obras, como AC/DC, Saxon o Judas Priest y las que se daban a conocer, como Def Leppard, Iron Maiden u Ozzy Osbourne (en solitario, of course) sus primeros discos, pero también bandas como Girl, Black Sabbath (con el pequeño gran Dio a la voz cantante) o Joan Jett editaban excelentes obras.
Sí, solo por eso me tiré de cabeza a este 1980 de Juan Vilá (Madrid, 1972), si el anterior libro que pasó por mis manos fue por mi amor a Londres (la culpa de ello, leyendo atentamente los nombres anteriormente citados en el primer párrafo de esta reseña, está clara quién la tuvo) no podía dejar escapar un libro que como título tenía el mejor año del metal en la historia del género.
Y la verdad, no me equivoqué un ápice, mi instinto sigue estando intacto aun con el paso de los años. Es más, se podría decir que 1980 hace honor a ese año y resulta crudo, duro, directo, furioso, lleno de sombras...como el buen Heavy Metal y todas sus variantes.
Vilá relata en 1980 un historia intensa, la de su propia familia. Una familia como todas: disfuncional. O sea, de lo más normal.
1980, el año, no el libro, marca el instante exacto en la que el protagonista, un niño de siete años, conoce a su padrastro, un señor de Barcelona de 62 años, 25 más que su madre, viuda desde hace cuatro de su padre biológico primero y de su amante después.
El protagonista de la novela, el niño, cobarde en su infancia, furioso en su plenitud, cuenta todos aquellos momentos en la vida de su familia que le parecieron trascendentes, desde ese día en que conoció a un señor que acabó quedándose en su casa a vivir, un burgués catalán, de derechas, hasta las horas que pasó junto a la ogresa de su abuela, cuando cuenta con la edad que tenían sus padres en aquel lejano 1980.
Vilá golpea duro con sus recuerdos, ofrece un ajuste de cuentas con su pasado, reflexiona sobre la familia, la importancia de ella y los sentimientos muchas veces sobrevalorados que se hacen de ella. Pero también, con mucha dulzura recuerda momentos puntuales de su infancia. O sea, con una mano golpea con la otra acaricia.
Y es posible que esa dualidad sea el punto más álgido de la novela, el querer y a la vez poder, el no dejarse amedrentar por nada, el explicar desde un punto de vista muy personal su vida, intentando colocar en una balanza todo aquello que le hizo ser lo que es.
Furia y ternura. Al igual, nuevamente, que esas grandes bandas de Metal que entre sus poderosos riffs, colaban bellas melodías en forma de baladas.
1980, el libro, es puro odio, pero a la postre acaba convirtiendo esa ira en verdadero amor. La última novela de Juan Vilá es diferente, valiente, una sacudida dentro del confort, una patada al conformismo, un ajuste de cuentas, en definitiva, una excelente novela que sabe a poco pero que deja un potente (re)sentimiento hacia nuestras familias (todos tenemos una familia normal) dentro de nuestros cuerpos.
SALVA G.
Título: 1980
Autor: Juan Vilá
Editorial: Anagrama
Edición: 1ª edición, octubre de 2020
Número de páginas: 167 pp.
I.S.B.N. 978-84-339-9902-3
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