Vardø es una pequeña y fría isla de pescadores en el noroeste de Noruega. El 24 de diciembre de 1617 los hombres del pueblo están pescando en alta mar. 10 barcos. 40 hombres. Una terrible tormenta se desata. Nueve días después de que el cielo caiga sobre la tierra los hombres regresan a ella. Pero no lo hacen en barco. Es el mar quien uno a uno los arrastra hasta la orilla en la calita negra. Sin ellos, viudas y/o huérfanas, pero todas ellas solas, luchan por salir adelante en un mundo sin hombres. De un patriarcado absoluto pasan a un matriarcado obligado. Deben tomar la decisión de salir a pescar si quieren sobrevivir. Cuatro meses después de la tragedia arriba al pueblo desde Varanger el pastor Nils Kurtsson. Este no les ofrece palabras de confort. Sus sermones son fríos y apáticos. En cuanto pronuncia el último amén del sermón sale disparado a sus aposentos.
Esto vendría a ser el primer capítulo del libro: La tormenta
Dieciocho meses después del terrible suceso llega al pueblo Absalom Cornet un escocés experto en la caza de brujas (esto último literal no figurativamente, no tiene nada que ver con la que inició el senador Joseph McCarthy) junto a su joven esposa Ursa. Con su llegada empiezan los chismorreos, las idas y las venidas, los temores, el querer saber, el esconder y el juego a dos bandas. Ursa, la mujer del comisario Cornet se posiciona del lado de las mujeres de Vardø, debido en parte a que no tolera los actos de su marido, y en parte, su unión fue forzada por el padre de esta al no poder hacerse cargo de ella y su enferma hermana tras la muerte de su mujer y la pérdida de casi todo su dinero.
Esto vendría a ser el segundo capítulo del libro: La llegada
En el último de ellos, titulado La caza, poco a poco, el comisario va deteniendo a las mujeres por brujas. ¿Qué debe hacer una mujer para ser considerada bruja? Pues muy poco o en realidad casi nada: estar en desacuerdo con tus vecinos, usar hierbas medicinales, no ser cristiana, bordar en el Sabbat, usar un lenguaje que no se considera femenino o incluso vestir de forma excéntrica. O como les pasó a las mujeres de Vardø: invocar al viento para crear una tormenta y matar a sus maridos.
La misma ley estaba en su contra. El rey Cristián IV escribió un decreto sobre brujería en Dinamarca y Noruega en 1617.
Efectivamente, tenían las de perder.
Kiran Millwood Hargrave (Londres, 1990) se vale de una historia real para ficcionar una relato donde las mujeres son las absolutas protagonistas. Aunque hay muchas en la novela destacaremos a Marten, que pierde a su padre, a su hermano y a su prometido, y a Ursa, la joven mujer de ciudad que en un tiempo fue adinerada y que acaba en un pueblo costero de mala muerte siguiendo a su cruel marido, y la amistad que nace entre ellas, llegando incluso al amor.
La autora consigue con su prosa pausada llevarnos a ese pueblo donde a simple vista nunca pasa nada pero donde en realidad pasa de todo detrás de cada una de las puertas de las casas del mismo.
Vardø, la novela, es inquietante, casi tanto como el pueblo tras la llegada del comisario. Oscuro, como los días de invierno en él. Pero también un canto a la amistad, a la fuerza de un pueblo abatido por la desgracia, a la lucha constante contra todo tipo de elementos externos. Sí, Vardø bien podría ser un canto desesperado a la vida detrás de tanta muerte.
SALVA G.
Título: l Vardø.La isla de las mujeres. de Kiran Milwood Hargrave
Autor: Kiran Milwood Hargrave
Traducción: Aitana Vega Casiano
Editorial: Ático de los libros
Edición: 1ª edición, septiembre de 2020
Número de páginas: 340 pp.
I.S.B.N. 978-84-17443-61-1
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