No creo que a estas alturas de la película Neil Gaiman (Portchester, 1960) necesite presentación alguna. Lo último que sabíamos de él venía de la mano de una serie, Good omens, basada en su novela de mismo título editada hace ahora 30 años y primera en su prolífica y exitosa carrera.
Coraline, Stardust, Los hijos de Anansi y por descontado American Gods son novelas del autor de sobras conocidas, esta última también tuvo su correspondiente serie televisiva hace ahora tres años. Pero también Criaturas de la noche, Los Eternos, 1602 y sobretodo The Sandman, la obra cumbre de Gaiman en cuanto a novela ilustrada se refiere. Personalmente destaco también La última tentación de Alice Cooper, una novela gráfica conceptual creada a cuatro manos junto a Vincent Furnier, conocido mundialmente como Alice Cooper para un disco de este último, llamado: The last temptation y editado en 1994.
Ahora nos llega su nuevo libro, esta pequeña delicia junto al ilustrador Chris Riddell (Cape Town, 1962) con quien ya había trabajo en dos ocasiones anteriores (quizá La joven durmiente y el huso, 2016 sea su obra conjunta más conocida), un libro cuyo título El arte importa, se torna e un pequeño manifiesto por parte del autor.
A partir de alguna de sus conferencias y artículos esta genialidad nos descubre la visión de Gaiman con respecto al arte y al artista. En él cuenta la importancia de leer, para, primero, poder pensar por nosotros mismos, y así poder crear después. Y para ello lo primero que debemos hacer es defender a ultranza las bibliotecas y sus trabajadores.
El arte importa reúne en un único, cuidado, mimado, delicioso y genial volumen cuatro de las obras de Gaiman: Credo; Haced buen arte; Cómo montar una silla y Por qué nuestro futuro depende de las bibliotecas, de la lectura y de soñar despiertos.
En el primero de ellos nos revela lo importante que es tener una libertad de expresión absoluta, y fue escrito tras los atentado de Charlie Hebdo.
En el segundo, Haced buen arte, no es más que su discurso de 2012 para los recién graduados de la University of the Arts de Philadelphia.
En el tercero explica de forma poética cómo montar una silla, el sencillo placer de hacer algo tú mismo.
Y en el cuarto y último, de nombre inacabable, defiende la necesidad de las bibliotecas, de la lectura, obviamente, y de soñar despiertos. Cuenta su experiencia personal en las bibliotecas cuando era un niño de ocho años. Y hace un llamamiento a todo el mundo para que lea por placer, la única forma de disfrutar de la lectura, que nos libera, tanto de pensamiento como físicamente ya que nos transporta a otros mundos. Y de esto Gaiman sabe y mucho.
Hasta ahora hemos alabado los escritos de Gaiman, pero las ilustraciones de Riddell se convierten en la guinda del pastel.
Sus escuetos pero vivos dibujos, realizados con los mínimos trazos indispensables, cobran vida en cada una de las páginas y demuestran que una pequeña imagen puede valer más que mil palabras.
El arte importa porque la imaginación puede cambiar el mundo es un estimulante libro sobre la importancia de la libertad, de las ideas, de la imaginación y que para hacer frente a los problemas debemos crear.
SALVA G.
Título: El arte importa
Autor: Neil Gaiman
Ilustrado por: Chris Riddell
Traducción: Montserrat Meneses Vilar
Editorial: Ediciones Destino
Edición: 1ª edición, abril de 2020
Número de páginas: 112 PP.
I.S.B.N. 978-84-233-5724-6
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