La Ilíada es una conocida epopeya griega atribuida a Homero, el aedo más famoso de cuantos existió en la Antigua Grecia y narra los acontecimientos ocurridos durante 51 días en el décimo y último año de la guerra de Troya. Junto a la Odisea, resultan las dos composiciones más importantes en la literatura de la Antigua Grecia. Pero ambas estaban narradas desde el punto de vista de un hombre. Aquiles para la primera, Odiseo para la segunda. En ninguna de las dos, Helena, la desencadenante de la famosa guerra, había tenido tanto protagonismo como en esta nueva obra de Loreta Minutilli (Bari, 1995) con un título tan explícito como reivindicativo: Helena de Esparta. Ella es quien se encarga de contar los hechos.
Hechos estos que como bien dice el refrán: al César, lo que es del César, nunca mejor dicho en este caso, debemos advertir que ya fueron contados por Francesca Petrizzo (Empoli, 1990) en su primera novela, Memorias de una zorra.
Con esta pequeña introducción solo queremos advertir que Helena de Esparta primero, Helena de Troya después, ya le habían dado voz para contar su propia historia por mucho que en la contra de esta nueva obra sobre sus andanzas se admita que: nadie le ha pedido nunca que cuente su versión de la historia.
Pero eso no quita para que esta nueva obra de Minutilli tenga no solo voz propia si no identidad propia. Casualmente esta también es su primera novela, al igual que lo fue la de Petrizzo. Y por supuesto ambas son italianas.
Helena es hija de los reyes de Esparta. Su belleza es como una maldición. A los doce años es raptada por Teseo, rey de Atenas e hijo de Etra y Egeo, que acaba violándola. Es obligada a casarse con Menelao, hermano de Agamenón por motivos políticos. Lo que se conoce como un matrimonio de conveniencia, aunque solo sea para una de as partes implicadas, en este caso Menelao. Helena ya había tenido sus amoríos. Aquiles y Diomedes entre ellos. Cuando una delegación troyana pasa por Esparta uno de los hijos del rey Príamo, el joven Paris, se queda prendado de Helena. Es ofrecida por los dioses a Paris, que marcha con ella a Troya. Allí vivirán una vida feliz pero corta. Paris se desentiende de ella y empieza a cortejar a las cortesanas. Helena se refugia en Héctor, el hermano de Paris. Y traba verdadera amistad con Casandra, hija de Príamo y Hécuba. Las tropas aqueas deciden comandadas por Menelao conquistar Troya y salvar a Helena. Para ello les regalan un enorme caballo dentro del cual varios soldados griegos saldrán de su panza y abrirán las puertas de la fortaleza troyana para que sus ejércitos arrasen sin piedad alguna a las tropas troyanas.
Más o menos esta es la historia que cuenta Helena, pero siempre en primera persona y lógicamente desde su punto de vista personal.
Sobre la calidad de la obra, comentar que resulta notable. En ningún momento esta se hace pesada o aburrida, y el interés no decae en ninguna de sus páginas. Tenemos pocos diálogos, en parte por estar contada como si de unas pequeñas memorias se tratase, y en parte debido a que resulta casi un solilóquio de Helena. Bien podrían ser sus propios pensamientos puestos negro sobre blanco.
Minutilli no es la primera, eso ya lo hemos dicho, pero sí que puede ser la abanderada de una Helena no tan culpable, dueña de sus actos y conocedora de sus resultados. Es la misma Helena quien decide huir con Paris y quien posteriormente decide volver con Menelao a Esparta para así poder contar su propia historia. Y por descontado es ella quién en primera instancia decide contraer matrimonio con Menelao tras descartar a varios pretendientes. En esta época de empoderamiento de la mujer está muy bien que alguien vuelva de nuevo a dotar de fuerza a Helena.
Cuanto menos curioso, a la par que educativo. Es auténtica historia griega.
SALVA G.
Título: Helena de Esparta
Autor: Loreta Minutilli
Traducción: Ramón Buenaventura
Editorial: Alianza editorial
Edición: 1ª edición, marzo de 2020
Número de páginas: 183 pp.
I.S.B.N. 978-84-9181-877-9
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