La inquietud de la noche, la primera novela de Marieke Lucas Jijneveld (Nieuwendijk, Holanda, 1991) no solo viene precedida por el éxito que obtuvo su anterior obra, un poemario titulado Kalfsvlies editado en 2015, el cual comparte alguna que otra de sus frases con esta novela (ambas se escribieron en paralelo), si no que además, le precede el éxito cosechado con la obtención del International Booker Price de este año 2020 (el premio se entregó hace unas semanas tras su aplazamiento en abril por los problemas que todo el mundo tiene en mente), así que el listón de las expectativas era muy alto.
Y tras su lectura ¿las cumple?
Jas es una niña que está en ese momento incierto entre la infancia y la adolescencia, ese momento en que uno descubre no solo todo lo que le rodea, si no que también empieza a descubrir tanto su cuerpo exterior, como su yo interior. Justo en ese instante pierde a su hermano mayor mientras este patina sobre un río helado, intentando llegar a la otra orilla, literal y figurativamente. Hacerlo es para ellos como huir de su opresor pueblo. Nadie sabe que en el último momento y cuando Matthies se aleja de la casa dejando a Jas en el portal saludando con la mano, sus últimos pensamientos son pidiéndole a Dios: llévate a mi hermano en lugar de a mi conejo.
Sus deseos se convierten en realidad. A la mañana siguiente de la partida de Matthies a patinar sobre hielo, el cuerpo del joven hermano aparece en las aguas heladas. A sus diez años una fuerte culpa recae sobre sus hombros junto con el duelo por la pérdida de un ser querido.
Jas comienza así una caída a sus propios infiernos donde quiere arrastrar con ella a su hermana pequeña Hanna y su hermano mayor Obbe. Invoca a su hermano muerto en extraños rituales, se pierde en compulsivos juegos eróticos, se desahoga torturando animales en la granja donde reside su familia y fantasea con Dios “y el otro lado” en una búsqueda de sí misma y de alguien que la rescate, favorablemente un hombre mayor, apuesto y rico que la saque de ese pozo en el que se encuentra.
Cuenta Rijneveld que las ganas de escribir le llegaron tras leer la primera novela de Harry Potter de la superventas J.K. Rowling pero que comenzó a hacerlo tras descubrir a Jan Wolkers, autor holandés, como ella, que cuenta en su haber entre otros muchos libros Delicias turcas, obra que un joven Paul Verhoeven llevó al cine junto a su actor fetiche, el malogrado Rutger Hauer.
¿Encontramos trazos de alguno de estos autores en su obra? Probablemente, pero lo que sí está claro es que vemos destellos parecidos a la obra de Haneke o los hermanos Dardenne en sus películas, tales como, frialdad e inquietud en todos los actos que ocurren en el libro, un terror que se apodera de nosotros mientras dura la lectura del mismo, esa capacidad de mantener nuestra mente en ebullición con cada uno de sus capítulos al recurrir a partes de la Biblia en todo momento, pero también por la oscuridad con la que toda la novela está rodeada. Incesto, bestialismo, prácticas sadomasoquistas, sexo violento, tortura y violaciones aparecen el la novela como si estuviéramos hablando del tiempo que tendremos el fin de semana.
La inquietud de la noche es una historia personal de duelo, muy personal en verdad, su autora perdió a su hermano cuando era pequeña (¿tintes biográficos? No más allá de ese dato) y la propia elección de Jas en cuándo, cómo y dónde superarlo, narrada con infinita (demasiada) crudeza. Representa el punto exacto en que nos damos cuenta de que esta vida no es lo que nos habían prometido, que la muerte acecha en cada rincón y que cada uno de nosotros tenemos nuestra propia defensa cuando nos toca de cerca.
La inquietud de la noche resulta un libro incómodo, que poco a poco se nos mete dentro y nos produce escalofríos de terror real, tanto por los hechos narrados como por la forma en que Rijneveld y su prosa nos los presentan, siempre es placer leer una primera novela, por todo lo que ello conlleva, pero en este caso, debido a su calidad, el placer fue doble.
Aunque ciertamente no sé si es de buen cristiano disfrutar con las barbaridades que la autora relata en boca de su protagonista.
Baste tan solo un último apunte: ni el padre ni los hermanos de la autora leyeron el libro y la madre dejó de hablarle tras su lectura, tener unos padres tan católicos puede ocasionar problemas de comprensión a la hora de adentrase en una novela que tiene tantos nexos de unión entre la protagonista y la autora.
SALVA G.
Título: La inquietud de la noche
Autor: Marieke Lucas Rijneveld
Traducción: Maria Rossich Andreu
Editorial: Temas de hoy
Edición: 1ª edición, abril de 2020
Número de páginas: 285 pp.
I.S.B.N. 978-84-9998-799-6
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