La niña que no podía recordar, la nueva novela de Clara Tahoces, nos ha encantado. Más que eso, nos parece excelente. Aunque eso sí, su primera parte, como le pasaba a Lunar Park, obra del enfant terrible Bret Easton Ellis, brilla más que la segunda. Claro que si la primera deslumbra, es difícil que la segunda lo siga haciendo hasta el final, pero eso sí, mantiene nuestra atención viva.
Sandra tiene seis años. Estamos en diciembre de 1971. Sus padres se muestran cordiales con sus relaciones. Pero una noche les oye gritar en el salón. Baja con sigilo las escaleras desde su habitación hasta pararse frente a la puerta de la sala que aquel día estaba cerrada. Y allí, llevada por la curiosidad, acercó uno de su vista al ojo de la cerradura para contemplar el horror tras la puerta.
Pablo Cañadas llega a las obras de excavación de los túneles de la M-30 en Madrid un caluroso mes de julio de 2006. Esa misma mañana Juan García, peón en la obra, encuentra una pulsera en una de las zanjas abiertas. Cuando su jefe le pilla descansando en una caseta de la obra, de los nervios se le cae la pulsera al suelo, algo que no pasa inadvertido para Pablo, que rápidamente y tras unas preguntas entiende que el peón la encontró en la obra. Pillado con una falta tan grave Juan sale corriendo de la caseta con la mala fortuna que una excavadora que circula por allí acaba con su vida. Tras el incidente y la consiguiente retirada del cuerpo de Juan García de la obra, Pablo repara en la pulsera aún en el suelo. Sin dudarlo se hace con ella.
Con estas dos premisas, Tahoces nos lleva del Madrid de 1971 al Madrid de 2006 con una velocidad digna de un AVE, manteniéndonos pegados a la novela durante las cien primeras páginas. Esa dualidad temporal con las dos historias, tan diferenciadas entre sí, crea en nuestra mente un foco de atención difícil de apagar.
Pero cuando tras esas primeras páginas la acción pasa en su totalidad a enero de 2010 y focaliza toda la historia en ese periodo hasta su final con una Sandra que cuenta con cuarenta y cinco años my adre de una niña de diez llamada Daniela, la acción ya no resulta tan trepidante, ni nuestra atención tan estimulada.
Sí es cierto que lo ocurrido tras el ojo de la cerradura sigue manteniendo su misterio durante toda la novela, y el hecho de que Sandra dejara la casa de sus padres por esa época y fuera a vivir con sus abuelos maternos no es buena señal para pensar que lo que ocurrió tras la puerta fuera un hecho feliz, pero sinceramente la velocidad con la que Tahoces nos mueve de 1971 a 2006 resulta como aquella atracción de feria de nombre El Látigo que una y otra vez nos embestía hasta que llegaba a su fin.
Por suerte para nosotros, lo que en un principio resulta ser una auténtica novela de acción/thriller, se torna tras esas primeras cien páginas en una auténtica novela de misterio, un misterio que la protagonista (no sabríamos asegurar si ella es Sandra, Daniela o ambas) debe resolver: recordar qué vio aquel día de diciembre.
Por supuesto la misteriosa y luctuosa cadena, es otro de los misterios para resolver durante su lectura, planteando hasta que punto un objeto puede atraer la mala suerte. El reguero de muertes que deja a su paso no resulta nada halagüeño.
En su conjunto La niña que no podía recordar como dijimos al inicio de esta reseña nos encantó, hemos disfrutado de ella desde su inicio y hasta su final, se nota que Tahoces sabe de lo que habla, la escritora está especializada en misterio y enigmas, y actualmente es redactora y reportera del programa de televisión Cuarto Milenio que dirige Iker Jiménez el periodista más misterioso de nuestro país.
Por cierto, antes de acabar, comentar que La niña que no podía recordar tiene un parecido más con la obra de Bret Easton Ellis: un vivo habla con el más allá. Ellis lo hacía con su padre que se le presentaba en forma de fantasma y Danielalo hace con su abuelo en coma.
Sin duda una de las novelas que tendrá un puesto seguro en nuestro Top ten del año.
SALVA G.
Título: La niña que no podía recordar
Autor: Clara Tahoces
Editorial: Ediciones Luciérnaga
Edición: 1ª edición, octubre de 2016
Número de páginas: 299 pp.
I.S.B.N.978-84-16694-26-6
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