Está claro que Nicotina, la nueva obra de Gregor Hens (Colonia, 1965) no es un libro de autoayuda para dejar el mal hábito de fumar, primero, por su posición en los estantes de las librerías especializadas, se encuentra alejado de ese apartado, segundo, por esa portada, no creo que ver infinidad de fotografías de algo que quieres dejar sirva para ello, y tercero, tras su lectura, queda claro que mucho, lo que se dice mucho, no nos ayudó a dejar de fumar. Y no hablo en primera persona, puesto que un servidor de ustedes jamás fumó, sí lo intentó una vez, casualmente con un Benson & Hedges, el mismo cigarrillo que nuestro autor disecciona en su libro, pero un acceso de tos y un mal estar general le apartó para siempre de ello (mi animadversión con la cerveza también daría para un libro) hablo en plural: Nicotina no es un tríptico médico alegando lo dañino y perjudicial para nuestra salud que puede representar el fumar, es simple y llanamente un viaje personal, en este caso del autor: Gregor Hens, desde sus inicios en el hábito de fumar, hasta su finalización (entendemos que escribió el libro justo en el momento en que lo dejó, cuando contaba con cuarenta y cuatro años).
Ciertamente el libro no contiene ninguna moraleja, ni creo que la necesite, todo el mundo sabe que fumar es nocivo para su salud personal, e incluso los famosos fumadores pasivos también deben sufrir ese daño, y que a la postre acaba matando, otra cosa es porqué sabiendo como se sabe esta terrible información se sigue vendiendo tabaco. Tal vez la cantidad de dinero a base de impuestos recaudada con su venta es superior al gasto generado por la enfermedad en la Seguridad Social.
Pero aquí no estamos para arreglar el mundo, eso se lo dejamos a los políticos que nos gobiernan, aunque creo sinceramente que la frase arreglar el mundo no la entienden muy bien y lo único que hacen es arreglar su mundo, pero eso también es otra historia.
Así que seguiremos hablando de Nicotina como un pequeño artículo sobre las adicciones personales, los pequeños hitos que se consiguen con sacrificio y las alegrías que ello nos proporciona.
Cuenta Hens que su primer cigarrillo, un Kim que le ofreció su madre, no era en realidad para fumar. Su función serviría para encender los cohetes que su familia lanzaba la Nochevieja de 1970 desde la puerta de su casa. Con las brasas del mismo debía encender, por fin, tras años de pedirlo, su primer cohete. Hens contaba con unos cinco o seis años. Esa noche su madre no dudó en ofrecerle su primer cigarrillo para poder lanzar esos cohetes, si no que le enseñó a chupar de él para que las brasas no se apagasen y así poder encender la mecha de dichos cohetes.
A partir de ese día, el fumar se convirtió en un hábito natural, tanto o más que el respirar. Y eso que el pequeño Hens padecía una supuesta bronquitis crónica o espástica que obligó a sus padres a enviarlo a un balneario dos años después de su primer cigarrillo.
En definitiva, y para acabar con esta diatriba contra el tabaco, confirmamos que Nicotina no tiene nada en su contra, es más, en su último párrafo, Hens nos anima a encender un cigarro si es que llevamos un buen rato sin hacerlo, luego queda claro que su libro no sirve para dejar de fumar, pero sí hace ciertas preguntas que deberían hacernos pensar profundamente en si seguir fumando o dejar de hacerlo nos cambiará tanto la vida como nos pensamos.
SALVA G.
Título: Nicotina
Autor: Gregor Hens
Traducción: Juan de Sola
Editorial: Alpha Decay
Edición: 1ª edición, septiembre de 2016
Número de páginas: 156 pp.
I.S.B.N.978-84-944896-8-6
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