Menopausia: f. Cese natural y permanente de la menstruación.
La definición por parte de RAE es clara, pero el tiempo que transcurre desde los primeros síntomas hasta su desaparición total, es un periodo oscuro, complejo y confuso.
Francine Oomen (Laren, Paises Bajos, 1960) lo sabe bien. Hasta sus 52 años fue madre, hija, amante, exitosa autora de libros infantiles y hábil malabarista (cuando leáis el ¿libro? ¿comic? ¿novela gráfica? lo entenderéis), aguantaba todos sus platos en el aire sin problemas, hasta que uno a uno empezaron a caerse, y con ellos toda su vida. Solo tenía una opción: dejarlo todo; parar; apearse del mundo y que este siguiera girando sin ella; declararse en barbecho. Cuando la tierra está agotada el agricultor la deja descansar un año, así puede recuperarse, abonándolo para nutrirla y que vuelva a dar sus frutos.
Eso tuvo que hacer la autora. Pero no llegó ahí hasta la página 139. Antes tuvo que pasar por los sudores, nocturnos y diurnos, por su inseguridad, sentirse desorientada, tensa, malhumorada, angustiada, furiosa (consigo misma), aterrada…la lapidaría y críptica frase que abre el libro es al pilar donde se sostiene toda la novela. Dice Francine: “tenía 52 años y no me hacía ninguna gracia ser yo misma”.
Francine se desarregla, como bien dice el subtítulo del libro, “es una memoria gráfica, sin complejos, sobre un tema tabú: la menopausia”, a lo que añadimos, tratado con un humor inteligente, a veces ácido, otras tierno, donde la autora abre su corazón sin dejar nada dentro de él (la marcha y pérdida de su pareja, la muerte de su madre, el bloqueo como escritora…) saliendo airosa de todos y cada uno de los problemas que aparecen por ese cambio hormonal tan brusco.
Resulta intrigante que algo tan molesto y detestado por la mujeres como es la menstruación, que están deseosas de perder, sinceramente es un engorro para ellas, cuando lo hace su resultado pueda ser en ocasiones peor y más indeseable.
Esos cambios bruscos en el cuerpo hacen que este se vuelva loco. Que los ingleses le llamen The Change deja claro lo que realmente es.
Arpía, no es ni la tía ni la casera de Francine, es mucho peor: vive en su cabeza y con ella sus dos fieles aliadas: las hermanas Murga y Pelma. No son una compañía agradable, al contrario, Arpía tiene sus reglas y todas ellas ayudan bien poco en esta situación, y las hermanas no paran de gritarle al oído: ¡TIENES QUE!, un trío que en vez de ayudar solo hacen que amargar la vida.
Oomen ha escrito un manual sobre lo que es pasar la menopausia, desenfadado, con unas ilustraciones minimalistas, de trazo rápido, sencillas, pero altamente comunicativa, pero también tienen su parte oscura, donde sin duda el nacimiento de Arpía en la mente de la autora es su máxima expresión, cruel, desgarradora y veraz. Sí, Francine se desarregla es la memoria de un tiempo que provocó múltiples cambios en la autora, pero que cuenta con un final feliz: sobrevivió a todos ellos. Además encontramos en él unas recetas riquísimas: galletas de avena, tarta de moras, mermelada de moras y hasta licor de moras.
Ah! y una última cosa, si eres hombre, como yo, y rondas la cincuentena, como yo, una advertencia, nosotros como género, tampoco nos escapamos de la temida “transición”. En nuestro caso se llama climaterium virile, en nuestro idioma: andropausia o penopausia, y son también cambios hormonales. La hormona que disminuye su producción en nuestro cuerpo es la testosterona y viene acompañada de nerviosismo, falta de energía, apatía, sofocos, sudoración, menor rendimiento, depresión, alteraciones del sueño, pérdida de músculo, mala memoria, anemia, osteoporosis, tetas y reducción de la libido, con disfunción eréctil y aparición de barriga.
Piensa que la menopausia es una fase de tu desarrollo.
SALVA G.
Título: Francine se desarregla
Autora: Francine Oomen
Traducción: Marta Arguilé Bernal
Editorial: Ediciones B
Edición: 1ª edición, marzo de 2018
Número de páginas: 240 pp.
I.S.B.N. 978-84-666-6284-0
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