La víctima 2117 supone la octava entrega de la serie del Departamento Q de la policía de Copenhague, con Carl Morck, jefe del mismo, como protagonista. Protagonismo que, en esta ocasión, le es arrebatado por un miembro de su equipo, Assad, debido a la aparición en prensa de la fotografía del cadáver de una mujer que trata de alcanzar las costas europeas en el Mediterráneo, una mujer que tiene estrecha relación con la anterior vida del policía.
A partir de este suceso, Adler-Olsen desarrolla una novela con tres tramas que, apartándose de lo habitual en estos casos, no acaban confluyendo en el mismo sitio. La principal de ellas es la persecución contra reloj de un grupo integrista que planea un atentado en alguna ciudad europea, y que además toca muy de lleno a Assad. La segunda trama es anterior en el tiempo y sí, enlaza con la primera, al explicar la relación entre la víctima ahogada, el atentado y Assad. Y luego tenemos una tercera trama con un adolescente que planea, a su vez, una matanza en Copenhague. Vemos, pues, que el autor trata tres importantes problemas de nuestra sociedad: el de la crisis migratoria, el del yihadismo islámico y el de aquellos individuos que, por motivos siempre parecidos pero nunca iguales, se convierten en asesinos en masa sin que nadie sea capaz de detectarlos a tiempo.
El problema reside en esta última trama, pues es una historia totalmente independiente, y por tanto prescindible, que más bien parece metida para añadir páginas al conjunto. El tema da para no una, sino muchas novelas, y podría haber sido perfectamente la próxima entrega del Departamento Q.
El ritmo es lento y la novela tarda en arrancar. Quizás por ser ya la octava de la serie no lograba conectar con los personajes, hasta el punto de que llegó un punto en el que me daba igual lo que les ocurriese. Las primeras ciento veinte páginas se me hicieron eternas. Luego gana interés, pero sigue avanzando de forma lenta. Hasta el último tercio, en el que los acontecimientos se precipitan y sí, por fin disfrutamos plenamente de la historia. Un poco tarde.
Por el camino encontramos varios defectos que no deberían darse en un escritor con unas cuantas novelas a sus espaldas. Diálogos más propios de prepúberes enganchados al Tik-Tok que de policías curtidos; abuso de pasajes “narrados”, en los que no se permite al lector sentirse dentro de la acción (este recurso puede ser necesario en determinados momentos, pero si se abusa de él, conduce al tedio), especialmente en la trama que se desarrolla varios años antes, en la que se explica la relación entre Assad, la mujer ahogada y Ghaalib, el líder del grupo terrorista, que es el origen del lío actual. Por último, una escena delirante, en la que Ghaalib describe a sus seguidores las armas y pertrechos que se usarán durante el atentado como si se tratase del catálogo de una tienda, mientras estos aplauden emocionados de modo infantiloide. Me faltó la azafata de sonrisa congelada y vestido ajustado mostrando en sus manos los productos “ofertados” (es maravilloso, Mike) para cerrar el libro de forma definitiva.
No sé si estos defectos son exclusivos de esta novela o es una constante en la serie, pero La víctima 2117 ha resultado una decepción. Uno espera algo más cuando sabe que estos personajes han dado de sí para aparecer en siete libros anteriores. Quizás se ha querido alargar la serie más de lo necesario.
Alberto Pasamontes
La víctima 2117
Jussi Adler-Olsen
Ediciones Maeva
Año 2020
Nº DE PÁGINAS: 528
ISBN: 978-84-17708-85-6
TRADUCCIÓN: Mendizabal Sarasua, Juan Mari
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