Aguagim, el primer cómic para adultos de Marina Sáez (Barcelona, 1988) Arquitecta de formación, ilustradora de profesión (también combina su pasión con la docencia en diversas escuelas de Barcelona) recibió una mención especial del Premio Finestres de Cómic en Catalán 2022 y tras su lectura, no es de extrañar.
A Sáez, al igual que a un servidor, nuestro médico nos recomendó nadar. Yo no lo hice. Sigo sin saber nadar. Ella obedeció a pies juntillas la prescripción facultativa. Yo siempre fui un rebelde. Y damos gracias a las personas obedientes.
Seis años después de que entrase por primera vez por la puerta del gimnasio municipal sito en el carrer Perill de Barcelona, en el centro del barrio de Gràcia, el mismo gimnasio al que asistí una temporada a sudar la cansalada dando raquetazos en unas pistas de squash que ya desaparecieron, Sáez cuenta con una frescura, una ironía y un buen hacer, no solo la vida, sino también la existencia de los que allí trabajan, en menor medida, y las que allí viven y disfrutan, las auténticas protagonistas de esta historia, las abuelas que cada día, sí o sí, se acercan al gimnasio para su clase de aguagim impartida magistralmente por Glòria y Marga (nombres estos ficticios, pero basados en personajes reales)
Durante algo más de 19 meses, la autora estuvo recopilando historias sobre las abuelas del aguagim, Charo, Consol, Lucía, Conchi, Angelina, Montserrat, Clotilde,Alfonsita, Carmeta, Brigit, Patricia y Jasmina (todos los nombres son ficticios) de edades que oscilan entre los 67 años y los 94. Muchas de esas historias pueden resultar surrealistas, inverosímiles e incluso chocantes, pero todas ellas comparten una única verdad, huir de la soledad de un piso vacío, buscar su verdadera libertad en su condición de mujeres de otra época y disfrutar de la vida, que a ciertas edades es lo único que se tiene.
Sin duda la historia humana que cuenta Sáez se lleva la palma de la novela gráfica, sin una buena idea es imposible hacer un buen libro, pero no escatimemos elogios a sus dibujos, tan vitalistas con su colorido como las propias abuelas. Pintado a mano con trazo grueso y generoso, pero de una realidad abrumadora donde menos es más y donde podemos encontrar pequeñas joyas escondidas (lo de Tecnochoza me llegó al alma) se puede afirmar que no hay nada mejor que esteAguagim para demostrar que una imagen vale más que mil palabras. Son tan evidentes sus ilustraciones que no precisan de demasiado texto para su comprensión y si encima el poco que llevan tiene tal alta dosis de humor, la combinación, no solo resulta inmejorable sino que a la postre es ganadora (ponerse una compresa en el zapato para que esté más blandito al pisar solo lo puede hacer alguien que ya está de vuelta de todo o es un auténtico punk).
Mención especial para la doble página en donde encontramos una magnífica sección ilustrativa de todo el complejo deportivo, parece que sus estudios de Arquitectura también fueron útiles a la hora de dibujar el cómic.
Una última cosa, esperamos que , uno, El Gran Evasor ya no trabaje en el centro y dos, que la Glòria se haya separado de su marido.
Resulta difícil no empatizar con todas y cada una de las personas retratadas en Aguagim y no resultaría extraño una segunda entrega con más historias de gentgran.
SALVA G.
Autor: Marina Sáez
Traducción: Montserrat Terrones
Editorial: Editorial Finestres / Garbuix Books
Edición: 1ª edición, junio de 2024
Número de páginas: 130
I.S.B.N. 978-84-19523-22-8
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