Espido Freire
Editorial Planeta
1ª edición, 2011
Género: Novela
368 páginas
ISBN: 9788408099512
Había una vez una princesa noruega llamada Kristina Haakonardóttir, hija del rey Haakon IV y de la reina Margarita Skulesdatter, que tuvo una infancia llena de lujos, leyendas vikingas, educación firme y frío, mucho frío. Solo podía casarse con alguien que estuviera a la altura de su estirpe, por lo que fue ofrecida a un infante del reino de Castilla, gobernada por Alfonso X, aunque, eso sí, podía elegir, de entre los hermanos del monarca, al que quisiera.
Optó por el infante don Felipe, un hombre huraño y aburrido, con el que, a pesar de todo, creyó que sería feliz. Tras el fastuoso casamiento, al llegar a Sevilla, donde residiría con su nuevo esposo, enseguida apercibió que le costaría adaptarse a la corte, aunque la belleza de la ciudad del Guadalquivir la extasió, circunstancia que le hizo soportar mejor su alejamiento de Noruega. Tan solo ocho años después, falleció de una extraña enfermedad, de la que aun hoy hay sospechas que pudo ser producida por un lento envenenamiento.
No se sabe a ciencia cierta qué hay de verdad en las leyendas que se han ido contando a lo largo de la historia sobre su muerte, sobre cómo fue su adaptación a la vida en tierras andaluzas o si la corte la aceptó con amabilidad o con desprecio, lo que ha motivado la publicación de diversas novelas que han ficcionado sobre su figura. Espido Freire va más allá y se adentra en una historia con tintes mágicos e intimistas. La autora centra la primera parte del libro en la vida de la protagonista en tierras noruegas, dado que sus antecesores tienen un pasado asombroso para sacarles punta literariamente, mezclándolo todo ello con el hechizo que tienen las leyendas vikingas.
La otra mitad se desarrolla en el reino de Castilla, en la que se suceden las habituales intrigas de palacio, que resultan algo pesadas porque ya las hemos leído en demasiadas novelas. La mejor Espido Freire está en la primera parte, donde narra la vida de la princesa noruega en su país natal y su largo periplo para llegar a su boda tras un viaje interminable por toda la vieja Europa. Solo por ese relato, ya vale la pena acercarse a La flor del norte.
Xavier Borrell
Optó por el infante don Felipe, un hombre huraño y aburrido, con el que, a pesar de todo, creyó que sería feliz. Tras el fastuoso casamiento, al llegar a Sevilla, donde residiría con su nuevo esposo, enseguida apercibió que le costaría adaptarse a la corte, aunque la belleza de la ciudad del Guadalquivir la extasió, circunstancia que le hizo soportar mejor su alejamiento de Noruega. Tan solo ocho años después, falleció de una extraña enfermedad, de la que aun hoy hay sospechas que pudo ser producida por un lento envenenamiento.
No se sabe a ciencia cierta qué hay de verdad en las leyendas que se han ido contando a lo largo de la historia sobre su muerte, sobre cómo fue su adaptación a la vida en tierras andaluzas o si la corte la aceptó con amabilidad o con desprecio, lo que ha motivado la publicación de diversas novelas que han ficcionado sobre su figura. Espido Freire va más allá y se adentra en una historia con tintes mágicos e intimistas. La autora centra la primera parte del libro en la vida de la protagonista en tierras noruegas, dado que sus antecesores tienen un pasado asombroso para sacarles punta literariamente, mezclándolo todo ello con el hechizo que tienen las leyendas vikingas.
La otra mitad se desarrolla en el reino de Castilla, en la que se suceden las habituales intrigas de palacio, que resultan algo pesadas porque ya las hemos leído en demasiadas novelas. La mejor Espido Freire está en la primera parte, donde narra la vida de la princesa noruega en su país natal y su largo periplo para llegar a su boda tras un viaje interminable por toda la vieja Europa. Solo por ese relato, ya vale la pena acercarse a La flor del norte.
Xavier Borrell
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