Por aquel entonces acababa de leer El quinto en discordia de Robertson Davies, un libro que me dejó en un maravillosos trance que aún dura a día de hoy (varios años después) y que inició mi interés por la entonces recién estrenada editorial Libros del asteroide. En la biblioteca de mi barrio encontré uno de sus aún escasos volúmenes: A la caza del amor de Nancy Mitford. Me lo llevé a casa y caí rendida a sus pies a golpe de carcajada y movimientos incrédulos de cabeza. Y lo mejor de todo fue descubrir que, una vez más, la realidad supera a la ficción.
En seguida me hice con Las hermanas Mitford, de Annick Le Floc'hmoan, editada en castellano por Circe, y pasé a devorarlo con placer y creciente asombro. David Mitford, segundo Barón Redesdale, y Sydney Bowles, tuvieron 7 hijos de su fructífera unión: Nancy, Pamela, Tom ( el único chico), Diana, Unity, Jessica y Deborah. Primos de Winston Churchill, pronto se vio que no necesitarían vincularse al Primer Ministro británico para hacerse conocidos, admirados u odiados, dado que las jóvenes Mitford se sobraban y bastaban para darse a conocer.
A parte del carácter, digamos que especial, de sus progenitores, Nancy pronto se convirtió en una chispeante escritora que no dudaba en inspirar su material literario en las particularidades de su familia. Pamela pasó algo más desapercibida pero por algo la llamarían sus propias hermanas la “ya sabes qué”. Tom murió joven en Birmania luchando contra los japoneses. Diana fue una belleza legendaria a quien Evelyn Waugh dedicó su Cuerpos viles, pero que dio la campanada al casarse y luego divorciarse del heredero de los Ginnes para poder unirse en matrimonio con Oswald Mosley, líder de los Camisas negras, en la salita del mismísimo Joseph Goebbles. Unity compartió con Diana la filiación nazi, llegando al intento de suicidio cuando finalmente Gran Bretaña declaró la guerra a la Alemania de su admirado Hitler, con quien apareció en público el día de la anexión austriaca. Deborah quiso ser una duquesa rural y bien que lo consiguió. Jessica se identificó con el comunismo y hasta huyó a España para luchar en la Guerra Civil del lado republicano...Pero eso no es todo, como muy bien podemos leer en Nobles y Rebeldes, su historia puesta por escrito por ella misma.
Jessica Mitford nos habla de su infancia en los Costwold, de las particularidades de una familia con más carácter que disciplina, con mucho amor a pesar de sus múltiples diferencias. Nos explica sus deseos de ir a la escuela y los curiosos métodos medicinales de su madre, el enfrentamiento lúdico con sus hermanas y la separación -primero ideológica y posteriormente física- de su familia.
Enamorada de su primo Esmond por sus hazañas, antes de conocerlo ya intuye la participación de éste en su futura emancipación y desarrollo vital. Juntos se marcharán a España con la intención de luchar contra el fascismo y juntos se marcharán a estados Unidos. Desgraciadamente, Esmond muere en la guerra y con este desdichado acontecimiento se cierra la etapa vital que narra esta autobiografía. Jessica pasa de puntillas sobre su posible oportunidad de haber acabado con Hitler, sobre su posible influencia en el cambio político de Churchill que desembocaría en la declaración de la II Guerra Mundial, sobre la muerte de su hija...y nos deja a las puertas de su segundo matrimonio, de sus futuros hijos, de sus luchas posteriores.
Con todo, es un libro indispensable para los lectores de la saga Mitford en castellano, para admiradores de la historia narrada desde dentro, para los que disfrutamos con narraciones vivas. Jessica llega a nosotros con su propia voz y personalidad, no sólo como una de “las Mitford” sino como ella misma, con los recovecos, luces y sombras de una vida real e intensa.
SAMEDIMANCHE
Título: Nobles y rebeldes.
Autor: Jessica Mitford
Traducción: Patricia Antón.
Editorial: Libros del Asteroide
Edición: 2014
Número de páginas:318 pp
I.S.B.N. 978-84-15625-76-6
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