Para Susan Spencer-Wendell 2012 fue un año repleto de viajes.
En febrero estuvo en Budapest junto a John, su marido, veinte años después de haber vivido con él allí nada más casarse. En marzo realizó un crucero por las Bahamas junto a su hermana Stephanie. En abril viajó a Chipre, buscando a los familiares de su padre biológico. En julio viajó a Nueva York con Marina, su hija adolescente. En agosto toda la familia pasó una semana en Sanibel Island. Se lo había pedido su hijo Aubrey de once años. En octubre viajó al Yukón con Nancy, su mejor amiga.
Sí, podríamos decir que Susan sabe vivir bien. Pero no.
Susan Spencer-Wendell realizó todos esos viajes por necesidad. Quería vivir esas experiencias antes de morir. O de quedarse en una silla de ruedas incapacitada para cualquier cosa, que al fin y al cabo es casi lo mismo que morir.
En verano de 2009 Susan se percató de un pequeño problema en su mano izquierda. Tras continúas visitas a médicos especialistas llegaron a la conclusión que padecía ELA (esclerosis lateral amiotrófica) más conocida como enfermad de Lou Gehrig, un trastorno neuromuscular que consiste en la muerte de los nervios que van a los músculos, con la consiguiente muerte de los músculos. Una enfermedad progresiva. No se conocen las causas. No se conoce tratamiento alguno contra ella.
Susan solo quería vivir.
Y eso es exactamente lo que es este libro: un canto a la vida.
En él podemos leer y sentir, todo aquello que le pasó, física y mentalmente aSusan por su cabeza una vez conocido el terrible diagnóstico. Los tres viajes que prometió a cada uno de sus tres hijos, su viaje con su hermana, con su marido y con su mejor amiga, así como los viajes que hizo a Chipre buscando sus raíces, aunque en realidad los primeros fueron para encontrar respuestas a su enfermedad, ya que podía ser que sus padres se la hubieran dejado en herencia.
A modo de diario mensual, Susan se aparta del victimismo, y se enfrenta al problema, no solo con la cabeza bien alta, si no con un humor que por momentos no sabemos como acoger. Lejos de la lágrima fácil, de vender su cuerpo para la historia, o de un reality show, Susan nos atrapa desde la primera hoja y nos empuja a salir y vivir más y mejor.
Se habla de “Mariposas bajo la piel” como un fenómeno editorial. Incluso en la contratapa del libro aparece la historia del mismo, desde el momento en queHarperCollins adquiere los derechos del libro por una cifra millonaria, junio de 2012, hasta marzo de 2013, cuando tan solo una semana después de su publicación en Estados Unidos alcanza el puesto número tres de la lista de los más vendidos según New York Times. Pero “Mariposas bajo la piel” es algo más que un bestseller cualquiera, “Mariposas bajo la piel” es La Vida, el año más duro en la vida de Susan Spencer- Wendell convertido en un libro de aventuras, una tras otra, con el único afán de entretener y divertir y sinceramente, lo consigue.
No hay que leerlo por leerlo, debemos leerlo para tener una vida mejor y más llena. Podríamos decir que “Mariposas bajo la piel” es un perfecto libro de autoayuda sin pretender serlo.
Ya habíamos visto “Jason Becker: Not dead yet” el documental de Jesse Vilecentrado en la figura del guitarrista Jason Becker, enfermo de ELA desde hace más de veinte años y postrado en una silla de ruedas desde entonces, y por suerte tampoco se quiso filmar un documento fúnebre, si no todo lo contrario, una razón para seguir viviendo y luchando, y “Mariposas bajo la piel” sigue esa estela.
Ansiosos estamos por ver la película que se filmará sobre este libro, recomendar vivamente la lectura del mismo, energía pura, y por supuesto desearle lo mejor a Susan y su familia, incluyendo a Gracie, su perro.
SALVA G.
Autor: Susan Spencer-Wendell con Bret Witter
Traducción: Alejandra Devoto
Editorial: Ediciones Martínez Roca / Ara Llibres
Edición: 1ª edición, septiembre de 2013
Número de páginas: 447 pp. / 332 pp
I.S.B.N 978-84-270-4048-9 / 9788415224402
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada