Para mí, como escritor, resulta bastante cómodo disponer de una relación de libros referentes a una determinada materia, como también lo es álbumes de fotografías o imágenes sobre diferentes “realidades”. No siempre se puede viajar a Australia, o a Nueva Papúa, o no todos disponemos de máquinas del tiempo que nos trasladen a la casa de un humilde posadero del Amberes de principios del siglo XVIII, por ejemplo. Si bien es cierto que la imaginación es el máximo exponente del poder en un artista, una ayudita a las musas de vez en cuando, no viene nada mal.
Cuando llegó a mí este libro, a principios de febrero, yo estaba totalmente atascado en una escena de mi novela, no hallaba la “motivación emocional” necesaria para poder narrar un suceso en concreto, especial, fundamental y muy relevante dentro de la trama. Abrí el libro al azar, por la página 293, y me encontré con una fotografía de Manuel Ferrol, datada en 1957 y que tenía por título “Despedida de emigrantes en La Coruña”. Una fotografía muy impactante, donde se retrata a un padre y su hijo (ambos con nombres y apellidos), despidiendo a uno de sus familiares entre llantos desconsolados. No es una fotografía desconocida, históricamente se convirtió en un icono trágico de la emigración, tras ser publicada en la revista antifranquista “El ruedo ibérico”. Pero lo que me llamó la atención de la instantánea no fue esa infeliz estampa, sino otra imagen muy distinta, lo que me cautivó fue un señor que aparecía de soslayo por el margen derecho de la misma, un cura. Un cura de sotana, joven, con gafas, algunas entradas, indiferente (¿o no?) a lo que sucedía a su alrededor. Los rostros contraídos de ese hombre y el del niño, despidiendo a uno de sus familiares queridos, me eran aún más impactantes e intensos una vez descubierta la ambigüedad del cura que aparecía frugal andando detrás de ellos.
Sin quererlo, o quizá sin buscarlo conscientemente, encontré por fin esa “motivación emocional” que me ayudó a describir ese suceso en concreto, especial, fundamental y muy relevante dentro de la trama de mi nueva novela.
Para curiosos, estudiantes, estudiosos, artistas, lectores de cualquier género, amantes de la fotografía…, para todos, os recomiendo, con total sinceridad, “España a través de la fotografía 1839-2010” de la Fundación Mapfre y Editorial Taurus; en esta estupenda y cuidada edición, a través de unas cuatrocientas imágenes de más de ciento cincuenta autores, desde los románticos daguerrotipos de la primera mitad del siglo diecinueve hasta la celebración por las calles de Madrid del Mundial de fútbol conquistado por la selección española en 2010, pasando por gran parte de los acontecimientos políticos, sociales, dramáticos, uno puede recorrer visualmente una porción importante de la historia contemporánea de España.
A veces sí es cierto eso que dicen de que una imagen vale más que mil palabras, sobre todo cuando esas imágenes son tan representativas de una sociedad como la española a lo largo de ciento setenta años (concretamente, en este caso, desde 1839 hasta 2010).
José Antonio Castro Cebrián
Editorial: Taurus
Colección: Fundación Mapfre
Idea original y dirección: Pablo Jiménez Burillo
Fecha de publicación: 2013
Género: Fotografía
Páginas: 395
ISBN: 978-84-306-0262-9
Que interesante la forma que tiene de ispirar las cosas a los artistas. Grande Jose antonio Castro Cebrian.
ResponEliminaYa había hechado ojo a ese libro y ya me he terminado de convencer