Tengo que reconocer que nunca había oído hablar de este escritor. Las letras del Este no suelen llegarnos con tanto bombo como las del norte o las del otro lado del Atlántico. Y basta recurrir a internet para comprender lo grave de mi ignorancia. Google os dirá lo que necesitéis sobre Cartarescu, sobre todo que está considerado uno de los mayores escritores de su país y candidato seguro a un futuro Nobel.
También encontraréis todo tipo de exploraciones en su obra; mi consejo, olvidaos de los intermediarios y leedlo para juzgar según vuestro criterio. La editorial Impedimenta lleva tiempo apostando por este autor y su obra la encontraréis magníficamente traducida en libros que, por cierto, son de una belleza que ya no se estila (felicidades a la editorial por la apuesta).
Este libro, Nostalgia, es engañoso en la forma. Se nos presenta como novela, y en cierto modo lo es, solo porque la presencia del autor, su voz convertida en una suerte de sombra que planea en los diferentes relatos les da una frágil unidad. En mi opinión es una antología de cuentos, distintos y unívocos, aunque comparten una serie de características que le dan continuidad. Cada uno aborda de modo distinto el paisaje onírico y la realidad, el escritor nos empuja a una especie de universo borgiano y luego nos hace emerger a un tiempo narrativo marcado por la nostalgia, los recuerdos de la niñez, los terribles descubrimientos de esa edad. Barroco, no solo en la forma de escritura, sino en su simbología y en su imaginario, Mircea Cartarescu es un escritor para lectores. Esto, que parece una obviedad, no lo es. Cartarescu no afloja el estilo para hacerse agradable, no busca complicidades (aunque a veces el narrador sí lo hace) con el lector. Cuenta, cuenta muy bien, entra y sale de las historias de un modo casi mágico, alucinante como en el Ruletista o en REM, dos de los relatos que más me han impresionado.
El mundo narrativo es asfixiante, a veces exasperadamente lento, otras tremendamente lírico, casi siempre tiznado de sepia, como la portada del libro. Por momentos se desliza una prosa útil, clásica, pero solo es un cebo para atraparnos hacia las profundidades de sus historias oníricas.
Cada uno de los cinco relatos, a modo de capítulos, puede leerse independientemente: Nostalgia, El Mendébil, Los gemelos, el Ruletista o REM. En todos encontraremos personajes que el autor crea en el filo de la evocación, como sombras que se ven en la niebla, a veces reales, a veces simples fantasmas. Descripciones maravillosas que exigen su tiempo y una lectura que requiere atención para ser aceptada. El resultado es sobradamente gratificante.
Yo me quedaría, ya lo he dicho, con REM, la historia de una mujer madura (¿?) que tiene una relación con un joven amante. El testigo de esa historia, el narrador, es una especie de araña o insecto que no llega a formatearse, y que por momentos hace pensar en la Metamorfosis de Kafka. Ese bicho imposible entra en la mente de los personajes y nos lee sus pensamientos, vemos desde dentro con sus ojos, somos ellos.
Más convencional, El Ruletista, previsible, sí, y eso debería ser un demérito para un relato. En absoluto. Aunque conozcas el final no deja de sorprenderte.
Nostalgia es el epicentro de Cartanescu, el todo que da título a este volumen recomendado para quienes aman el juego entre lo real y sus espejos.
El resultado acongoja y estimula.
Victor del Arbol
Nostalgia
Mircea Cărtărescu
Ed. Impedimenta.
ISBN:978-84-15130-30
Páginas:384
Año 2013
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