María Zabay es una escritora licenciada en derecho con varios programas de televisión en su haber, a la que podemos ver actualmente en Intereconomía TV. Ha hecho radio, y colabora en prensa escrita. Ahora presenta su primera Novela 'El zapato de la lengua rota' (Almuzara) sobre el resurgir del nazismo, en el que hay que mirarse para huir de posiciones radicales frente a la crisis que sufrimos.
¿Cómo te surgió la idea de la novela?
En realidad siempre la he tenido vagando por mi cabeza porque, desde pequeña, me ha interesado el nazismo por cuanto de abominable tenía. Me resultaba incomprensible que Hitler hubiese llegado al poder; entender cómo alguien con esa ideología perversa entre cuyos objetivos estaba aniquilar una raza, pudo ganar unas elecciones y convertirse en Canciller de Alemania. Por eso esta novela. Para contar a través del protagonista y de su misión como espía en Polonia, el ascenso del nacionalsocialismo al poder.
Tu primera novela esta ambientada en el mundo de la moda. ¿A que se debe este cambio tan radical?
"Diosas de papel" la escribí sin plantearme que saldría un libro y, mucho menos, que la publicaría. Surgió como una anécdota porque trabajaba con escritores y, como organizaba y presentaba muchos eventos culturales, ellos mismos me animaban a que me atreviese; así que un día cogí papel y bolígrafo (lo hice al viejo estilo) y relaté la pérdida de la inocencia de una niña que se adentra en el mundo de la moda. De hecho, gran parte la escribí en los viajes en autobús y tren que cada fin de semana hacía de Zaragoza a Madrid. Una vez que vi que gustaba mi estilo y que el libro funcionaba bien, me planteé escribir sobre lo que siempre me había inquietado y no había encontrado literatura. De nuevo cogí papel y boli ("aunque a mitad me pasé al ordenador", confiesa entre risas) y di vida a "El Zapato de la lengua rota".
¿Dedicaste mucho tiempo al trabajo de investigación, por que tengo que reconocer que esta muy bien documentada?
Dos años. El estudio fue minucioso. Tenía que serlo para que la novela se ajustase totalmente a su contexto histórico.
¿El personaje de Erhard esta basado en alguien real?
No. Erhard Hess Kersten como tal, no existe. Lo creé yo para contar la situación sociopolítica, económica y cultural de Alemania y Polonia. El hecho de que sea espía y se haga pasar por judío, ayuda a conocer todos los estamentos sociales, las inquietudes de unos y otros, y las dudas que se debatían dentro de ellos. Aunque si que te reconozco que es una mezcla de varios ujieres que si que existieron y que, como el protagonista, se dedicaron a sacar información para documentar al cerebro nazi.
En la novela desfilan personales como Himmler, Hitler o Goebbels. ¿Cómo crees posible que individuos como estos, nada agraciados físicamente sobre todo Himmler y Goebbels, fueran los paladines de la pureza de la raza aria?
No es tan sorprendente porque desde su nacimiento hasta su muerte el nacionalsocialismo se caracterizó por las incoherencias a todos los niveles. El propio Hitler, con apenas 21 años, cuando vivía en Viena, tenía dos íntimos amigos que eran judíos. Pasaba casi todo el tiempo con ellos, les contaba sus inquietudes y frustraciones, y, al mismo tiempo, leía "Ostara" (una publicación antisemita). Himmler y Goebbels reivindicaban una pureza que ellos no poseían, precisamente por eso. Les obsesionaban sus complejos y necesitaban demostrarse que eran mejores. Ocuparon cargos de responsabilidad porque veneraban a Hitler y su ideología hasta el extremo. A Himmler lo llegaron a pillar besando una foto del Fürher. Esa entrega y una extraordinaria capacidad de comunicar y convencer, fue lo que les hizo estar ahí. Al principio sedujeron al pueblo alemán diciéndole lo que necesitaba oír. Más tarde organizaron el exterminio de judíos, gitanos, e incluso de los propios arios con deficiencias físicas o síquicas.
¿No crees que puede llegar a ser poco creíble para el lector que Erhard, el perfecto ario, se pueda mezclar sin crear sospecha entre los judíos?
No. Erhard cuenta con las referencias necesarias para que nadie dude de él.
¿Piensas que la grave situación económica provocada por el crack del 29, fue el caldo de cultivo para la proliferación de los totalitarismos?
Los totalitarismos ya habían germinado antes. Mussolini ostentaba el poder absoluto desde 1922, Stalin desde 1924 y lo que Hitler ejecutó a partir de su nombramiento como Canciller en enero de 1933, ya estaba planeado mucho antes de que siquiera él se pudiese imaginar que ganaría las elecciones democráticamente.
¿Ves alguna similitud actualmente si la situación económica va a peor?
Salvando todas las distancias obvias que marca el hecho de que nosotros no hemos salido de ninguna guerra mundial ni se nos ha privado de territorios o limitado la capacidad armamentística, veo naciones desesperadas como lo estaba Alemania en 1918. En este momento, la situación es terrible. Nuestro país tiene 5 millones de parados, los embargos y deshaucios son cada vez más frecuentes y numerosos, y con este panorama la gente necesita creer en algo. Por eso es importante una de las reflexiones del libro que advierte sobre esos oradores que dicen a la gente desesperada lo que necesita oír para conseguir otros objetivos muy diferentes de los prometidos. Eso es lo que ocurrió con Hitler. Ahí radicó su éxito. Alemania necesitaba soluciones, él aseguró que las tenía y el pueblo le creyó. Aquí, de momento, ha surgido un movimiento que no ha prosperado porque carecía de un líder carismático que los condujese y soliviantase. Yo insisto en que es importante escuchar a todos, incluso a los más radicales; pero, más allá de lo que nos aseguren, al final, tenemos que ser nosotros quienes saquemos nuestras propias conclusiones.
A Himmler nos lo describes como una persona llena de complejos, muy dependiente de su mujer, pero que a pesar de eso llega a comandante en jefe de las SS. ¿Por qué crees que fue posible?
Himmler era enfermizo y pusilánime, pero muy vehemente con sus creencias y ambicioso. Como te decía antes, admiraba y veneraba a Hitler por encima de todo. Eso fue lo que le hizo gozar de la confianza de Hitler para ser el líder de las SS.
Resulta irónico que el destino de Erhard acabe marcado por una cosa tan insignificante...
No es insignificante. Casi nada lo es en esta vida. Todo lo que hacemos tiene consecuencias, mayores o menores; pero las tiene, y tenemos que ser conscientes de ello.
¿Estás pensando ya en tu próxima novela?
Ya está escrita. Saldrá a finales de año, pero ahora el importante es "El Zapato"... (Con sonrisa picara).
Félix O. P.
A primeros de este mes asistí a unas jornadas de novela histórica, entre otros escritores María Zabay me causó una grata impresión. El zapato de la lengua rota es la primera de sus novelas que leo.Al principio es como una etapa de alta montaña, estás a punto de abandonar pero a partir de que conoce a Helena, la novela prospera y agarra, por que lo mejor es la parte novelada, el espacio un que muy documentado lo tenemos muy odiado muy leído. El final está a punto de ser feliz pero por un jodido capullo se hace real. Leeré tus libros María.
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