dimarts, 27 de maig del 2014
Entrevista a Enric Pardo autor de 'Primera Temporada'
Vuelve al mundo de la novela el guionista y profesor de cine Enric Pardo tras su éxito 'Las chicas besan con los ojos cerrados' con una nueva historia llamada 'Primera Temporada' sobre la vida humana y las series de televisión con una narrativa sensible y moderna.
La historia principal trata del hecho de enamorarse de la persona equivocada, pero no solo hablas de eso. También, aparece la relación padre e hijo, la nostalgia, etc. ¿Cuál es el objetivo de la novela “Primera temporada”?
Explicar a Cliff. Cliff es el protagonista de Primera Temporada y cuando me planteo la escritura de una historia necesito plantearme cómo es el personaje principal. Darle detalles, elementos, personalidad, un punto de vista claro y definido sobre las cosas que hace y las cosas que le pasan, máxime cuando la novela nos la cuenta él, ya que está narrada en primera persona. A partir de ahí voy consiguiendo la densidad necesaria sobre los temas que aparecen en la novela y de los que me apetece hablar: las relaciones sentimentales, sexuales, la geometría variable emocional, las relaciones paterno-filiales, la amistad, la traición, la lealtad, la adicción, la necesidad de contar historias, la cultura pop y las series.
Vivimos en la era de las tecnologías y las relaciones personales se han adaptado. La literatura es un reflejo más de este cambio y "Primera temporada" es un claro ejemplo. ¿Crees que Cliff se hubiese desenvuelto mejor en épocas pasadas?
Cliff seguiría siendo un patoso emocional en todas las épocas, pero Cliff es un personaje muy producto del tiempo, el espacio y la situación que le ha tocado vivir. Cuando me planteo el género de la novela hablo en términos muy amplios de comedia romántica desde el punto de vista masculino, pero en realidad cuando escribo mi objetivo principal es que la novela respire verdad y tenga un tono lo más realista posible. Primera Temporada es una novela que ofrece un dibujo de personaje detallado de Cliff, un barcelonés de 30 años que bien podría ser un amigo del lector al que le explica todas sus circunstancias y vicisitudes, su vida. Y la vida mezcla géneros y tonos. A veces hay tensión, hay drama, amor, tragedia, humor, y elementos inexplicables, casi fantásticos.
Crear una hoja Excel nos puede remitir a una persona organizada y que le gusta tenerlo todo controlado. Aún así, Cliff no parece tener las cosas muy claras.
No, Cliff no tiene las cosas claras. Pero tiene una pulsión muy directa basada en sus objetivos, es un personaje que lucha por lo que quiere. Y esto hace que a pesar de que nos pueda parecer cuestionable lo que quiere y los métodos que está dispuesto a utilizar para conseguirlo, el lector quiere que lo consiga y empatiza con él. Si algo no perdonamos de un personaje protagonista es que sea pasivo. Cliff es un lío a muchos niveles, pero lucha por lo que cree que le hará feliz.
La novela está llena de referencias a series de televisión. Antes de escribir la novela ¿hiciste una listado de las series que iban a parecer o han ido surgiendo a medida que la trama iba avanzando?
Hice un listado. Todas las situaciones ya las tenía previstas, pero algunas fueron mutando en función de cómo podía encajar la idea conceptual de una serie. Por ejemplo, sabía que iba a tener el problema de los whatsapps y cómo se cruzan mensajes entre distintos usuarios. Después sabía que quería hablar de Battlestar Galactica y me di cuenta de la asociación metafórica de la rebelión de los cylons: las máquinas contra el hombre. Así ocurre también con la historia de Starbucks que da nombre a la gatita de Cliff. También tenía muy claro que quería hacer un episodio de 24. Que fuera el de las primeras 24 horas que Cliff pasa con California hace que el capítulo sea muy saltarín, simpático y feliz, me daba justo lo que necesitaba para que el lector sintiera lo que estaba sintiendo Cliff en el momento en que por fin consigue estar 24 horas con California. Después te encuentras cosas mágicas como el capítulo en que James Gandolfini muere, me desperté con la noticia y sabía que el suceso debía de estar presente en la novela. La forma en que se impregna la trama del padre con la muerte de Gandolfini es algo que no estaba preparado (obvio) y hace que el capítulo sea un millón de veces mejor que como lo había pensado principalmente.
La persona equivocada de la que enamorarse no implica, necesariamente, que sea mala. De hecho, los personajes femeninos están construidos con mucho tacto. No hay ni malos ni buenos. Claudia, Aina y California son muy diferentes y cada una aporta cosas distintas al protagonista. ¿Representan una metáfora de las distintas maneras de vivir una relación?
No me gusta plantearme nunca personajes como metáforas de nada. Ese tipo de simbolismo no casa conmigo. Son aportaciones que el lector, o la crítica debe hacer y con su lectura y análisis completar el mensaje de la novela. Mi trabajo no es hacer un compendio de tipos de mujeres, ya que en mi opinión hay tantos tipos de mujeres como mujeres hay en la realidad, todas son distintas entre si y la ficción no puede atraparlas a todas en su complejidad. Lo que sí necesito para escribir mujeres o cualquier tipo de personaje es saber qué sienten, qué quieren y qué hacen para conseguirlo. Si yo las entiendo (a ellas y a sus circunstancias) puedo explicarlas, sea lo que sea que hagan, y si yo las entiendo el lector podrá hacerlo y comprenderlas emocionalmente. Lo importante para mi siempre es el personaje en si mismo. Y dejo mucho trabajo al lector, porque yo antes de escritor soy lector y me gustan las historias que me piden una participación colaborativa en la lectura. Me parecen mucho más interesantes las historias que me explican cosas tratándome de forma inteligente y me dejen un espacio para que yo le dé el significado que quiera.
Después de leer tu novela nos queda claro que eres un consumidor de series de televisión. Y ahora nos gustaría saber cuáles son tus referentes literarios.
No me gusta hacer una diferenciación entre disciplinas artísticas narrativas. Para mi Sorkin, Simon o Chase son escritores tan importante como Shakespeare, Saramago o Murakami. Y me batiré en duelo con cualquier idiota que diga lo contrario. Por otra parte, lo que yo hago es muy parecido, salvando las distancias abismales de talento, a lo que hacía el Nick Hornby de Alta Fidelidad. Paul Auster me ha acompañado toda la vida y El Palacio de la Luna es el tipo de historias que mataría por haber escrito. He leído todo Nietzsche, García Márquez, o Vázquez Montalbán, que poco tienen que ver con lko que yo hago. Y ya encarado a Primera Temporada, creo que de la obra de la que bebo más es El guardián entre el centeno, de Sallinger. Pero si te soy sincero creo que a quién más me parezco es a Jeffrey Brown que hace novela gráfica. Y al Woody Allen de Annie Hall. Cuando no sé cómo hacer una cosa me planteo cómo lo haría Sorkin, Allen o Tarantino y entonces lo hago a mi manera.
En tu libro comentas, de manera muy acertada, como los finales de las series de televisión nos provocan tristeza porque suponen la despedida de esos personajes que nos han acompañado durante varias temporadas. ¿El título “Primera temporada” lo escogiste para evitar esto o es que habrá una segunda?
La verdad es que mucha gente me está preguntando y pidiendo una Segunda Temporada. Cuando escribí Primera Temporada pensaba que el título conllevaba mucho de lo que quería explicar: tiene un relato capitular, hace referencia a las series, está escrita como una temporada de ficción seriada con varias tramas que avanzan en horizontal, la historia se cierra pero deja un cliffhanger que crearía una dinámica nueva para una segunda temporada, etc. Para mi Primera Temporada es perfecta en si misma. Y refleja un momento vital y un punto de vista sobre ese momento vital, obsesivo y seductor, que viví dentro de la cabeza de Cliff. Sí que he pensado qué pasaría en una Segunda Temporada y creo que podría ser atractivo escribirla. Pero esto es como una serie no sólo depende de mí, depende de la cadena y del share. Escribir desde dentro de Cliff es muy bonito, pero devastador emocional y psicológicamente. Asocio la escritura de Primera Temporada como lo único bueno que me pasó en 2013. Y creo que quiero mirar adelante y olvidarme definitivamente de todo lo que me pasó en aquel año tan jodido. Además ya tengo 36 años y muchas historias que contar, poco tiempo para escribirlas y facturas que pagar, así que no sé si habrá más Temporadas. Quizás sí…
Yoli García
Primera Temporada
Enric Pardo
Reservoir Books
Año 2014
Pag 320 pag.
ISBN 8439728522
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