“No se puede encontrar la paz evitando la vida”
Con un guiño a Wirginia Woolf, Alejandro Palomas nos abre la puerta de la primera parte del libro: Algunas luces y muchas sombras. Empezamos un viaje dirección a la ternura, a los recuerdos, a los sentimientos y a los silencios que dicen mucho más que los ruidos.
Es complicado comentar un libro que te ha impactado, que te ha hecho vibrar como nunca y más cuando el autor es un mago de las palabras, un hechicero experto en crear escenas que te tambalean, que sin respiro te llevan del llanto a la carcajada, y que es capaz de dar vida a unos personajes tan vivos que parecen flotar fuera de las páginas del libro, que reconoces en sus gestos a compañeros de vida, y a nosotros mismos.
Una madre, Amalia, el eje de esta historia, reúne a su familia para celebrar la Nochevieja. Sus tres hijos, el peculiar hermano, una nuera muy correcta, dos perros y la silla de las ausencias se disponen alrededor de la mesa, y un pasado denso, que se intuye en el silencio. Un pasado con muchos porqués sin respuesta, con episodios dolorosos que no han cicatrizado, con mentiras, silencios y gestos que quieren mitigar el dolor.
Y también risas, muchas risas que Amalia, una madre entrañable, de apariencia torpe, valiente y muy inteligente, sabe despertar en las personas que quiere. Con sus ocurrencias surrealistas, sus movimientos incontrolados y su ceguera lúcida se convierte en el alma de la historia, en el nexo de todos, en la chispa que despierta lo no dicho y abre los ojos de quienes no saben ver.
Imagino a Palomas delante de su ordenador, pero con la mente lejos, más allá de las colmenas iluminadas de la ciudad, sobre el puente que separa el mundo de la realidad y la página en blanco. Desde las alturas, se convierte en un imán de sensaciones, de verdades calladas, de aromas y colores que absorbe, encaja como un puzle y lo traslada todo al mundo que llamamos ficción, creando lo singular en universal. En arte.
“Miradas que se cruzan en un espejo.
Libreta de páginas violetas escritas con los porqués de la vida.
Mirada fija en un móvil, esperando un mensaje que quedó a medias.
Esa silla de los ausentes.
Unos ojos de bosques alemanes con vacíos.
Y esa madre…”
No puedo añadir nada más que un GRACIAS a Alejandro por regalarnos esta historia.
GRISELDA MARTIN CARPENA
UNA MADRE
Autor: Alejandro Palomas
Editorial: Siruela
1ª edición: 2014
242 páginas
ISBN: 978-84-16120-43-7
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