Las crónicas de la señorita Hempel - Sarah Shun-lien Bynum

Las crónicas de la señorita Hempel

Sarah Shun-lien Bynum

Editorial: Libros del Asteroide

Traducción: Gabriela Bustelo

Primera edición: 2011

Páginas: 261

ISBN: 978-84-92663-47-7

         Sarah Shun-lien Binum nació en Houston en 1972 y es profesora de Escritura y Literatura en la Universidad de California.  Es autora de “Madeleine is Sleeping” y de relatos editados en publicaciones periódicas. En 2008 publicó “Las crónicas de la señorita Hempel” finalista del PEN/Faulkner Award. Dos años más tarde The New Yorker cita a la autora entre los veinte mejores escritores norteamericanos menores de cuarenta años. Con parecidos avales el lector espera que “Las crónicas de la señorita Hempel” le resulte una lectura deslumbrante. Y si a todo ello sumamos las frases reunidas por la editorial en la contraportada y en la faja publicitaria, las expectativas son verdaderamente elevadas.

La protagonista, Beatrice Hempel es una joven que acaba de licenciarse y que empieza a impartir clases de lengua en un colegio privado. La obra es una recopilación algo desordenada de sus observaciones referentes a sus alumnos y a sus hábitos y conductas, de sus interrogantes respecto a la propia vida y de su desmedido afán por encontrarse a sí misma- si es que tal meta no es un imposible. Los comentarios de la señorita Hempel, al hilo de su trabajo o de sus relaciones personales y profesionales, son curiosos, incluso lúcidos y, más raramente, divertidos. La novela sin duda resulta interesante como descripción de un mundo y de una época, pero las larguísimas y, con frecuencia, gratuitas divagaciones de Beatrice con respecto a todo y a nada, lastran el discurrir de la obra.

         A mi entender los halagos referidos a la obra que nos ocupa sobrepasan la verdadera dimensión del libro y su contenido no acaba de ajustarse a las promesas de excelencia que se deducen de observaciones como la de Jonathan Franzen que afirma: “Es capaz de trasladarte en una misma frase del ingenio y la hilaridad a la desesperación y la pena más desgarradoras”.

Empar Fernández