Foto: Laura Zorrilla |
Flavia Company vuelve al mundo literario con 'Que nadie te salve la vida / Que ningú no et salvi la vida' un libro muy humano, y nos ha contestado a una entrevista.
Traductora, crítica, profesora y
escritora. ¿Manejando tantas ramas de la escritura, en cual se siente más
realizada?
Mi proyecto tiene que ver con la
escritura. El resto de las actividades, que sin embargo me agradan, tienen que
ver con la necesidad de trabajar para ganarme el sustento y financiar mi
dedicación a la literatura.
Escribe poesía, novela y relato. ¿Tienesalgún género en el que se sientas más a gusto? ¿Por qué motivo cree que el
relato no es tan considerado por las editoriales?
Todos los géneros encuentran su momento.
De hecho, en la actualidad, además, se hibridan, de contagian, se mezclan.
Las editoriales no tienen tanto aprecio
por el relato debido a una razón puramente crematística. El cuento vende menos.
Como mínimo en este país. Por eso son tan importantes iniciativas como la de la
editorial Páginas de Espuma, que se dedica al relato en exclusiva.
En su última obra Que nadie te salve la
vida, Crimen y castigo tiene un papel importante a lo largo de toda la
narración. ¿Busca un paralelismo? ¿De dónde nace la idea de la novela?
Crimen y castigo es una novela que trata
el asunto moral del delito y del remordimiento. Los paralelismos con el
planteamiento de mi novela son intencionados y, de algún modo, la escribí con
la intención de establecer un diálogo con la obra clásica, siempre por supuesto
desde la más absoluta humildad.
'Que alguien te salve la vida' plantea una
deuda. Puede acabar siendo la excusa perfecta para cometer el peor de los
actos, escribe Enzo. ¿Obediencia o deseo? ¿qué opina la autora?
Si quien te salva la vida
quiere cobrársela, es verdad que plantea una deuda. Si no, es un acto de
generosidad que, simplemente, merece agradecimiento y del que quien salvó la
vida de otro puede sentirse orgulloso. El quid de la cuestión es si de veras
somos capaces de dar sin pedir nada a cambio.
El protagonista argumenta: siempre había
dicho que valía más arrepentirse de lo que había hecho que de lo que no se
había llegado a hacer, pero al final cambia de opinión, justo antes de morir. ¿Cuál
es su postura ante esta idea?
Depende de lo que se haya hecho, depende
de lo que se haya dejado por el camino. Claro está que no es lo mismo perseguir
con constancia y tenacidad un sueño que seguir las indicaciones de alguien que
nos pide que cometamos una crueldad. Esa es la sorpresa de Enzo: que no se
puede generalizar, que las verdades a veces cambian, que la muerte nos pone
frente a razones (y emociones) inopinadas.
¿Quiere el perdón cuando sabe que no
tendrá respuestas. ¿Tiene sentido pedir el perdón cuando estás muerto? ¿Cree en un karma?
Sí tiene sentido. Todo lo que contribuya
al orden o a la armonía universal tiene sentido. Aquello que ayuda a que todo
coincida es no solo bueno sino necesario. Creo que tarde o temprano todas las
piezas encuentran su lugar y consiguen que se produzca la justicia poética.
En la novela se genera una cadena de
deudas, crímenes sin perdón. Berta es la última destinataria de una memoria
histórica. ¿Se puede transpolar a la realidad de Argentina y España?
Es una buena lectura de la novela, sin
duda.
En efecto, creo que puede hacerse una
lectura histórica. Más generalista, por decirlo de algún modo. Esto entronca
con la pregunta anterior: antes o después llega el momento de ajustar cuentas,
de enfrentarnos a los hechos, de responsabilizarnos y leerlos desde la
conciencia.
¿Destino? O ¿en la vida es todo un azar?
¿Las dos cosas, tal vez? ¿Tal vez el azar
está al servicio del destino?
Es difícil contestar a esa pregunta. Lo cierto
es que, a toro pasado, siempre nos parece ver lazos que relacionan los hechos,
explicaciones de nuestros actos, explicaciones y razones para todos ellos que,
en el momento de llevarlos a cabo, nos resultaban ocultos.
Al personaje de la anciana vendedora de
antigüedades le acompañan tres objetos: el libro sobre la miel, las cartas de
un pretendiente y una silla. ¿Qué metáfora nos esconden estos objetos?
Queda a la interpretación de los
lectores. Cada cual verá en ellos, seguramente algo distinto. Lo que sí queda
claro es que la anciana anticuaria representa la magia y, de algún modo, la
valoración de todo aquello que no tiene precio.
Es una novela ambiciosa que se plantea
dudas universales: Vida, destino, muerte y perdón. Ofreces pocas respuestas. ¿No
temes que el lector aficionado a lectura ágil abandone el libro?
Pues la verdad es que no. Pienso que está
narrado de un modo que permite distintas lecturas. Alguna que se remita
preferiblemente a la acción, otra que se dedique mayormente a la reflexión,
algunas que combine ambas.
Introduce los diálogos en el texto.
¿Por qué toma esa licencia? ¿Para estimular al lector?
Esto tiene que ver con la pregunta
anterior. Me parece que la integración de los diálogos agiliza el texto, le da
un ritmo más veloz y permite al lector leer sin detenerse demasiado.
¿Como profesora de escritura que
aconseja a futuros escritores que tienen una idea y desean verla reflejada en
un manuscrito e incluso poder publicarla?
Quien desee escribir debe preguntarse qué
quiere decir, qué necesita decir, qué tiene que decir. Y una vez aclarado ese
peliagudo asunto… decirlo.
Traducir una obra ¿Es entender las
palabras y sentimientos de otros?
Lo es, sin duda. La traducción es la
forma más profunda y privilegiada de la lectura.
Kafka decía que para escribir su situación ideal es estar encerrado en un
sótano, donde una mano anónima te trae de comer y tú te dedicas a escribir.
¿Cómo es la situación ideal de Flavia Company?
Tener algo que decir, el
tiempo para decirlo y el entusiasmo de llevarlo a cabo.
¿Está trabajando en una
nueva obra?
Estoy metida en un libro
de relatos, sí, y he comenzado a planear una nueva novela. Tiempo al tiempo.
Ahora, toca reflexionar.
Griselda Martín Carpena
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