No debe ser muy placentero despertarse en un hospital al que no sabes como has ido a parar, con tan solo el vago recuerdo de que un coche rápido te arrolla, que has visto un brazo con un tatuaje y la desaparición de tu hijo. Eso es lo que sufre Sibylle una mañana cualquiera, antes de escapar de tan despreciable lugar, para acabar en la calle con un camisón y sin saber como acudir a casa. Pues así empieza Pasillo oculto de Arno Strobel, la novela de este informático alemán sorpresa de la temporada (Ya va por la 3ª edición), donde se reflexiona con la capacidad del hombre para manipular la mente humana.
En la promoción de su libro se dice que usted desbancó a Stieg Larsson de las listas de ventas ¿Se siente halagado por este hecho?
No diría yo que halagado. Cuando mi novela comenzó a aparecer en las listas de éxitos y comprobé qué nombres la acompañaban pensé que sin duda se trataría de un error y que alguien debía de haberse confundido. Me sentí sorprendido y esa sorpresa aún continúa.
Hasta ahora habíamos visto todas las profesiones en escritores, nos faltaba un informático.
Lo opuesto de mis dos carreras profesionales es precisamente lo que personalmente percibo como de mayor interés, el hecho de que no exista punto de contacto entre ellas, un lugar en el que ambas pudieran solaparse. La frontera entre la objetividad informática y el mundo virtual de mis personajes se halla tan claramente trazada que me permite desconectar y cambiar de registro con mucha facilidad. Y a la vez esos dos ámbitos tan diferentes logran generar en mí algo así como un equilibrio.
Nada en absoluto. Sí que existen experimentos enfocados a eliminar recuerdos, por ejemplo, tras experiencias especialmente duras y traumáticas, y ciertamente se han podido lograr algunos éxitos, pero aún no se ha conseguido hacer desaparecer un recuerdo concreto. El sistema es más bien comparable a aplastar un girasol con un martillo para hacer desaparecer de él una pipa.
¿Se ha tenido que documentar mucho sobre la mente humana y los métodos que se emplean para investigar?
Me he documentado mucho sobre el tema y tuve la oportunidad de consultar con algunos médicos.
Hay que reconocer que ha hecho usted un gran trabajo para conseguir que el lector no se pierda entre realidad, sueños, ficción y recuerdos implantados ¿Le costó mucho?
Para nada. Me divierte mucho incluir nuevas bifurcaciones y colocar indicaciones falsas en las que (o eso espero) se pierden los lectores.
Hasta ahora habíamos visto historias de personas que desaparecían y al volver nadie les conocía, pero nunca que tuvieran su misma mente y distinto cuerpo ¿Cómo se le ocurrió esta historia?
El detonante fue una amiga de mi mujer. Nos visitó hace aproximadamente tres años un domingo por la tarde con su hijo de cinco años. Aquel jovencito tuvo un día particularmente díficil por lo que en un momento dado su madre perdió los nervios y, haciendo una mueca, comentó que iba a partir de ese momento y por diez minutos iba a intentar imaginarse que no tenía ningún hijo.
Y en ese instante pensé cómo reaccionaría una madre si fueran los demás los que le insistieran en que no tenía ningún hijo. Así nació la idea inicial de „Pasillo oculto“.
Se trata de una pregunta muy complicada. Por una parte sí que estoy convencido de que también deben de existir fronteras en la investigación del cerebro humano, o precisamente en ese ámbito. Por otra parte me pregunto sin embargo quién debe asumir ese control.
¿Le gustaría ver alguno de sus libros en película?
Me encantaría. Sobre todo para comprobar qué sería capaz de hacer un director de cine con mi historia
Xavier Borrell
Lee la crítica del libro aquí.
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