Siegfried Lenz
Traducción: Rosa Pilar Blanco
Editorial: Maeva
Edición: 2011
Nº de páginas: 109 pp.
I.S.B.N.: 978-84-15120-23-0
Es inaudito como un pequeño libro, y no hablo de calidad si no de cantidad, que transcurre en la cárcel de Isenbüttel, un pequeño pueblo cerca de Hamburgo, no solo sea una pequeña joya literaria, si no que se concierte en un alegato a la libertad, la felicidad y la pasión por vivir. Posiblemente estemos ante un libro de autoayuda sin saberlo nosotros, ni mucho menos proponérselo el autor, Siegfried Lenz (Lyck, 1926), una de las principales voces de la literatura alemana contemporánea. Autor de novelas, obras de teatro, relatos, ensayista y ganador de numerosos premios, como el Thomas Mann (1985), el Goethe (2000) o el Premio Nonino (2010), tras el éxito cosechado con “Minuto de silencio” (Maeva, 2009) y su historia de amor, en esta “El teatro de la vida” el octogenario escritor refleja el amor, aunque esta vez solo sea entre amigos.
Hannes permanece en prisión por haberse hecho pasar por policía para cobrar multas a incautos, que preferían pagar en dinero al instante que tener que soportar la multa, hasta el día en que sus víctimas resultaron ser auténticos policías. Allí comparte celda con El profesor, un antiguo profesor a quien acusaron, después de que unas alumnas suyas consiguieran la mayor calificación en unos exámenes, de haber estado con ellas la noche anterior a dichas pruebas.
A la cárcel llega una compañía de teatro para intentar hacer más levadera la reclusión. Hannes, El Profesor y unos cuantos presos más, huyen en el autobús de gira de la compañía y van a caer a la ciudad de Grünau, donde, confundidos por actores, el pueblo lo recibe con un entusiasmo extremo. Así que los presos deciden seguir el juego asentándose a las afueras del pueblo en el autobús, montan un espectáculo con tanto éxito que los máximos responsables del pueblo, el alcalde, decide convertir la población en un referente cultural de la zona.
Humor, diálogos brillantes y mordaces, momentos esperpénticos, situaciones absurdas, ganas de vivir y mucha filosofía de calle es lo que desprende este pequeño gran libro de Lenz.
Se lee en un suspiro, no se atraganta, incluso con su sencillez, consigue que tengamos una digestión rápida, pero que su regusto siga en nosotros un largo tiempo.
¿Se puede vivir en una mentira? ¿Puede ser cierta una mentira si muchos empiezan a creérsela? Preguntas como estas nos haremos al finalizar el libro y a bien seguro que todas y cada una de ellas quedarán contestadas tras su lectura.
SALVA G.
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