El argumento de este libro podría estar pasando en estos momentos. Los escenarios son reales. Los hechos sociales que se narran son fáciles de comprobar tan solo encendiendo el televisor o abriendo las páginas de cualquier diario: capitalismo desbordado, corrupción, miseria, depresión, suicidios, anestesia emocional… Los personajes del papel se convierten en seres más auténticos y coherentes que los posibles usuarios del metro con los que compartimos asiento a diario.
Henry Gammont, director creativo de una empresa de publicidad, es traicionado por su mujer, por su jefe, por la vida. Expulsado de la sociedad del éxito, solo y cegado por el odio, tan solo piensa en una salida: el suicidio tras una venganza justa.
Una llamada de teléfono consigue distraer temporalmente sus planes. Su madre ha muerto y se traslada a Vannes, su ciudad natal. En una vieja caja se encuentra con el recuerdo de su infancia: unos botones.
“Cuando alguien nos atacaba, se burlaba de nosotros, nos acusaba o perjudicaba, íbamos a por él. Le propinábamos un par de bofetones y le arrancábamos los botones. De algún modo nos rebelábamos contra todo los que nos parecía sucio e injusto. Después, al crecer y aceptar que el mundo es como es y que no tiene remedio, dejamos de revolvernos contra lo que está mal y no nos gusta, contra todo aquello que es ofensivo e intolerable, y nos acostumbramos a ser agredidos y maltratados, y a que nos arrancasen los botones del alma, uno por uno, en una vida anodina, exenta de valor.”
Henry no cree en el azar, todo es destino y punto.
Ir a tomar una copa a un bar será el detonante que provoca un cambio en su vida. Conoce a un marchante de arte y a una enigmática y hermosa mujer. Claire, inspectora de policía, testaruda y profesional, también formará parte de ese nuevo giro, tal vez no casual, en el que serán protagonistas
Una secuencia de hechos parece confirmar que sus vidas están orquestadas, son parte de un plan perfectamente estudiado.
El club de los filósofos asesinos trabaja en la sombra.
En la sombra podemos estar todos.
Cuando la realidad se despoja de ambivalencias y se te muestra desnuda ante los ojos, solo puedes optar por dos caminos.
Uno es seguir coleccionando botones.
Los personajes y la trama que nos regala Julio Murillo con esta última de sus obras, no deja al lector pasivo. Le obliga dar un paso al frente, liberarse de prejuicios y tomar posición.
¿Dónde están el bien y el mal?
Parece una respuesta fácil.
No lo es.
A través de Twitter le comenté a su autor que me daba pena saber quien era Hipatia, que ya lo sospechaba. Me respondió con una pregunta: cual es el motivo. Al principio no supe la respuesta. Ahora, sí.
Al acabar de leer la última página de esta novela, seguramente pensarás en el nombre de algún filósofo que aún no pertenezca al club.
Yo lo hice.
Griselda Martín Carpena
El club de los filósofos asesinos
Autor: Julio Murillo
Editorial: Martínez Roca
Edición: Mayo del 2012
Género: Thriller
381 páginas
Editorial: Martínez Roca
Edición: Mayo del 2012
Género: Thriller
381 páginas
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