!-- TradeDoubler site verification 3255486 --> Propera parada: cultura: El año que me enamoré de todas - Use Lahoz (Premio primavera de novela 2013)

dimarts, 16 d’abril del 2013

El año que me enamoré de todas - Use Lahoz (Premio primavera de novela 2013)




Sylvain Saury, el joven parisino instalado en un Madrid de amores, noche y engaños es el protagonista de esta novela del autor Use Lahoz. Una comedia con muchos matices que por momentos me ha parecido un alter ego de aquella otra joven entrañable y a veces desesperante que el cine hizo famosa, ustedes la recordarán: Brigitte Jons.
Incompleto, atrapado en este estado en el que la vida se vive a través de las relaciones con el sexo femenino, también Saury busca su modo de estar en el mundo. También él vive un amor frustrado, el que se ha vivido pero no se ha agotado, con una joven alemana (metáforas de esta Europa de intercambios y movilidad que se nos acaba) que decide seguir sus huellas hasta Madrid. Aquí Madrid es un escenario de estudiantes, de jóvenes que no quieren plegarse a la ortodoxia que impone la necesidad de hacerse adulto. Un Madrid emocionante y vital.

Hay diferencias con nuestra amiga Brigitte, que en mi opinión, hacen de Sylvain un personaje con más aristas y por tanto, más creíble. La relación con su madre, mujer enamorada de la vida y por tanto del amor, y el detalle casi mágico de monsieur Tantin, el mecánico que arregla el corazón de madre e hijo cada vez que este se detiene con un desengaño. Láudano, beber, comer mejillones, fumar por los descosidos: no huir del dolor de la pérdida sino sumergirse en él hasta que desaparece. Sabio este mecánico de corazones.
Sylvain encuentra un manuscrito en el ascensor de su nuevo piso. Un manuscrito escrito por un pastelero que cuenta su vida, Metodio, hombre amargado, o quizá no tanto, que vive en el mismo edificio. Vale la pena descubrir a este personaje. (Enternecedora la historia de Alain y el Pastís, bebida que deben probar si no lo han hecho para entenderla)

A partir de este momento la trama se divide en dos, y los amantes de estas construcciones dobles se sentirán encantados. Otros pensarán que una historia pesa más que la otra, que en ciertos momentos se pierde interés por alguna de ellas, yo soy de esta opinión y es una pena: El ritmo es desigual, empieza de manera fulgurante, apetece adentrarse en esta vida de un joven romántico, pero hay momentos en los que ese interés decae a favor del pastelero y de sus historias adornadas con el inconfundible estilo de las novelas gastronómicas, mágicas, como Agua para Chocolate. Una delicia para los sentidos. Pero después sucede al revés, es la historia de Sylvain la que me gana, y siento la opuesta como una intromisión que llega a molestar. Cierto que al final existe el encaje, y que la figura de Laura les dará unidad, pero hay demasiadas fricciones y distracciones hasta ese punto. Esto no es una crítica, es una opinión. Y para gustos y sabores, los colores. Por momentos la comedia tiene visos de ser más intensa, de ir más allá de los plácidos caminos previsibles de este tipo de historias que, tarde o temprano, acabará en el cine, porque es visual y resulta empática. Pero siento que el autor decide no profundizar en ese camino para no apartarse de ese aire de fragilidad que hace a Sylvain tierno, pero previsible. No he leído antes a Lahoz, pero les aseguro que es un escritor con muchos recursos, un verbo ágil y potente. Seguramente en otras novelas decidirá que vale la pena traspasar ese escalón.

Recorremos el camino de Sylvain hacia el doloroso e inevitable momento de dejar atrás las dudas y las certezas de la juventud para entrar en ese otro mundo con certezas y dudas distintas, eso que se ha dado en llamar madurez, qué palabra, y a medida que el manuscrito y su propia vida cobran unidad la novela fluye deprisa y sin demasiados roces.
Pero me falta algo.

Acabo esta novela con la sensación de haber disfrutado de una de aquellas épocas de mi vida en las que no valía la pena pensar en los muros que tenía delante, sino en las rosas que lo adornaban. Uno querría detener el tiempo. Pero el tiempo no se detiene y los libros, como los amores de juventud, y como Madrid, también se acaban para dar paso al siguiente.
Aunque nunca los olvidamos. Que ustedes la disfruten.

Víctor del Árbol.


El año que me enamoré de todas 
Use Lahoz
Fecha de publicación: 20/03/2013
304 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-670-2543-9
Colección: ESPASA NARRATIVA


Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada

Popular