La Prendería Takano no es un anticuario, insiste en aclarar su propietario, es una tienda de segunda mano.
Como todos los detalles de esta novela, y al contrario de los objetos que se acumulan sin orden en el local, nada es superfluo en la narración, tampoco esta frase. La Prendería no tiene antigüedades en sus rincones y estantes, contiene objetos actuales, desechados por sus propietarios o que han trascendido a su muerte. Objetos frágiles, malditos, olvidados…, objetos que se pueden reinventar...
Hitomi, joven japonesa, entra a trabajar como dependienta en el local del señor Nakano. Como narradora y personaje central, es la mirada delicada e introspectiva que utiliza la autora para mostrarnos las costumbres y peculiaridades del Japón contemporáneo. Cree enamorarse de Takeo, el tímido ayudante del propietario que, como la tortuga pisapapeles de la Prendería, se esconde o bien se aleja para protegerse.
Masayo, la hermana inquieta e independiente de Takano, acude regularmente por la tienda. Sin descanso, confecciona y expone muñecas y atormenta a su hermano con sus relaciones amorosas. Es la figura reflexiva, la rebeldía ante la aceptación que muestra la mayoría de personajes.
Nakano cierra la Prendería, se cansa del negocio, igual que se cansa de sus relaciones sentimentales. Pasan tres años y los cuatro personajes se reencuentran en el nuevo local de Nakano. Hitomi y Takeo se han reinventando, son dos personas diferentes, al igual que el nuevo negocio, donde ya no hay objetos usados, sino antigüedades occidentales.
Como en sus anteriores novelas, Kawakami nos muestra abundantes referencias sobre la cocina japonesa; sobre la muerte, a través de los objetos que sobreviven a sus propietarios o a través de las reflexiones de Masayo y vuelve a tratar sobre las difíciles relaciones sentimentales, donde los emociones se esconden en las miradas perdidas y las palabras no dichas.
No es una narración que destaque por un ritmo trepidante, ni por giros inesperados, tampoco por un desenlace impredecible. Si te atrapa es por la suavidad de sus descripciones, por la fragilidad de unos personajes cuyas vidas se amalgaman con las historias que esconden los objetos acumulados en la Prendería. Personajes y objetos se entremezclan, forman un todo, unidos por sutiles detalles que su autora nos va regalando en cada página, como un juego, un reto que el lector debe captar.
Leer una obra de Hiromi Kawakami es dejarse absorber por la suavidad de su pluma, entrando en un oasis donde el tiempo parece detenerse y la sensibilidad emerge a la superficie como las flores de loto a través de las aguas estancadas. Puede parecer que no pase nada, pero en realidad la vida fluye a través de cada párrafo, de cada detalle. Tan solo tienes que dejar que te empape la fina lluvia de sus palabras.
“La lluvia caía con redoblada intensidad. Empezamos a oír algunos truenos. Takeo y yo seguimos abrazados, sin decir nada. Cayó un relámpago y, al poco rato, un trueno retumbó cerca de allí. Nos separamos y echamos a andar cogidos de la mano, aunque nuestros dedos apenas se rozaban.”
GRISELDA MARTIN CARPENA
El señor Nakano y las mujeres
Hiromi Kawakami
Acantilado / Quaderns Crema
Primera edición, octubre 2012
239 pàginas
ISBN 978-84-15689-03-4
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