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primera vez en 1932, UN MUNDO FELIZ es la novela más famosa del
británico Aldous Huxley y un clásico de la literatura futurista
que, tras 81 años, sigue siendo motivo de reflexión.
Utopía es ese
mundo feliz que se consigue con el avance científico. La tecnología
reproductiva, cultivos humanos y la hipnopedia son las principales
herramientas para “fabricar” seres humanos que se conforman con
su vida y sobre todo que no dudan.
En esta idílica
sociedad no existen el hambre ni la guerra, desaparece la familia, la
diversidad cultural, la religión y la filosofía. El sexo es una
obligación, la juventud es la norma y si la tristeza o la duda
afloran, es fácil evitarlas con unos gramos de “soma”.
Malpaís es la
reserva donde quedan vestigios de seres “no civilizados”,
vivíparos que siguen conviviendo con la miseria y las enfermedades,
con el respeto a sus dioses y sus dudas filosóficas. Representa el
pasado de la novela, nuestro presente y, añadiría, el futuro que
los Alfas tal vez deseen para las castas inferiores...
Jonh el Salvaje,
uno de los protagonistas, vive en Malpaís y es hijo de
“civilizados”. Metafóricamente puede representar nuestro
presente. No pertenece al pasado ni al futuro de ninguna sociedad. No
encuentra su sitio en un mundo que ni entiende ni en el que es
aceptado. Sus raíces son las de un mundo miserable que no admite y
su futuro es la conformidad que no entiende.
Como es una novela
conocida, tomo la licencia de recordar el final: Jonh, el híbrido,
decide suicidarse.
Existen infinidad
de estudios y críticas sobre UN MUNDO FELIZ, llegándose a encontrar
paralelismos con obras tan esencialmente diferentes como la “Caverna
de Platón”, en la que la gente es feliz aunque sea esclava en la
prisión de sus propias mentes.
En la película “Matrix” se pueden abstraer conceptos de esta
novela ya que los ciudadanos viven en un lugar totalmente irreal,
controlado por ordenadores y donde la duda también está perseguida.
En la sociedad de
Utopía, los disidentes son exiliados a islas lejanas, para que no
contaminen a una sociedad controlada . En Matrix, Neo, se puede aliar
con la resistencia de Sion.
“Los juegos del
hambre”, novela de ciencia ficción publicada en 2008 y escrita por
Suzanne Collins, ha sido llevada al cine con gran éxito sobre todo
en el público joven. Reincide en esas “dos sociedades”. La
protagonista de dieciséis años, Katniss Everdeen, vive en el mundo
post-apocalíptico donde el gobierno, llamado el Capitolio, tiene el
poder total. Las castas privilegiadas, que podrían ser los Alfa y
Beta se divierten con batallas televisadas donde la población lucha
a muerte.
En el año 2013,
hemos alcanzado muchos de los avances científicos que presagiaba
Huxley, pero no hemos acabado con la enfermedad ni con la guerra.
¿Felices? Tan sólo han conseguido este estado algunos personajes
que se consideran seres Alfa y que viven a expensas de la gran masa
de obreros Delta, Gama y Epsilons. Las castas inferiores no tienen
soma, pero siempre pueden tomar antidepresivos, practicar Coaching y
autoconvencerse de que son felices.
Dudar, también
puede ser penalizado en esta sociedad en la que no aparentar ser
feliz puede ser motivo de sospecha.
Tal vez la próxima
reseña sería conveniente que tratara sobre 1984 de George Orwell.
Para seguir
dudando…
GRISELDA MARTIN CARPENA
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