A las 20 horas la negrura era irremediable. La sede de la RBA se erguía con menos luz de lo habitual, rodeada de sombras que encauzaban paulatinamente el panorama más criminal. Barcelona es una ciudad literaria y mi objetivo era simple pero ambicioso: revelar toda la verdad. Multitud de personas habían esperado durante todo el año la llegada de este distinguido momento: el tradicional encuentro de Novela Negra Barcelonés. Entre los miles de asistentes se diferencian escritores del género noir, editores, libreros, periodistas, políticos, algunos cargos de los Mossos d’Esquadra y diversas personalidades del mundo cultural catalán. El aforo del auditorio se fue llenando en poco tiempo, como se pronosticaba. Todos íbamos cogiendo sitio y sólo algunos movíamos la cabeza al son del minutero, intentando distinguir a alguien sobre el escenario vacío. Quizás eran los nervios que alargaban la espera y atrasaban la llegada de algún corresponsal. No obstante, las estratégicas pantallas que envolvían la sala eran la mejor solución para todos aquellos a quienes no les alcanzaba la vista. Daban cierta tranquilidad.
Inmediatamente se apagaron las luces y Cristina Puig apareció en el escenario, más viva que nunca. La ex presentadora de TVE dio comienzo a la VII entrega del Premi Crims de Tinta otorgado a la mejor novela catalana del año. Paralelamente, se abría el acto inaugural del 11º festival literario de BCNegra, que este 2016 se celebra del 28 de enero al 6 de febrero. Alzando la mirada, podía distinguir a multitud de literatos y celebridades que rodeaban el recinto, con quiénes más tarde tuve el honor de cruzar algunas palabras. A mi izquierda alguien susurró el misterio: la ganadora era una mujer. En ese preciso momento subieron al proscenio el presidente del Grupo RBA, Ricardo Rodrigo; el librero y editor, Paco Camarasa y la alcaldesa Ada Colau; quienes anunciaron al fin el desenlace más esperado.
Una lluvia de aplausos ininterrumpidos forjó una sonrisa perenne en Nuria Cadenes, la galardonada, con su primera novela policiaca “Tota la veritat”. Cuando el silencio cubrió la totalidad del salón, la joven escritora quiso agradecer el premio y hablar más personalmente de su trabajo: ““En “Tota la veritat”, no hay investigaciones retorcidas, ni asesinatos con violencia a lo cártel mexicano, pero sí violencia subterránea de baja intensidad”. “Hablo de mi país, la realidad que conozco. Ocurre que hacemos ver que no lo vemos y después, cuando sale a la luz, no paramos de escandalizarnos; esto somos nosotros”. Núria dedica una buena parte del tiempo a la novela negra y nos recuerda quiénes son sus mayores influencias literarias. Entre ellas destaca Jim Thompson, con su obra 1280 almas, que le ha ayudado especialmente a la creación de su obra; como también Conjectures de Daniel Bastida, de Manuel de Pedrolo. La autora confiesa que es una amante empedernida del género y que le hubiese gustado utilizar el título: “1280 almas”, en su primer libro de índole criminal.
En esta edición habían participado 39 escritores. El premio tiene una dotación de 5000 euros, junto a la publicación de la novela por la editorial RBA–La Magrana. Este año el jurado, que ha acordado por mayoría la decisión conclusiva, ha estado formado por el librero Paco Camarasa, el periodista Toni Iturbe, Jordi Rourera, la comisaria de los Mossos d’Esquadra, Cristina Manresa y el escritor Carlos Zanón.
Mientras continua el discurso recuerdo que, anteriormente, el premio Crims de Tinta había sido organizado por la Conselleria de Interior de la Generalitat. Sin embargo, por segunda vez, el certamen va de la mano de la Fundació RBA, después de la buena acogida que obtuvo el año pasado.
Paco Camarasa, portavoz del jurado, asoma entre mis pensamientos y destaca lo siguiente: “La originalidad formal de la novela con una poderosa polifonía de más de quince voces narradoras que plasman, fragmentadamente y con vocación de rompecabezas, las diferentes tramas que se entrecruzan alrededor de un asesinato en un pueblecito del interior”. Además, hace hincapié en que la violencia no es sangrienta, sino: “una violencia enterrada o patente, cotidiana, que llega a tener una presencia constante, de la que no puedes huir”.
Entre los asistentes que contemplan el acto, en primera fila, se pueden ver a los ex alcaldes de Barcelona: José Montilla y Xavier Trías; Ramón Espadaler, el actual secretario general de Unión Democrática de Cataluña, Ferran Mascarell, Conseller de Cultura de la Generalitat de Catalunya y la abogada Magda Onarich.
Curiosamente, este año también ha ganado el Premio Internacional de Novela Negra una mujer: Donna Leon, por todo el conjunto de su obra. Y como si me tratase del comisario veneciano Guido Brunetti, el protagonista de sus obras, recordé mi finalidad en ese momento: retratar el panorama criminal del momento.
El acto duro una hora, aproximadamente, donde pudimos oír hablar a la mayoría de los presentes en el escenario. Seguidamente, se anunció que se retirarían todas las sillas y se dio paso al catering esperado. En un intento por felicitar a Núria, me encontré con el crítico literario, y amigo, Xavier Borrell. Ambos habíamos trabajado juntos en un programa cultural, Propera parada: cultura, que se emitía en Ràdio Cornellà. Tratábamos la actualidad en la literatura y las artes escénicas. Ese fue mi primer contacto con el mundo cultural: la adictiva radio. De repente, un camarero interrumpió mi conversación para ofrecerme una copa y la galardonada ya no estaba a mi alcance. El catering, de la mano de Nandu Jubany, parecía ser todo lo que necesitaba en ese momento. El chef, con estrella Michelin, también es asesor gastronómico de Majestic Hotel Group. Me planteo la posibilidad de ir a visitarle, todo está verdaderamente exquisito, pero por si acaso disfrutaré del momento.
En mi segundo intento por desatar la verdad, me fui topando con escritores del panorama actual, algunos me contaron sus situaciones y proyectos. Mi acompañante también decidió seguirme el paso. Al fondo, se veía un Víctor del Árbol sensible y emocional, como de costumbre, en compañía de Eva Olaya. Él había sido el ganador del Premio Nadal hacía dos semanas. Se acercó a saludarnos Nacho Cabana, guionista y escritor, y nos presentó al actual vencedor de L’H confidencial: Vladimir Hernández. Un cubano que aparentaba menos edad de la que tenía. Sí, se lo tuve que preguntar. Estuvimos conversando sobre Crims de tinta, que había logrado ser referente internacional en el género policíaco, cuando mi mirada se desvió al ver pasar al gran Pierre Lemaitre. La inquietud no me dejó desclavar la postura de mi sonrisa y maldije a la copa y el bolso que llevaba en la mano por ocupar tanto espacio. Demasiado tarde, ya había conseguido avanzar hacia la otra punta de la sala. Parecía rehuir de todo contacto, como si hubiese notado mi afán periodístico y mi falta de papel en la mano.
Ciertamente, el encuentro me hizo pensar en lo que estaba sucediendo con los escritores más nórdicos: todo tenía gusto francés. Referentes como Lemaitre, Michel Bussi, Fred Vargas o Bernard Minier, estaban haciendo el relevo en las librerías a los anteriormente populares. Ellos encabezaban las listas ahora.
Había perdido el rastro de la protagonista de la noche, pero no desestimé la idea de buscarla más tarde. Entre los invitados y las bandejas de croquetas apareció Andreu Martín, novelista, guionista de cómic y de cine español. Está considerado como uno de los maestros de la novela policiaca. Pude saludarle rápidamente, porque le estaban esperando al otro lado de la barra principal. En ese momento, ésta no estaba desbordada de gente y supongo que quiso aprovechar el espacio más tranquilo.
Al salir a la terraza me encontré con otras personalidades. Vino a saludarnos Aro Sáinz de la Maza, conocido actualmente en Francia y me habló de su último trabajo: El ángulo muerto, publicado en RBA. La noche situaba el ambiente de manera eficiente, mientras se habían creado grupos y corrillos en todo el auditorio. Me hubiese gustado acercarme y oír lo que debatían y comentaban cada una de las voces. Aunque se acercaba a mi objetivo, no iba con mi personalidad. Al poco tiempo apareció la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, acompañada de varios escritores y algunos ex políticos. Sonriendo, como de costumbre, abandonó el acto al poco tiempo. A nuestro corrillo se unió el escritor y director de una biblioteca de Santa Coloma de Gramanet, Daniel García Giménez. Me intereso fijarme si tenía alguna copa de vino en la mano, al acordarme de su novela: Los discípulos de Baco. En ella demuestra su estrecha relación con el mundo de las viñas y le pregunté por su gusto refinado. Al poco tiempo vino a saludar el literato Josep Camps y estuvo charlando algunas palabras con Xavier. Nos invitó a la presentación de su nuevo libro: Rezos de vergüenza. Acepté con agrado. Paulatinamente nuestro grupo fue aumentando y también pude ver a Empar Fernández, docente y escritora, entre nosotros.
Algunos editores, que no eran de RBA, también habían presenciado el evento e iban saludando incesantemente. A mi izquierda apareció Ernesto Mallo, dramaturgo, guionista, escritor y periodista argentino. Escuché que hablaba de la nueva novela argentina, pero el tumulto de las voces no me dejo seguir la conversación. Me acordé del personaje de su novela, el comisario Lascano, y con ello refresque mi propósito para hoy: Núria. Dejé pasar por mi lado la bandeja de canelones y me dispuse a buscarla entre la aglomeración. Había pasado poco más de dos horas y la mayoría de invitados continuaban sus charlas. Algunos no se habían movido del sitio aún, sobre todo, los de la puerta de al lado del catering. –Muy black todo- pensé.
En mi trayectoria me crucé con Luis Gutiérrez Maluenda, y refresqué uno de sus libros: Mala hostia. Sonreí por la buena idea del título. Soy de las que piensan que el éxito de una novela tiene que ver, en parte, por la fuerza de la portada. De camino me presentaron a Roser Herrera, directora de la Agencia Literaria Letras Propias y como si hubiese una luz que me guiara por buen camino, al fin topé con la ganadora del certamen. Me giré en varias ocasiones para advertir que nadie iba a detenernos y me postré enfrente suyo aliviada y ahogada a la vez, sin saber qué decirle. Me sonrió. Le felicité por el premio y su irrupción como escritora. También le propuse si podía entrevistarla para un proyecto periodístico que tenía pendiente. Acepto sin titubear y me apunté el contacto de prensa. Cuando me disponía a hacerle algunas preguntas más, alguien la cogió del brazo. La vi alejarse como una sombra camuflada que no sabía a donde se dirigía.
Resulta difícil hablar con alguien tan solicitado en ese momento, así que me sentí bien por haber podido confirmar una entrevista con ella. Me dispuse a volver al lugar de antes y por el camino me encontré con Emili Bayo, el ganador de Crims de Tinta 2015, con Puta pasta. En ese momento suspiré al saber que había conseguido mi cometido y me regalé estar unos minutos menos pendiente de lo que sucediera. Al fin y al cabo, había logrado descubrir y conectar con algunas personalidades criminales del momento, hasta llegar a lo que más importaba esa noche, en ese evento: percatarme de Tota la veritat. O al menos, parte de ella.
SOBRE LA ESCRITORA PREMIADA
De política a novelista y ganadora del Premi Crims de Tinta 2016
Núria Cadenes ha conseguido uno de los premios más importantes del panorama Barcelonés. Su novela, Tota la veritat, está ambientada en un pueblo ficticio: Dolmeriu, donde los 500 habitantes viven del cultivo de la viña. Robert Mascaró, un arribista exitoso que se encontraba de vacaciones, muere en circunstancias desconocidas. Era un hombre que se dedicaba a ganarse el favor de los políticos para obtener dinero y fama. Al pueblo acude la policía, la prensa, un abogado, políticos y un periodista que había sido amigo del asesinado durante los años de juventud. Entre todos, él es quien conoce más al fallecido e intenta descubrir pistas que le lleven al escenario apropiado.
La mayoría de habitantes intentan predecir y hablar sobre lo que ha podido pasar, pero ninguno de ellos sabe con exactitud el cómo. En la trama, destacan las quince voces narradoras que consiguen adentrar al lector en la historia. No es altamente violenta, pero consigue sumergir al lector en una denuncia y una historia real que parece pasar desapercibida para todos.
La galardonada del Premi Crims de Tinta 2016, es ex periodista y actualmente dirige la librería 3 i 4 en Valencia. Asimismo, ganó en 2008 el Premi de narrativa Ciutat d’Eix y en 2010, el XX Premi de la Crítica dels Escriptors Valencians de narrativa. Su primera novela: El banquer, escrita en 1984, es una biografía del mallorquín Joan March. No se había interesado por el género negro hasta que en 2013 Anna Maria Villalonga le invitó a que escribiera un relato criminal para el volumen de cuentos: Elles també maten (Llibres del delicte). De esta manera, empezó todo. Sin embargo, ella se describe como una amante de la novela criminal desde siempre. Pero, ¿Qué le hizo presentarse al concurso? La escritora explica que se decidió por escribir una novela y que la idea le surgió de color negro, muy oscuro. El deseo de darse a conocer fue fuerte y cuando la acabo, tuvo la intuición de presentarla al certamen. Actualmente ha dicho que se siente flotando de alegría e impresionada por lo que ha conseguido. No se lo esperaba.
Núria desvela que Tota la veritat tiene algo que ver con El banquer. Sobre todo, por el estilo y la evolución que ambas tienen. En cada escena se van sumando las distintas intervenciones de los personajes y habitantes del pequeño pueblo, que aparecen como pequeñas pistas. La trama gira en torno al fallecido y a medida que avanza, van apareciendo todos los casos donde distintos individuos han sido asesinados en extrañas circunstancias y lo peor: sin haber desvelado el porqué. Parece que la comunidad haya decidido callar. Hay un periodista que parece saber más que ninguno, pero para eso hay que leer la novela y descifrarlo por uno mismo.
Por otra parte, la autora también es conocida por otros escritos: Cartes de la presó (1990) y Memòries de presó (1994). Estas fueron publicadas después de haber pasado cuatro años en prisión, tras ser acusada por el atentado de Terra LLiure a una residencia militar en octubre de 1988, en Barcelona. Gracias a una potente campaña de apoyo de los sectores independentistas catalanes, en 1992, el Tribunal Supremo decidió absolverla por falta de pruebas. Ese año fue puesta en libertad. No obstante, se mantuvo el delito por posesión ilícita de armas.
También es una de las fundadoras del grupo independentista juvenil Maluets y ha realizado distintas actividades políticas. En 2013 fue elegida presidenta del partido: Girona de Solidaritat Catalana per la Independencia. Paralelamente, su primera novela negra muestra un mundo de unión entre políticos y empresarios. Quizás todo tiene más conexión de lo que pensamos.
BCNEGRA: El MEJOR LUGAR DONDE ACTUAN Y SE OCULTAN LOS ASESINOS
Se abre la primera jordana de mesa redonda en el Ateneu Barcelonés
Dicen que no hay mejor escenario para el crimen literario que Barcelona. La capital que muchos escritores siguen esgrimiendo en sus novelas. Paseando por sus calles, uno puede recordar recónditos rincones que hablan por sí mismos. Clásicos y contemporáneos siguen empuñando sus plumas y exprimiendo la ciudad condal. Sólo hay que ser capaz de descifrar el rastro. Desde que en el año 70 el detective Pepe Carvalho, uno de los personajes de novela más famosos, deambuló por las calles del Barrio Chino, El Raval, la ciudad se convirtió en escenario imprescindible para el género negro. La parte marginal cobró vida a cientos de personajes e historias emblemáticas, que en aquella época ya se escribían en otros países Sin embargo, a causa de la dictadura, no fue el mejor momento para esta variedad literaria: era menospreciado por gran parte de las élites que preferían otro tipo de literatura.
Las tres novelas enigma de Rafael Tasis, que retratan la sociedad catalana de los años treinta y cuarenta, a través de un escenario criminal, son escritas entre los años 55 y 60. Se muestra una ciudad que ya no es la misma para él, desde su exilio: triste y apagada. Entre los grandes referentes hay que destacar también a Manuel de Pedrolo y Jaume Fuster, quienes insistieron en traducir novelas extranjeras al catalán y se influenciaron de la narrativa negra norteamericana. Muchos dicen que fue así como empezó todo: Tasis, Manuel Vázquez Montalbán, Pedrolo y Fuster.
BcNegra cumple 11 años y este es uno de los temas que se ha debatido en las mesas redondas de todo el festival: el escenario Barcelonès. Durante los 10 días han habido conferencias, presentaciones de novedades editoriales, exposiciones, un punto de intercambio de libros, Premio Crims de Tinta y el Premio Pepe Carvalho, actividades para niños, el ciclo de cine negro de la Filmoteca, conciertos, teatro, la visita de Pierre Lemaitre y Donna Leon, entre otros acontecimientos. Más de 15.000 personas han participado, bajo un único objetivo: la afición por la novela policiaca.
Resulta conmovedor ver como se respira literatura por las calles y como un género es capaz de mover a tantos individuos. En el Ateneu Barcelonès se han celebrado dos majestuosas mesas redondas: Barcelona, capital catalana i europea del crim y Segle XIX. El segle de la llum és, a Barcelona, el segle de l’obscuritat, on s’amaguen els assassins. Un grupo de excelentes autores han sido los protagonistas de este debate: Rafa Melero, Lluís Llort, Aro Saínz de la Maza, Marc Moreno y Graziella Moreno Graupera. Por otra parte, Miguel Ángel Díaz Ortega, de la librería SomNegra, actuó como moderador. Cada uno de ellos ha utilizado la capital para situar sus novelas. Todos coinciden en que la conocen muy bien y eso les ha ayudado mucho a la construcción de los relatos.
Otros de los temas que se han tratado y han acogido un fuerte debate son: las nuevas geografías criminales, los espías, la evolución de los personajes, la economía criminal de la ciudad, los crímenes de leyenda y la corrupción.
Actualmente el género criminal se encuentra en su mejor auge. No cabe duda que es una de las primeras preferencias para muchos lectores. Barcelona acoge cualquier propuesta, ella es capaz de envolver cada caso y convertirlo en una huella inolvidable, imborrable. Quizás lo más sorprendente sea que la mayoría de historias aún están esperando que alguien las haga salir a la luz. Que alguien recoja los pedazos olvidados y sea capaz de acercarse a la verdad. Ya lo decía Merce Rodoreda: Las cosas importantes son las que casi ni se ven.
Y la imaginación es una de ellas.
Isa Najas