Cuando contaba con diecinueve años Juana entró a trabajar como camarera en la hospedería del santuario de Núria. Su padre conocía al administrador. No fue difícil entrar cuando se le abrió la puerta. Podía haber trabajado en Can Recolons, en las hilaturas de algodón, o en el balneario Montagut, donde veraneaban los señores de Barcelona. Juana era buena estudiante. Estudió con las monjas. Pero en su época si no tenías una familia rica, debías entrar a trabajar pronto. Y eso es lo que hizo a finales de los años veinte.
El santuario era un hervidero. Se estaba construyendo el edificio de San José, y una estación provisional, a la que llegaría el ferrocarril de cremallera que también se estaba construyendo.
Los habituales de la hospedería eran hombres correctos y educados, todos ellos con estudios: ingenieros, topógrafos, encargados, capataces, que controlaban las obras.
Uno de ellos era Enrique.
Aunque en un principio le pareció un tipo excesivamente estirado, al final acabó sucumbiendo a sus encantos, no tanto por ser el mejor de todos, si nomás por no ser el peor de ellos. Aunque una cosa sí tenía, amor para dar a Juana.
Venían de dos mundos opuestos. Él con estudios. Ella una camarera. Pero al final el amor fue más fuerte y acabaron casándose.
Todo esto lo cuenta Marcel. Él entrevistó a ambos hace años por separado y ahora tras la ruptura con su novia Ilia decide que es el momento de escribir ese libro que tantas veces quiso escribir sobre esas dos personas.
Poco a poco conoceremos más sobre esos dos encantadores y enamorados viejecitos que cuentan su vida al joven Marcel, así como el lazo que los une.
Por supuesto también sabremos todos los entresijos de la construcción del cremallera de Núria, el tren construido a más altitud en el estado español, obra del ingeniero Fuchs que asumió la sociedad Ferrocarriles de Montaña a Grandes Pendientes que ya había construido el cremallera de Montserrat. La repentina muerte deFuchs hizo que el trabajo recayera en el ingeniero Montserrat Fenech. Con los terrenos cedidos por el obispado de la Seu d’Urgell se pudo iniciar la obra en 1928 acabándola en el plazo de tres años tal y como exigía la concesión de la misma por real decreto de Alfonso XIII.
Aunque la base de la historia es esa temible construcción, en realidad La hija de la nieve habla de Juana, de su fuerza ante las adversidades, en sus secretos, ocultos durante toda su vida y que desvela poco a poco en entrevistas a Marcel, atónito ante lo que sus oídos oyen.
Siempre existe un punto de inflexión en toda vida, sea este bueno o malo (tanto da si lo que nos pasó fue cobrar millones de una herencia o ganar la lotería, o lo que sufrimos fue la muerte de n ser querido en sus mejores años de vida) y Juana no se escapa de eso. Lo que leemos es cómo Juana se repone de ese terrible suceso, continúa su vida y se rehace de ello.
Ya lo dicen: no hay mal que por bien no venga.
SALVA G.
Título: La hija de la nieve / La filla de la neu
Autor: Núria Esponellà
Editorial: Planeta / Columna
Edición: 1ª edición, febrero de 2016
Número de páginas: 286 pp.
I.S.B.N. 978-84-08-15093-0