Con tantos libros de historia como se publican nos faltaba uno que nos hablara de las incursiones vikingas en la Penínusla Ibérica, de como era la vida de los bárbaros del norte y de por qué acudían tan lejos en busca de fortuna. Eso es lo que nos enseña Francisco Narla con 'Assur', utilizando con éxito la fórmula de entretener y enseñar mediante la novela histórica, gracias a escenarios y situaciones tan diversos como entretenidos. Assur, su protagonista, es un un niño hispano que se verá involucrado en toda clase de aventuras apasionantes y peligrosas.
¿Qué le llevó a escribir un libro tan ambicioso sobre un
hispano que vive en sus carnes las invasiones Vikingas?
En el caso
de Assur no se trata de que algo me llevase, de una chispa de ingenio ni nada
semejante, a veces las historias aparecen, cómo lo diría, como una revelación.
Pero comprendo que decir algo así de Assur podría resultar petulante, sin
embargo, la pura verdad es esa, Assur existía mucho antes de Francisco Narla,
Assur es una de esas historias que han vivido y perviven en el corazón de los
lectores, ¿cómo explicarlo para no parecer un chiflado?... Supongo que las
palabras de Stephen King son las que mejor ilustran esta situación;
parafraseando, “las grandes historias son como un fósil”… El escritor puede
intuir el mejor lugar para la excavación paleontológica, puede elegir la
instrumentación, puede empezar a trabajar con todo el cuidado y profesionalidad
posible, puede hacer mil y una cosas, pero, al final, el fósil, la historia, ya
estaban ahí…
Humildemente,
creo que ese es el caso de Assur, creo que sólo tengo el mérito de haber
encontrado una de esas historias, y espero de corazón que muchos lectores descubran
en ella esa grandeza que a mí me deslumbró.
¿Se sabe si intentaron alguna vez los Vikingos establecer
asentamientos fijos en la Península Ibérica?
Bueno, esa
es una pregunta que quizá debería contestar un historiador, en cualquier caso,
hasta donde yo sé, es muy probable que así sea. A raíz, precisamente, de la
incursión vikinga que se narra en Assur, que sería la que permanecería más
tiempo en tierras hispánicas dada la frágil situación política, surge un
pequeño pueblo llamado Lordemanos, en la actual provincia de León cuyo topónimo
podría ser interpretado como *lugar de
normandos . Ahora bien, en general, y aunque es cierto que fundaron algunas
colonias en lugares como Islandia, el norte de Francia o las Islas Británicas,
la postura general de aquellos que hoy llamamos vikingos era la de, digamos,
expoliador, ellos deseaban regresar a sus lugares de origen tras haber obtenido
grandes riquezas, volver como héroes, hombres de éxito que se habían abierto un
camino y que podían aspirar a convertirse en uno de los señores de aquel norte
duro y cruel.
¿Sirvió de algo la experiencia en batalla de los Cristianos
frente a los ‘Moros’ a la hora de enfrentarse a ellos?
Sirvió de
mucho en términos bélicos pues las tropas hispanas tenían una experiencia
inestimable que poner en práctica contra estos nuevos invasores, pero también
es cierto que , de no ser por los ataques sarracenos esa desgranada “España”
hubiera podido estar mucho más preparada desde un punto de vista político. Por
decirlo así, luchábamos a un tiempo entre nosotros, por unirnos, por formar un
país, y en medio de semejante embrollo, aquellos hombres tuvieron que luchar
contra los mahometanos y, por ende, contra los nórdicos.
¿Pasaban muy a menudo cosas como la de la novela de que una
familia de un momento a otro se encontrara de tener una vida normal a ser
esclavizada sin compasión?
Por
desgracia, sí, los esclavos eran una fuente de ingresos muy importantes; y
cuando los vikingos eran conscientes de que aquellos a los que atacaban no eran
figuras importantes por cuya liberación podían pedir un rescate, convertirlos
en esclavos era la opción más suculenta, la que originaría mayores beneficios.
Podemos tener la seguridad, pues las evidencias sustentan las crónicas, de que
muchos hispanos fueron vendidos como esclavos en los mercados de Oriente,
además de, obviamente, los que, como en el caso de Assur, aquellos que se
enfrentaron a su privación de libertad en la actual Escandinavia.
Aparece en un pasaje de la novela como cazan ballenas ¿Era
eso posible con los barcos tan primitivos en los que navegaban?
Sí, sí que
lo era, de hecho, no es el caso más radical en ese aspecto, los inuit lo hacían
desde frágiles canoas de piel tensada. Lo que es más, los botes balleneros de
siglos posteriores en lugares como las Azores o el País Vasco no eran mucho
mayores. Aun así, en cualquier caso, no deja de ser asombroso, yo he visto de
cerca grandes cachalotes y rorcuales y he navegado en antiguas lanchas
balleneras y no me cabe la menor duda, esos hombres estaban hechos de una pasta
especial. Pero bueno, como muchos otros de los homenajes de la novela, era
interesante hacer un pequeño guiño a la gran historia de la ballena blanca,
como es lógico, fui lector mucho antes que escritor.
Además, los
barcos vikingos eran, de hecho, prodigios de la técnica para la Edad Media, fue
gracias a sus barcos que llegaron a dominar los mares entre los siglos VIII y
XI.
¿Pudo haber una colonia estable en Groenlandia a pesar de
las temperaturas extremas que azotan la isla?
Bueno, de
hecho, en el siglo XI, y aunque yo en Assur hablo de los duros inviernos y los
terribles hielos del norte, en esas zonas se vivió lo que se denomina un óptimo
climático que, curiosamente, condicionó la vida de las colonias, y que, según
los estudiosos promovió el establecimiento de dichos asentamientos que, según
estos mismo historiadores desaparecieron unos doscientos años después,
precisamente, por el recrudecimiento del clima.
En
cualquier caso, aquellas gentes tenían un modo de enfrentarse a los rigores del
clima muy distinto al que podamos pensar desde una perspectiva contemporánea.
Antes hablábamos de los inuit y son también un buen ejemplo, hay lugares en los
que el clima nunca ha sido fácil y los hombres que allí vivían, viven, salieron
adelante, siguen luchando cada día. Lo curioso del caso de Groenlandia es que
sus colonias resultaron del acto de patrocinio de un solo hombre, Eirik el Rojo;
pues tal y como se cuenta en Assur, tras sufrir un exilio, Eirik el Rojo
encontró estas nuevas tierras y decidió llamarlas las tierras verdes, precisamente, para atraer colonos, incluso
aunque fuera un lugar de duras condiciones.
¿Hay pruebas de la llegada de los Vikingos a América y de sus
problemas con la población local?
Sí, sin duda alguna, no ha lugar a discusión, los vikingos
pusieron el pie en América quinientos años antes que Colón. En primer lugar nos
llegaron las fantásticas sagas que Snorri Struluson tanto defendió, y todo eran
conjeturas, pero luego, la arqueología convirtió en Historia las palabras del
bardo. A día de hoy en la isla de Terranova, gracias a un fantástico trabajo
arqueológico y de conservación, puede visitarse el campamento de L’Anse aux
Meadows, Patrimonio de la Humanidad desde 1978, el auténtico campamento vikingo
que ocuparon las expediciones de los hombres de Groenlandia, tal y como se
narra, precisamente, en las sagas, y en Assur.
Por otro lado existen algunos otros restos, como piedras con
inscripciones rúnicas en ciertos lugares de Norteamérica y referencias en la
tradición oral de los nativos. Así que no hay duda, los vikingos estuvieron al
otro lado del Atlántico y, como se menciona en las sagas y como sabemos que no
permanecieron durante mucho tiempo gracias al trabajo arqueológico, también
podemos saber que, incluso a pesar de todo el suministro de madera del que
podían disponer (lo que les interesaba enormemente pues su progreso y condición
se basaba en sus capacidades constructivas y navales con la madera como materia
prima), algo les impidió establecerse definitivamente o regresar más allá de
unas pocas ocasiones, por lo que es casi seguro de que encontraron hostilidad
en sus relaciones con los nativos norteamericanos, los algonquinos.
¿Le ha costado documentarse sobre las costumbres de los
Vikingos tanto tiempo atrás?
Mucho, no
sólo sobre sus costumbres, también sobre sus métodos de navegación, sus
técnicas agrarias, su folclore. Todo. Ha sido un trabajo muy, muy laborioso.
Especialmente porque yo intento ser muy riguroso, creo firmemente que la
creatividad literaria no debe servirse nunca como excusa para faltar a la
realidad, especialmente en las novelas que reciben este calificativo de
“históricas”, como Assur.
Pero bueno,
la investigación es siempre un trabajo complejo, cierto, eso sí, muy
gratificante pues es el único medio de dotar a las novelas de, digamos, un
sabor adecuado, una textura correcta, de envolver la historia con un papel
llamativo. Al menos esa es mi opinión.
Cobra mucha importancia ‘El camino de Santiago’ y la
catedral en la novela ¿Hay mucho de él por descubrir aun?
Sí, es
cierto, además esas peregrinaciones a Compostela me permitían hacer un juego
con las peregrinaciones a la actual Trondheim. Aunque lo importante es que me
servía para darle un camino de regreso a Assur que tenía mucha fuerza histórica
y, además, resultaba curioso hablar de ese camino
de los ingleses, que desde la llegada del anglicanismo ha perdido fuelle pero
que en la Edad Media era de los más usados.
Respondiendo
directamente a la pregunta, lo cierto es que creo que sí, hay mucho aún por
descubrir en todos los caminos de peregrinación a Santiago, tanto desde el punto
de vista histórico, como desde el punto de vista filosófico y moral. Pero creo
que en los últimos años ha tenido un tratamiento demasiado banal, demasiado, en
mi opinión, turístico, aunque, obviamente, eso tiene su lado positivo, genera
comercio y dinero. Pero bueno, yo no soy el más adecuado para juzgar algo así.
¿Quiso hacer aparecer Barcelona por su identificación hacia
nuestra ciudad?
Así es,
tengo una deuda enorme con la maravillosa Barcelona, llevo años viviendo a
caballo entre la ciudad Condal y Galicia, y, del mismo modo que mis tierras
gallegas son siempre escenario de mis novelas, sentía que debía hablar de esa
Barcelona medieval tan curiosa, compleja y desconocida. Es interesante, pero no
es un hecho conocido que el mismo Almanzor que aterrorizó al resto de la
península pasó a sangre y fuego Barcelona. Y yo quería hablar de su puerto, de
su historia, de cómo me enamoré de la ciudad al pasear por el barrio gótico, así que, sin dejar de
centrarme en el argumento, que debía ser el motor principal, busqué el modo de
encontrar el marco medieval adecuado para hablar de las maravillas de Barcelona
y su historia.
Además, fue
algo que tuve claro desde el principio, sabía que iba a necesitar un navegante
de origen mediterráneo en cierto punto de la trama y elegir a un barcelonés era
la opción ideal.
¿Le gustaría ver un proyecto de película de la novela?
Rotundamente,
sí, desde luego, me encanta el cine y escribí Assur de una manera muy visual,
muy, si se me permite, cinematográfica, y estoy convencido de que, en el caso
de Assur, resultaría muy natural pasar de las páginas a la pantalla. En ese
sentido estoy encantado con los intereses que han aparecido y la buena acogida
que tiene la idea entre los lectores y seguidores, pero también comprendo la
postura de las productoras que, hasta el momento se han interesado en el
proyecto, Assur resultaría tremendamente caro. Es obvio que recrear ciudades
como Compostela, León, Barcelona, Oviedo, Londres, York en el siglo X y además
contar con exteriores que puedan pasar por el norte español, Islandia,
Groenlandia, Noruega y Canadá no resulta, en absoluto asequible. En cualquier
caso, tengo mucha fe en esa posibilidad, del mismo modo en que han empezado a
surgir otros proyectos, como la producción de recreaciones en metal de
personajes de la novela, también, con el tiempo, llegará una productora a la
que no le arredrará la inmensidad del proyecto. Al menos, eso me gusta pensar.
¿Qué le diría al que pueda huir de la novela al creerse que
es pesada debido a sus 1000 páginas?
Bueno, creo
que la respuesta es sencilla, le diría que, si me permite la sugerencia, se lea
en la misma librería las primeras diez páginas, sólo eso. Humildemente, creo
que es suficiente para enamorarse de la historia, para querer saber más. Creo
profundamente en la capacidad de Assur de atraer al lector desde las primeras
páginas, pero bueno, en fin, ¿qué va a decir un padre de un hijo?
Xavier Borrell
Assur
Francisco Narla
Temas de Hoy
Fecha de publicación: 01/06/2012
960 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-9998-131-4
Colección: TH Novela