Margarita Espuña es licenciada en antropología y escritora. Pertenece al grupo Aut@rs de Cornellà, con el que recientemente ha publicado un libro de relatos cortos de la ciudad ('Propera parada: Cornellà', editorial Avenç). Tras su biografía sobre Tati Allende, una de las hijas de Salvador Allende, vuelve a escribir sobre la historia de Chile en 'El otro camino de Santiago' (editorial Círculo Rojo).
¿En qué momento y por qué
motivo decidió iniciar este libro con una carta que escribió el padre de una
amiga chilena suya?
La carta con la que abro mi
libro es muy significativa de la tragedia y el dolor que desencadenó el golpe
de Pinochet en Chile. La escribe un hombre joven que ignora los motivos de su
detención, que es inocente y no sabe ni entiende el porqué se la ha encerrado,
que tiene esperanza de salir pronto de allí y que echa de menos a su familia.
Está en un campo de concentración de los numerosos que se abrieron tras el
golpe y, como muchos otros, fue dado por desaparecido. Consideré además que la
suya es una carta muy conmovedora, que llega al alma de quien la lee y que muestra
claramente la magnitud de las injusticias que los militares cometieron en
Chile.
El año 2010 publicó la
biografía de Tati Allende (‘Tati Allende, La hija revolucionaria del
presidente chileno’. RBA), una de las hijas de Salvador Allende. ¿Fue ese
uno de los motivos que le motivaron a emprender su viaje a Chile?
Sí, paradógicamente, fui a
Chile después y no antes de publicar la biografía de Tati Allende. Antes de su
publicación no tenía allí ningún tipo de contacto y después, una vez publicado
el libro, Chile se convirtió para mi en un peregrinaje necesario. Creo que
Tati, de alguna forma, me abrió las puertas de su país como un regalo por mi
trabajo.
¿Qué sintió cuando Isabel
Allende no quiso ayudarla ni se interesó por la biografía que escribió sobre su
hermana Tati?
Ese es un tema sumamente
complejo y delicado. Tati Allende fue una auténtica revolucionaria y creo que
una parte del socialismo chileno prefiere mantenerla en el olvido porque nadie
es ahora como fue ella en su tiempo. En el caso de Isabel Allende, se
entrelazan diversos motivos, también motivos de índole personal.
¿Quién fue la persona que
más le impresionó conocer en Chile?
Ahí si que me es difícil
responder porque en Chile viví experiencias muy fuertes en ese sentido. No
puedo nombrar a unas personas en detrimento de otras. Hubieron personas muy
impactantes y lugares muy impactantes también, como visitar el mausoleo de los
Allende donde está Tati con su padre el presidente Allende.
¿Actualmente sigue teniendo
contacto con sus amigos chilenos facebookianos?
Sí, mis amigos de Chile
están en el Facebook y en mi vida. Converso con ellos y les considero
compañeros para siempre. Su calidez, su cariño y su generosidad me dejaron una
huella imborrable. No concibo ya mi vida sin que ellos formen parte. Me
considero incluso medio chilena en muchos momentos y estoy pendiente de sus
terremotos que creo les tengo más miedo yo que ellos mismos.
Precisamente, como indica en
su relato, fueron ellos quienes les sugirieron la idea de escribir un libro sobre
su viaje a partir de leer sus crónicas y ver las fotografías que colgaba en
Facebook durante su estancia. ¿Podríamos decir, entonces, que sin las redes
sociales no hubiese sido posible este proyecto?
Un libro sobre un viaje a Chile
hubiera sido posible pero no sería este libro. Ellos me acompañaron en el
trayecto a través de las redes, me recomendaban lugares, se emocionaban
conmigo. Muchos chilenos ha quedado en el extranjero debido a su exilio y
seguían muy de cerca el como conocía y veía yo su país. Era muy atractiva para
ellos la mirada de una catalana que descubría sus calles y sus ciudades. Además
de eso, pude abrazar a muchos de los amigos que había conocido por las redes.
Toda una experiencia porque sus rostros y sus palabras tomaban forma real.
También el título de su
libro, ‘El otro camino de Santiago’, fue idea de uno de sus primeros amigos
chilenos, Enrique. ¿Identificó enseguida este título con lo que narra en su
obra?
Sí, Enrique es un periodista de Viña del Mar que escribió en varios medios
de comunicación sobre mi biografía de Tati. Almorzando en Valparaíso pensamos
en escribir este libro y me sugirió el nombre que me encantó. Ha sido la única
ocasión en la que no he tenido que dar vueltas sobre un título.
Sorprende que, con lo
importante que ha sido la figura de Salvador Allende en Chile, su fundación
ubicada en Santiago sea tan pobre…
Supongo que no cuentan con
excesivo presupuesto.
En el libro menciona que le
dijo a Isabel Ropert que le gustaría escribir una obra sobre la vida de su madre,
Payita, el amor de Salvador Allende y su secretaria particular. ¿Entra dentro
de sus próximos proyectos?
La historia de Payita, el
amor de Allende, debería contarse sí. No sé si soy la persona indicada o lo
hará alguien de Chile. La familia sabe que estoy dispuesta a hacerlo si lo
consideran oportuno y en el momento en el que quieran.
Al final de su libro
transmite la idea de volver a Chile, ¿tiene pensado regresar pronto a ese país?
Regresé nuevamente a Chile
tras ese viaje y espero volver en enero. Soy feliz allí como en ningún otro
lugar del mundo y mi sueño es poder pasar largas temporadas en ese país. Ellos
me quieren y yo les quiero a ellos. En Chile existe la pasión, algo que creo
hemos perdido en nuestro país hace ya mucho.
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