dimecres, 30 de novembre del 2016
'Piel de lobo' - Lara Moreno
Sofía y Rita son hermanas. Tan diferentes y a la vez tan iguales. Leo es el hijo de Sofía. Cuenta con cinco años y no entiende por qué este año el verano será tan largo y lo pasarán en la casa del pueblo que su abuelo le dejó en herencia al morir el pasado año a su madre. Julio es el marido de Sofía. O ex marido. Su relación no da para más y decide irse de casa. De ahí que Sofía coja a Leo y se mude a la casa de la playa en Isla Cristina, Huelva. Allí Sofía piensa curar su mal de amor. Al cabo de poco de estar instalada a parece Rita para hacer compañía a su hermana y a su sobrino. Ambas querían vender la casa de su padre, pero ahora que Sofía no quiere volver a la ciudad piensa en quedarse la casa y no venderla. Pero esa casa hará aflorar sentimientos en las hermanas que aunque pensaban perdidos las cicatrices que dejaron en una de ellas volverán a supurar haciendo que la buena convivencia inicial entre las hermanas y el niño se pase a un ataque personal entre ellas. Todo su polémico secreto del pasado caerá de nuevo sobre ellas haciendo que las cuerdas que las unen se tensen tanto que acaben rompiéndose.
Piel de lobo no es una novela original, no al menos en cuanto al tema que trata, ni la complicada relación entre hermanos, ni por el secreto tan fuertemente guardado, que tampoco nosotros desvelaremos. En este caso no es mejor que otra cualquiera que tratase estos mismos temas. En lo que sí radica su originalidad es en la prosa utilizada por la escritora sevillana Lara Moreno (Sevilla, 1978) que dota al texto de una violencia que traspira en cada una de sus palabras. Ya sea cuando está contada en primera persona, los recuerdos de infancia de Sofía se expresan por su propia boca, como cuando lo hace una tercera persona, la gran mayoría de la novela.
Todo un acierto para la escritura española.
Y es que esta, la segunda novela de la escritora andaluza, trata con una naturalidad escandalosamente real la violencia que habitaba bajo los techos de familias presuntamente normales con esa prosa ágil, dinámica, en donde no encontramos conversaciones típicas de pregunta respuesta si no que la propia protagonista, sea Sofía, Julio o Rita, se preguntan y se contestan repitiendo lo que su interlocutor les responde.
Piel de lobo es tan descarnada y tan real como el momento sexual que vive Sofía con su cepillo de dientes mientras su hijo Leo se encuentra al otro lado de la puerta.
Sí, sin ningún tipo de duda Piel de lobo es todo un hallazgo en el panorama literario español, pero más por su forma de contar los hechos que por los hechos en sí narrados, que ciertamente adivinamos a las primeras de cambio.
Las estadísticas son claras en este aspecto: en el 60 por ciento de los casos el lobo está en el entorno familiar.
Por primera vez en su carrera Lara Moreno retrata el entorno familiar de sus personajes, obvio en este caso cuando ambas protagonistas son hermanas, dotando de mayor profundidad a Sofía y Rita, uniéndolas por un pasado compartido que ambas quieren olvidar.
¿Qué queda cuando una de ellas quiere pasar página y la otra se aferra al pasado para salir adelante? Los recuerdos que las unían comienzan a separarlas.
Son hermanas, tan iguales pero tan diferentes.
Piel de lobo es rabia y dolor en forma de recuerdos, pero también amor, tanto fraternal como filial, Sofía con Rita, la madre de ambas con ellas, Sofía y Julio con Leo, y ganas de vivir, sobre todo eso, seguir viviendo dejando atrás el horror, mantenido en secreto hasta el día de hoy.
SALVA G.
Título: Piel de lobo
Autor: Lara Moreno
Editorial: Lumen
Edición: 1ª edición, octubre de 2016
Número de páginas: 260 pp.
I.S.B.N. 978-84-264-0331-5
dilluns, 28 de novembre del 2016
'El carbonero' - Carlos Soto Femenía
En la Mallorca rural, a los pies de la Sierra de Tramontana, Marc y su padre pasan meses trabajando como carboneros en la soledad del bosque. El narrador, uno de los protagonistas de la historia, nos explica cómo la vida de ambos cambió siete años atrás el día en que la esposa de uno y la madre del otro, fue asesinada de un hachazo en la cabeza. El padre quedó a partir de aquel momento en un extraño estado de catatonia que no le impide trabajar mientras que en el hijo arraiga un brutal deseo de venganza. El paisaje humano de El carbonero lo completan dos hermanos, hijos de un buhonero, y una mujer, Joana, la propietaria de las tierras en las que viven.
Al tiempo que el autor desmenuza el laborioso proceso de elaboración del carbón vegetal Carlos Soto Femenía construye una novela negra rural salpicada de una violencia, manifiesta o intuida, de alta intensidad. Una historia brutal explicada en primera persona por Marc, cuya madre es asesinada sin causa aparente y cuyo padre no ha vuelto a hablar desde el día en que perdió a su mujer. Pero la novela aborda muchas otras cosas: la brecha social existente entre señores y payeses, el poder de la amistad en edades tempranas, la debilidad de carácter de determinadas personas abocadas a la perdición propia y la de los suyos y los turbios y peligrosos ambientes del juego y el contrabando insulares.
En El carbonero encontramos una voz narrativa poderosa, unos personajes marcados cruelmente por el dolor y un estilo directo y sin artificios. Todo ello al servicio de una historia oscura y sorprendente que interesa desde las primeras páginas. Novelas como la que nos ocupa contribuyen eficazmente a la tan necesaria renovación del género negro.
Mis felicitaciones a Carlos Soto Femenía.
Empar Fernández
Título: El carbonero
Autor: Carlos Soto Femenía
Editorial: Destino
Colección: Ancora y Delfín
Páginas: 280
Primera edición: septiembre de 2016
ISBN: 9788423351404
Etiquetes de comentaris:
libros,
novela negra
dimarts, 22 de novembre del 2016
'Lo que nos queda de la muerte' - Jordi Ledesma
Jordi Ledesma es un tipo genial que
vive en Cambrils y que irrumpió en esto de la Literatura en el año 2012 con una
primera novela titulada Narcolepsia.
En ella nos contaba la historia de Julio el Perla, un chaval de
Barcelona que pasa de jugar al fútbol en el descampado a traficar con drogas.
Tuvo buena acogida, tanta, que al año siguiente fue finalista al premio Silverio
Cañada de la Semana Negra de Gijón, premio que se otorga a la mejor
primera novela negra. En 2015 publica El
diablo en cada esquina, otra «crook story» de libro en el
que vuelve a sumergirnos en el submundo de la delincuencia y que gustó tanto o
más que la primera.
Ahora, Jordi vuelve a publicar con Alrevés,
editorial que ha publicado hasta ahora todos sus trabajos. La novela se titula Lo
que nos queda de la muerte, y es una pasada. Las novelas de Jordi
suelen ser muy corales, con muchos personajes, pero aquí acaban las similitudes
de su nueva novela con sus dos anteriores obras. Siendo el primer capítulo una
obra maestra de estilo de manual de novela negra, marca de la casa, nos vamos a
encontrar con algo muy distinto. Jordi nos llevará hasta los noventa, a una
población del mediterráneo que ha vivido una gran transformación urbanística,
de la mano de un narrador omnisciente en primera persona que apenas interviene
como personaje, pero que lo observa y lo absorbe todo. Nos encontramos con
imágenes muy simbólicas, como los trenes que van y vienen o como la gitana con
moño que de forma imperturbable realiza cada día un trayecto cuyo origen y
destino son desconocidos. El narrador recuerda y nos va hablando desde la
perspectiva de diferentes momentos de la población que coinciden con su propia
trayectoria vital. Los personajes tienen mucha profundidad y a través de ellos
quedan explicados los diferentes roles de los habitantes del pueblo
evolucionados a arquetipos. Así, Jordi confronta entre sí a los catalanes ricos
y a los catalanes pobres, a la autoridad, en la figura del comandante de la Guardia
Civil, con la delincuencia o a los veraneantes guiris con la población
autóctona. Si de un conflicto sale una buena novela, aquí, de cada conflicto
surgen excelentes capítulos.
«Narcolepsia» era parecida en estilo
a «El diablo en cada esquina», pero en esta tercera novela, Jordi nos sorprende
con un estilo mucho más cuidado, rayando la metáfora, la poética y el moldeado
de párrafos a través del buen hacer literario, de su escritura, de su trabajo.
Da envidia leer ciertos pasajes, las descripciones de unas circunstancias de
los personajes tan personales como dramáticas. No pregunten cómo lo ha hecho,
pero ha escrito una novela con mucha alma, porque alma de más tienen todos los
personajes, el propio pueblo, y yo he captado el alma hasta de los trenes y de
las barcas.
No vais a poder olvidaros de esta
novela, porque vais a disfrutar con las historias, con los problemas de cada
personaje, con la forma en que se encadena cada historia, aparentemente tan ajenas
y a la vez cercanas. Vais a sentir el drama, la angustia de los perdedores y la
de los que aparentemente no lo parecen, porque todos acabamos siéndolo
enfrentados a la vida y a la muerte. Y vais a disfrutar con el estilo
desparramado por toda la novela como una catarata literaria de muy alto nivel.
Esperaremos a ver con qué nos sorprende Jordi la próxima vez. En este mundo hay pocas certezas. Pero una de ellas es que volverá a sorprendernos.
Paco Gómez Escribano
Lo que nos queda de la muerte
Jordi Ledesma
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2016
IDIOMA: Castellano
ISBN: 978-84-16328-78-9
NÚMERO DE PÁGINAS: 142
Editorial Alrevés
Lo que nos queda de la muerte
Jordi Ledesma
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2016
IDIOMA: Castellano
ISBN: 978-84-16328-78-9
NÚMERO DE PÁGINAS: 142
Editorial Alrevés
dilluns, 21 de novembre del 2016
'Cuando el destino nos alcance el maíz seguirá creciendo' - J.J.M. Veiga
Pensad en escritores de la talla de:
C. John Daly, Chadler, Hammett, Cain, Thompson, Mcdonald e incluso mi adorado y divertido E. Westlake, en películas como Sed de mal, L.A. Confidential, La dama de Shanghai o La noche del cazador por poner unos rápidos ejemplos, o directores de la talla de:
Huston, Lang, Walsh, Hawks o Tourneur, mezclarlo bien, dejarlo al sol unas horas y tendréis Cuando el destino nos alcance el maíz seguirá creciendo, la genial nueva obra, tercera en su haber tras Las montañas del olvido y El reflejo dorado de J.J.M. Veiga (Pontevedra, 1973)
C. John Daly, Chadler, Hammett, Cain, Thompson, Mcdonald e incluso mi adorado y divertido E. Westlake, en películas como Sed de mal, L.A. Confidential, La dama de Shanghai o La noche del cazador por poner unos rápidos ejemplos, o directores de la talla de:
Huston, Lang, Walsh, Hawks o Tourneur, mezclarlo bien, dejarlo al sol unas horas y tendréis Cuando el destino nos alcance el maíz seguirá creciendo, la genial nueva obra, tercera en su haber tras Las montañas del olvido y El reflejo dorado de J.J.M. Veiga (Pontevedra, 1973)
Un pequeño pueblo. Verano. Finales de los cincuenta. Un único lugar donde escuchar rock and roll. Una vida vacía y monótona. Tanto como las visitas a su propia tía para pasar un buen rato en la cama a expensas de que su tío los pille. Evidentemente eso ocurre. Jerry Wooster decide entonces salir corriendo, literalmente, del pueblo que lo asfixia.
Sandra O´Connell vivía en la carretera. Su casa era un Buick Skylark blanco. En su camino llegó a Bay Springs y entró en el Brackett Bar.
Los caminos de Jerry y Sandra se cruzaron. Jerry no era más que un jovenzuelo. Sandra ya tenía una larga historia que contar, una biografía digna de un ex combatiente.
Ambos vuelan del pueblo a bordo del Buick para vivir aventuras que marcarán sus vidas, para bien y para mal y de las que no se puede escapar.
Cuando el destino nos alcance el maíz seguirá creciendo respira sexo, violencia y racismo, el mismo que se podía respirar en Luisiana en aquella época. Pero también corrupción, venganza, desesperación y mucho odio.
Odio por un pasado que no se olvida y que hay que vengar, cueste lo que cueste. Incluso si lo que hay que hacer es volver al agujero del cual una vez Jerry salió corriendo.
J.J.M. Veiga escribe una novela circular, por lo redonda que resulta y en donde nada es lo que parece, con un sheriffprotagonista, Jerry Wooster que busca venganza por su cuenta, pero que no sabe que no será el único en su empeño.
Sin duda como en un buen ágape, lo mejor queda para el final, como si de un suculento y excelso postre fuera, la última página nos deja con un excelente sabor después de haber disfrutado de toda su lectura.
Sí, Cuando el destino nos alcance el maíz seguirá creciendo nos encantó, tanto que ya rezamos para que alguien la lleve al cine y se convierta en un clásico de la talla de los nombrados al inicio de nuestra pequeña reseña. La última obra de J.J.M. Veiga respira rock and roll y blues, en ambos casos, con la basta acepción de los dos términos.
Un aplauso para el autor por transportarnos a una época, a un lugar concreto y hacerlo de un modo excepcional, con una novela de género bien hilvanada, bien contada, mejor resulta y excepcionalmente estructurada y siempre contando con la primera persona del singular, la voz del sheriff Wooster.
SALVA G.
Título: Cuando el destino nos alcance el maíz seguirá creciendo
Autor: J.J.M. Veiga
Editorial: BANDAÀPARTE
Edición: 1ª edición, septiembre de 2016
Número de páginas: 172 pp.
I.S.B.N. 978-84944086-7-0
divendres, 18 de novembre del 2016
'El camino del perro' - Sam Savage
El camino del perro, la nueva obra del estadounidense Sam Savage (Camden, 1940) autor de la exitosa Firmín, novela que escribió cuando contaba con sesenta y cinco años de edad, resulta ser un intenso y por momentos doloroso ejercicio de auto flagelación por parte del protagonista, Harold Nivenson quien desde el comienzo de la obra habla no solo en primera persona, sino que lo a tumba abierta, escupiendo sus pensamientos a borbotones, en pequeños párrafos, casi como si estuvieran estos copiados directamente de sus fichas manuscritas de 13 x 20 en un principio y finalmente de 8 x 13 ordenadas en un archivador de cartón fibra, que tanto gusta redactar a lo largo de la novela.
Nivenson fue primero, un pintor menor, después, un mecenas adinerado de un pintor llamado Meininger, y finalmente un crítico especializado en Balthus y en todas esas pinturas con desnudos femeninos en posturas imposibles, que reflexiona sobre su carrera manteniendo un monólogo interior. Vive en una casa ruinosa, que en otra época había sido un espléndido refugio. Su mujer Moll cuida de él en esta etapa crepuscular de su vida. También aparece uno de sus hijos: Alfie, a quién no tiene en muy buena estima.
El relato se inicia con la muerte de Roy, el famoso perro que da nombre a la novela, un perro que no le llegaba ni a la espinilladel protagonista excepto cuando saltaba sobre sus piernas y que está enterrado en algún sitio.
Ciertamente, Nivenson no consigue en ningún instante de la novela una empatía con el lector, evidentemente no creo que la busque, pero a la larga, puesto que en algunos momentos de la misma sobrevuela el suicidio, no importaría tan trágico final para el protagonista.
El camino del perro se torna como un experimento narrativo, lleno de fuerza, profundo y en una voz que solo busca la redención en el ocaso de su vida.
Tal vez la única pega que podamos ponerle es su construcción narrativa con pequeños párrafos, cortos pero intensos y definitorios, que hacen de la novela un pequeño puzle que en su conjunto resulta explicativo pero que en pequeñas dosis hace que al lector le resulte en ocasiones un relato deslavazado e inconexo como sí serían las anotaciones que trasiega el protagonista de arriba abajo.
Savage es un escritor extraño, que viaja por carreteras secundarias, omitiendo las autopistas en su carrera, y donde lo importante es llegar, no ser el primero en hacerlo y tal vez por ello sea único en su especie. A sus más de setenta y cinco años no debe rendir cuentas a nadie y sus historias no suelen ser nada corrientes.
Larga vida a Savage.
SALVA G.
Título: El camino del perro
Autor: Sam Savage
Traducción: Ramón Buenaventura
Editorial: Seix Barral
Edición: 1ª edición, septiembre de 2016
Número de páginas: 150 pp.
I.S.B.N. 978-84-322-2946-6
dijous, 10 de novembre del 2016
'Tabu' - Ferdinand Von Schirach
El protagonista de Tabú, Sebastian Eschburg, nació y creció en el destartalado castillo familiar. Hijo de un hombre amante de la caza que decidió suicidarse cuando todavía era un hombre joven y de una mujer fría y negligente cuya única afición son los caballos. Sebastian sufre una rarísima sinestesia cromática y presenta raras costumbres. Sus padres deciden educarlo en un exclusivo internado suizo benedictino. Durante un periodo de vacaciones escolares el padre de Sebastian se vuela al cabeza. La madre decide vender inmediatamente la casa y las tierras, rehacer su vida con otro hombre y dedicarse en cuerpo y alma a la equitación.
Sebastian Eschburg acaba sus estudios, llega a convertirse en un prestigioso fotógrafo y conoce a su pareja, Sofía, que tolera sus muchas rarezas. Debido a la llamada de una joven que dice haber sido secuestra y raptada y cuya ropa se encuentra entre las pertenencias de Sebastian; el protagonista se convierte en sospechoso de un crimen de secuestro y quizás de un homicidio. Ni el menor rastro de la chica secuestrada. El sospechoso se niega a hablar voluntariamente y, sometido a tortura, reconoce su culpa. El arisco abogado Konrad Biegler asume la defensa del sospechoso. El caso acaba por resolverse de forma verdaderamente sorprendente sin que el lector llegue a establecer todas las relaciones necesarias.
Von Schirach estructura su libro en cuatro partes: verde, rojo, azul y blanco, aludiendo a la extraña sinestesia que padece Sebastian. Pero el protagonista no es el único personaje estrambótico, en Tabú abundan los personajes singulares. La familia de Sebastian, de procedencia noble y adinerada, es profundamente disfuncional a su manera. Lo es Sebastian y lo es su abogado, Konrad Biegler. El autor interpreta la excentricidad como normalidad absoluta, la rareza ni molesta ni sorprende. Las cosas son como son y no tienen porqué gustarnos. De hecho parece decirnos que las particularidades no existen y que, de hacerlo, forman parte de la normalidad.
Un estilo fluido y tan sintético como lo son los personajes en sus intervenciones aporta distancia al tremendo distanciamiento que caracteriza a los personajes que se diría que experimentan las emociones en sordina.
Original, distinta, algo rara y recomendable. Y, aunque medie la investigación de un crimen, Tabú no es una novela negra.
Empar Fernández
Título: Tabú
Título original: Tabu
Autor: Ferdinand von Schirach
Traducción de: Susana Andrés
Editorial: Salamandra
Primera edición: octubre de 2016
Páginas: 189
ISBN: 978-84.9838-759-9
dilluns, 7 de novembre del 2016
'El río sin descanso' - Gabrielle Roy
Voy a ser sincera. Este libro se me hizo un imprescindible desde el momento en que vi su preciosa ilustración de portada. Pensé que una cubierta tan hermosa no podía contener más que maravillas.
Por otro lado, en sus tres años y medio de carrera, la editorial Hoja de Lata ha demostrado un pulso selectivo ecléctico y cuidado que ha llegado para quedarse y cubrir necesidades lectoras básicas como libros que da tanto gusto mirar -tocar- como leer, oferta interesante y amplitud de miras. Creo que a estos jóvenes editores, como a mí, les pierden las buenas historias.
Siguiendo con la sinceridad os diré que fui una lectora precoz por amor a estas historias. Las exóticas, por exóticas y las cotidianas, por cotidianas. En éstas me veía reflejada y en aquéllas podía verme reflejada y en todas aprendía algo del mundo, de mí o de ambos.Y en el caso de El río sin descanso, se da una conjunción de escenario lejano y vivencia cercana que tan profundamente te refleja en contadas ocasiones.
El norte de Canadá entre la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam se nos antoja un ámbito remoto en forma y fondo aunque sea el hábitat natural y único universo conocido de sus habitantes. Para los inuit que viven allí, ese mundo de corrientes heladas, pelado de vegetación, es inherente a su esencia, a su vida y a su muerte, y los cambios que conlleva la presencia del hombre blanco -por bienintencionada que esta sea- no dejan de ser un escollo que sortear o ante el que ceder. Entre las páginas que nos ocupan, la mayor parte de estos escollos se salvan con un finísimo sentido del humor que denotan una sabiduría como sólo podemos encontrar en sus manifestaciones más sencillas y por un dejarse llevar por aguas que, propias o ajenas, nos superan.
El río sin descanso merece ser leído con mimo por tantas razones como lectores lo sostengan en sus manos. Por acercarse a una escritora marcada por un multiculturalismo y un bilingüismo que, lejos de empañar su mirada, afina su olfato para la verdad subyacente de las escenas y se nos muestra profundamente dotada para simplificar la belleza y la verdad sin empequeñecerla. Por imbuirse de un modo de vida que, por austero, es tan inmenso que sólo cabe en una especie de magia antropológica cuántica. Por disfrutar de una naturaleza que pinta de escarcha el rostro que se zambulle entre sus páginas. Por gozar de una ironía y un tono poético que, lejos de excluirse, se esquejan en una especie fragante y nutritiva.
En El río sin descanso hay que sumergirse sin prisas y dejarse mecer por el ritmo de sus corrientes. El volúmen lo abren tres cuentos que nos ayudan a adaptarnos a la temperaturas de sus aguas antes de la zambullida en la novela que da título al libro. Estos cuentos, agrupados como Tres novelas esquimales, nos sitúan ante un extraño lienzo (extraño por lo ajeno al lector de estas latitudes, pero también por lo esquemático de su naturaleza) impresionantemente abstracto y aparentemente vacío para que, ante esa falta de comodín geográfico, podamos participar más plenamente de la experiencia del autoconocimiento y la perplejidad que algunos objetos ajenos nos provocan. En estos relatos, lo ajeno carece de categoría moral y se postula como punto de inicio de un viaje de experimentación y reflexión que, como cualquier viaje que se precie, se balancea entre la vida y la muerte: luchar contra la enfermedad o aceptar nuestra transitoriedad; abrazar la novedad, rechazarla, integrarla, conocerla o despreciarla; reconocer la vida que se desea; dejar de dar por sentado lo que se necesita.
A este nivel también se mueven los personajes de El río sin retorno, el relato. Arraigados hasta el desarraigo o viceversa, pocos son capaces de apreciar la felicidad que realmente pueden albergar entre sus manos mientras lloran la que se les cuela entre los dedos, y es sobre ambos que leemos. Sin prácticamente más aditamento que la experiencia vital, Gabrielle Roy, planta ante nuestros ojos unos personajes de una sencillez apabullante y de una sinceridad brutal que en contadas ocasiones se enfrentan a la vida porque no conciben la vida como un adversario. Desde la mujer que descubre la ducha al tratarse el cáncer en un hospital del sur y comprueba que lo que ellos consideran el glorioso sur es el inclemente norte de otros, a la que acepta el regalo de un hijo excepcional en su rubiez, pasando por el alboroto que genera una silla de ruedas sobre un terreno en el que apenas puede moverse o la distracción que supone la llegada del teléfono a casa de un anciano, entre las páginas de este libro encontraremos, si la aceptamos, belleza y verdad a partes iguales.
A veces, lo confieso, elijo los libros por su portada. Con este acerté de pleno. Y ahora sé que la portada que tanto me atrajo pertenece al catálogo de Nunamar (www.nunamar.com) y que no podría ser más adecuada.
SAMEDIMANCHE
Título: El río sin descanso
Autor: Gabrielle Roy
Traducción: Luisa Lucuix
Editorial: Hoja de lata
Colección: Sensibles a las letras
Páginas: 268 pp
Primera edición: 2016
ISBN: 9788416537082
dimecres, 2 de novembre del 2016
'El intérprete del dolor' - Jhumpa Lahiri
Diez años atrás, mi directora india favorita, Mira Nair, a quien tuve el placer de conocer con su premiada obra Salaam Bombay!(1988), con permiso de Deepa Mehta, creadora de la necesaria tetralogía Fuego (1996), Tierra (1998), Agua (2005) y Cielo(2008), filmó junto a su inseparable guionista Sooni Taraporevala, The namesake (El buen nombre) sorprendentemente, la primera novela de Jhumpa Lahiri (Londres, 1967) editada en 2003. Después de esta llegaron Tierra desacostumbrada (2008), un libro de relatos, y La hondonada (2013), su segunda novela. Ahora nos llega lo que fue su primer libro, también de relatos, cuenta Lahiri que si por ella fuera todas sus historias tendrían esa formato, este El intérprete del dolor que no solo da nombre al libro sino que es uno de las nueve historias que lo componen. Exceptuaríamos la primera de ellas, Una anomalía temporal, de la que tranquilamente podríamos estar hablando de cuento, ya que su parábola final nos lleva a esos terrenos.
Lahiri tiene un don: su concisión a la hora de escribir. No hay nada que sobre, ni que falte tampoco. Sus relatos, llenos de emoción, vida, sentido, amor o muerte, se clavan como pequeños alfileres en nuestros nervios haciendo que con cada uno de ellos una pequeña descarga eléctrica nos llegue al corazón.
Sí, Jhumpa habla de los suyos, ya sean los relatos ambientados en la India o en Estados Unidos, los protagonistas siempre resultan ser del país asiático, el mismo que vio nacer a Gandhi, y cuenta vivencias que bien podrían resultar autobiográficas. La autora no desperdicia ni una sola palabra, sus historias no conocen la definición de circunloquio, y ciertamente en una época en que los autores dicen más de lo necesario, es admirable que en la obra de Lahiri prime más la calidad que la cantidad.
Recordemos también que Lahiri ganó con estos relatos el Premio Pulitzer, el séptimo de aquella época para un libro de relatos, que aunque habían sido previamente publicados por separado, en conjunto hicieron un todo magnífico digno de premio.
Lahiri se adentra en la vida de sus personajes y las cuenta tal y como suceden, sin efectos especiales, sin conservantes, pero sí salpimentadas con pequeños matices y un golpe de ironía. Sus personajes buscan la felicidad, trasmiten verdad y humanidad y conmueven con sus pequeños instantes de vida.
Lahiri escribe de aquí y de allá y del antes y el ahora. En definitiva, sus historias son atemporales y se repiten generación tras generación.
SALVA G.
Título: El intérprete del dolor
Autor: Jhumpa Lahiri
Traducción: Gemma Rovira Ortega
Editorial: narrativa Salamandra
Edición: 1ª edición, septiembre de 2016
Número de páginas: 221 pp.
I.S.B.N. 978-84-9838-723-0
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