Jordi Ledesma es un tipo genial que
vive en Cambrils y que irrumpió en esto de la Literatura en el año 2012 con una
primera novela titulada Narcolepsia.
En ella nos contaba la historia de Julio el Perla, un chaval de
Barcelona que pasa de jugar al fútbol en el descampado a traficar con drogas.
Tuvo buena acogida, tanta, que al año siguiente fue finalista al premio Silverio
Cañada de la Semana Negra de Gijón, premio que se otorga a la mejor
primera novela negra. En 2015 publica El
diablo en cada esquina, otra «crook story» de libro en el
que vuelve a sumergirnos en el submundo de la delincuencia y que gustó tanto o
más que la primera.
Ahora, Jordi vuelve a publicar con Alrevés,
editorial que ha publicado hasta ahora todos sus trabajos. La novela se titula Lo
que nos queda de la muerte, y es una pasada. Las novelas de Jordi
suelen ser muy corales, con muchos personajes, pero aquí acaban las similitudes
de su nueva novela con sus dos anteriores obras. Siendo el primer capítulo una
obra maestra de estilo de manual de novela negra, marca de la casa, nos vamos a
encontrar con algo muy distinto. Jordi nos llevará hasta los noventa, a una
población del mediterráneo que ha vivido una gran transformación urbanística,
de la mano de un narrador omnisciente en primera persona que apenas interviene
como personaje, pero que lo observa y lo absorbe todo. Nos encontramos con
imágenes muy simbólicas, como los trenes que van y vienen o como la gitana con
moño que de forma imperturbable realiza cada día un trayecto cuyo origen y
destino son desconocidos. El narrador recuerda y nos va hablando desde la
perspectiva de diferentes momentos de la población que coinciden con su propia
trayectoria vital. Los personajes tienen mucha profundidad y a través de ellos
quedan explicados los diferentes roles de los habitantes del pueblo
evolucionados a arquetipos. Así, Jordi confronta entre sí a los catalanes ricos
y a los catalanes pobres, a la autoridad, en la figura del comandante de la Guardia
Civil, con la delincuencia o a los veraneantes guiris con la población
autóctona. Si de un conflicto sale una buena novela, aquí, de cada conflicto
surgen excelentes capítulos.
«Narcolepsia» era parecida en estilo
a «El diablo en cada esquina», pero en esta tercera novela, Jordi nos sorprende
con un estilo mucho más cuidado, rayando la metáfora, la poética y el moldeado
de párrafos a través del buen hacer literario, de su escritura, de su trabajo.
Da envidia leer ciertos pasajes, las descripciones de unas circunstancias de
los personajes tan personales como dramáticas. No pregunten cómo lo ha hecho,
pero ha escrito una novela con mucha alma, porque alma de más tienen todos los
personajes, el propio pueblo, y yo he captado el alma hasta de los trenes y de
las barcas.
No vais a poder olvidaros de esta
novela, porque vais a disfrutar con las historias, con los problemas de cada
personaje, con la forma en que se encadena cada historia, aparentemente tan ajenas
y a la vez cercanas. Vais a sentir el drama, la angustia de los perdedores y la
de los que aparentemente no lo parecen, porque todos acabamos siéndolo
enfrentados a la vida y a la muerte. Y vais a disfrutar con el estilo
desparramado por toda la novela como una catarata literaria de muy alto nivel.
Esperaremos a ver con qué nos sorprende Jordi la próxima vez. En este mundo hay pocas certezas. Pero una de ellas es que volverá a sorprendernos.
Paco Gómez Escribano
Lo que nos queda de la muerte
Jordi Ledesma
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2016
IDIOMA: Castellano
ISBN: 978-84-16328-78-9
NÚMERO DE PÁGINAS: 142
Editorial Alrevés
Lo que nos queda de la muerte
Jordi Ledesma
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2016
IDIOMA: Castellano
ISBN: 978-84-16328-78-9
NÚMERO DE PÁGINAS: 142
Editorial Alrevés
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada