Calamaro regresó a Barcelona de forma triunfal tras su última aparición en estas tierras en una sala Razzmatazz a reventar el pasado 20 de mayo, hazaña que volvió a repetir anoche en la anteriormente conocida sala Studio 54: sold out desde hacía semanas.
El ex Los Rodriguez seguía presentando su última obra discográfica, el tranquilo Bohemio y por esos cauces transcurrió todo el concierto.
Tal vez debido al marco donde se producía el concierto, o por querer ofrecer una nueva visión de sus temas a su público catalán, Calamaro opto por dar un tratamiento absolutamente diferente musicalmente hablando de sus viejos temas.
Así, canciones cono A los ojos o Mi enfermedad, ambas de su vieja banda y posiblemente las más coreadas de la noche, sus fans siguen echando en falta al mítico grupo hispano argentino, sonaron mucho más tranquilas y en algunos casos con unas octavas más bajas que sus versiones originales en estudio.
Incluso Todavía una canción de amor, el tema escrito por Joaquín Sabina junto a Calamaro, se quedó despojada de esa batería trotante que imprimía Germán Vilella en su versión de estudio.
Su pequeño tributo a Maradona, el famoso futbolista argentino hizo bailar al más pintado, con esa música de fiesta arrabalera, mientras en la pantalla aparecían escenas del astro argentino, ya fuera con el Barcelona, el Nápoles, el Boca o la selección Argentina, incluyendo el famoso gol a la selección Inglesa: La mano de Dios.
Estadio Azteca, Flaca, con una breve introducción a piano y voz de unas estrofas de Volver, El salmón, y Paloma, fueron los temas más destacados de su propia obra, y resultó una pena que Niño Josele y Chano Domínguez tocasen a la misma hora que el argentino ya que Niño Josele podría haber subido al escenario junto a Andrés para interpretar alguno de los temas grabados junto a él en esa pequeña obra maestra llamada El cantante.
Escueto en su contacto con el público, pero directo, en un instante gritó: independencia y libertad, Calamaro sabía que tenía ganada la partida desde el inicio del concierto, y finalizarlo con Los chicos, ese sentido homenaje a los caídos, durante gran parte de su interpretación estuvo de espaldas al público mirando la pantalla que una tras otra escupía fotos de ellos, fue la guinda que coronó el pastel. Músicos como Kike Turmix, Pato Zamora, Astor Piazzola, Julián Infante, Paco De Lucía, Enrique Morente, Luís Alberto Spinetta, Antonio Vega o Miguel Abuelo aparecieron en la pantalla como estrellas fugaces. Hubo mención especial a Joey de The Ramones, mientras la banda, despidiéndose del público tras su show atacó primero una versión de The Police (Can’t stand losing you) y finalmente una de The Ramones (Somebody put something in my drink)
Los chicos y Flaca fueron coreadas al máximo volumen, no por nada en especial, simplemente por su facilidad para hacerlo debido a su estructura musical.
Sí, Calamaro ya no es el que era, y más cuando un servidor pudo verle en el mismo recinto al frente de unos desbocados Los Rodríguez en la presentación de Palabras más, palabras menos hace ahora la friolera de veinte años, tampoco yo soy el mismo, disfruté del concierto desde uno de los palcos de la sala al contrario que aquella vez que lo hice desde primera fila empujado y empujando al resto de presentes, los excesos, las miserias, los problemas, de toda índole, y las cicatrices de la vida le han llevado a este punto, gustará más o menos, en esta ocasión para mí, mucho menos que en anteriores oportunidades que tuve la ocasión de presenciar, pero Calamaro, se junte con quien se junte a su alrededor, me refiero a sus secuaces sobre el escenario, en este caso Baltasar Comotto y Julián Kanevsky a las guitarras, Germán Wiedemer al piano, Mariano Domínguez al bajo y Sergio Verdinelli a la batería, siempre será genio y figura hasta la sepultura.
SALVA G.
Andrés Calamaro
Bohemio Tour
31.07.2014 Sala Barts, Barcelona
Promotor: The Project
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