Maldita verdad es la culminación de la trilogía de la Culpa, tras La mujer que no bajó del avión y La última llamada de Empar Fernández. Una novela en que un suceso trágico con un adolescente pone a un aspirante a detective a mirar de resolver el caso.
Cierra la trilogía de la culpa
con una novela en la que hay una tragedia adolescente ¿Cómo nació la idea?
Siempre he creído que el suicidio
de un adolescente es una de las cosas más trágicas a las que podemos
enfrentarnos y el investigar las razones posibles, todo un reto. Todo lo que
explica la novela es ficción, una de las muchas historias posibles.
¿Cree que debemos vigilar más a
los hijos de esta edad? ¿Dónde está el límite de su privacidad?
Es muy difícil responder a esa
pregunta. Creo que para un padre que cree que su hijo está en peligro la
privacidad pasa a un segundo plano. Desde luego que debemos respetarla, pero
cada vez, con la ayuda de las redes sociales, el ámbito privado puede convertirse
en un verdadero infierno. Y no podemos ni debemos bajar la guardia.
¿Ha visto usted casos parecidos
al de la novela en su trabajo como profesora de instituto?
He conocido alumnos que han
protagonizado alguna tentativa de suicidio, afortunadamente han quedado en eso,
en meras tentativas. Como profesora veo a diario adolescentes que experimentan
problemas muy graves y que sufren graves
descalabros anímicos por razones de índole diversa (sentimentales, familiares,
debidas al fracaso académico…).
Con esta novela nace Raúl
Forcano, un detective ‘Low Cost’ ¿Puede tener más recorrido en otras novelas
suyas?
Sí, Raúl Forcano será el protagonista de mi
próxima novela negra que aborda el delicado tema de la venganza.
Convivo con varias personas que
padecen con mayor o menor intensidad dicho síndrome. En cierto sentido tienes
razón, todos lo somos un poco. Un individuo con estas características es muy
tenaz, observador, riguroso… cualidades que necesitaba para mi detective low
cost. Por otra parte la salud mental es un tema que me interesa y que, de
alguna manera, aparece en todas mis novelas.
¿Ha hecho terapia escribiendo la
trilogía de la culpa? ¿Si es así a qué conclusiones ha llegado?
No perseguía hacer terapia al
escribir sobre la culpa. Sin embargo, tras haber pensado mucho al respecto, he llegado a la
conclusión de que es un sentimiento que puede empañar toda una vida. La culpa,
sea cual sea, necesita expiación y no siempre es algo fácil de conseguir.
Se dice que segundas y terceras
partes nunca fueron buenas, sin embargo la crítica dice que la culminación de
su trilogía es la mejor ¿A qué cree que es debido?
Quizás se deba a la propia
historia. Como las anteriores es sórdida, dolorosa, intimista, pero
probablemente más conmovedora y más compleja.
¿Sobre qué tiene pensado escribir
terminada esta trilogía?
Mi próxima novela negra girará en
torno a la venganza. Y, en cuanto a novela sin género, estoy dándole algunas
vueltas a una idea, pero es demasiado
pronto para hablar de ello.
¿Se siente a gusto como
abanderada de la etiqueta Gris Asfalto?
No pretendo ser abanderada de
nada. Improvisar una nueva etiqueta fue un hecho casi casual. Algunos lectores
señalaban que mis últimas novelas (La mujer que no bajó del avión, La última
llamada y Maldita verdad) no eran novelas negras según los cánones estrictos.
Privada de etiqueta decidí inventar una propia que sirve para las novelas muy
urbanas, con personajes completamente normales y que guardan una estrecha relación
con la fatalidad.
¿Tendremos pronto novelas suyas
de narrativa convencional?
Sí, en 2017 aparecerá una novela
que explica la historia de un superviviente catalán de los campos nazis de
concentración.
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