Nace la colección de Novel Negra de Serbal Ediciones 'La orilla negra' coordinada por José Luis Muñoz y nos lo explica en esta entrevista. Xavier Borrell (Barcelona)
¿Cómo nació la idea de crear una nueva colección de novela negra?
La idea hacía años que la tenía en la cabeza, pero no veía el momento ni encontraba la editorial. Este extraño, por productivo, 2016 me senté un día en la cafetería Laie de Barcelona con Noelia Riaño, de Ediciones del Serbal, con quien había publicado dos novelas históricas, “El secreto del náufrago” y “El hijo del diablo”, y le hablé del proyecto, reunir en una colección la literatura negra que se escribe en idioma cervantino en las dos orillas del Atlántico. A la semana me dijo que sí, que le fascinaba la idea, y la editorial se ha volcado para sacarlo adelante.
¿Cuál ha sido el criterio para seleccionar los autores?
Quería que hubiera una cierta paridad entre autores nacionales y latinoamericanos, tanto en el libro “Relatos de La Orilla Negra” con el que abríamos la colección y era el portaestandarte de la misma, como en las seis novelas que hemos sacado a continuación. Tenemos a un autor chileno, Dauno Tótoro Taulis y “La sonrisa del caimán”; un venezolano, Marcos Tarré Briceño y su novela “Bala morena”; y un argentino radicado en México, Rolo Diez, con la premiada con el Dashiell Hammett “Papel picado”. Por el lado español un autor de Albacete que vive en Murcia, Pablo de Aguilar, con “Cuéntame cosas que no me importe olvidar”; un histórico de la novela negra española como Fernando Martínez Laínez con “Destruyan a Anderson, y me he rescatado “Mala hierba”, una novela mía que recibió muy buenas críticas y estaba descatalogada.
¿Qué espacio pretende ocupar que no tengan otras colecciones similares?
El idioma. Las editoriales que publican novela negra están muy centradas en los norteamericanos y en los nórdicos, pero se olvidan de la buena literatura que se escribe en castellano en los dos continentes. El manejo del lenguaje es muy distinto en Barcelona, Madrid o La Mancha del que se produce en Chile, México, Argentina, Panamá, Cuba o Venezuela. Hay temas universales que aúnan esas dos orillas: la corrupción. Pero hay mucha más violencia en la otra orilla que en esta, en donde nos encontramos. Se conoce poco la literatura negra que se hace en Latinoamérica con la excepción de los autores argentinos. Queremos hacer una prospección literaria por geografías tan alejadas como Perú, Colombia o Panamá, en donde seguro vamos a encontrar autores, y descubrir nuevos talentos en España.
Parece ser que está siendo un éxito ¿Se lo esperaba?
La colección ha sido muy bien acogida por los libreros, los colegas e incluso por alguna editorial que nos ha felicitado. Le hemos puesto ganas y esfuerzo al proyecto y hemos cuidado con esmero el diseño de la colección, que me parece espectacular. Hemos conseguido, y eso no nos lo esperábamos, una especie de voluntariado, los autores de La Orilla Negra, que, por su cuenta, sin nosotros pedírselo, están difundiendo la colección. Esto nos produce una gran satisfacción. Hemos empezado con muy buen pie en Madrid, la Semana Negra de Gijón y Barcelona, y vamos a expandir nuestros actos literarios de todo tipo por el resto de la península y por América y por Estados Unidos. Hay una sinergia indudable porque muchos autores del libro de relatos, y los que aparecerán en esa segunda antología, se sienten Orilla Negra y el efecto es multiplicador. Nuestra idea es montar un club literario, abierto a todo aquel aficionado al género, con reuniones periódicas para intercambiar impresiones.
¿En el futuro se abrirá a más idiomas?
No lo descarto, pero entrar en el mundo de la traducción es muy complicado y multiplicaría los costes. Además, ya hay otras colecciones que se dedican a publicar autores norteamericanos, franceses e italianos. No de momento. Creo que tenemos un campo suficientemente amplio en el que movernos ahora.
¿Puede destacar una característica de cada una de las publicaciones?
“Cuéntame cosas que no me importe olvidar” de Pablo de Aguilar es novela social, de aquí y ahora, con sus patas hundidas en esta sociedad desquiciada y maltratada por la crisis que no termina. “La sonrisa del caimán” es un thriller de una complejidad enorme y una gran variedad de localizaciones. Dauno Tótoro Taulis viaja desde el nazismo hasta las multinacionales farmacéuticas para contarnos una historia que atrapa al lector. “Bala morena” es un libro terrible, que transcurre en la selva colombiana, y con la guerrilla de las FARC, y que enfrenta a dos personajes igualmente retorcidos y malvados, un médico al servicio de los interrogatorios de la guerrilla y un paramilitar apresado. En “Papel picado” Rolo Diez, en cierta medida, está novelando sus propias experiencias como militantes del ERP y sus vicisitudes de combate con los sicarios de las juntas militares argentinas que siguen al protagonista fuera del país. En “Destruyan a Anderson” Fernando Martínez Laínez habla de un movimiento guerrillero de extrema izquierda que tuvo el sueño de dinamitar el sistema con las armas, la banda Baader Meinhoff, situando una de las acciones del grupo armado alemán en España. Mi novela “Mala hierba” explora en el conservadurismo de la América profunda para, a través de un asesinato horrendo, denunciar la hipocresía que reina en esas pequeñas comunidades y la podredumbre que hay en ese “mundo feliz” que reprime toda clase de pulsiones. Hay una gran variedad temática y de escenarios en la colección.
También publican un libro de relatos ¿Pretende defender este género tan poco de moda?
Me gusta mucho el género corto. Y tiene razón en decir que en España no está de moda. Sí en otros países. “Los relatos de La Orilla Negra” son un calidoscopio apasionante. El lector va a pasar bruscamente de un relato humorístico a otro de terror, y de éste a uno con aires románticos, y luego a otro de una violencia despiadada. Yo siempre digo que el relato es uno de los géneros más complicados porque en muy pocas páginas tienes que decir muchas cosas y no puede permitirse el autor ninguna digresión ni bajada de tono.
¿Cree que tendrá buena repercusión en el continente americano?
Estoy convencido de que sí. Ya lo tiene. Revistas de Chile, Colombia y Venezuela se están haciendo eco de nuestras publicaciones. También de Estados Unidos. La Orilla Negra va a permitir descubrir al lector español valores absolutamente desconocidos al otro lado del Atlántico, y viceversa, a los lectores latinoamericanos descubrir autores españoles que nos les llegan. En cuanto tengamos los siete primeros libros en formato ebook estoy seguro de que la repercusión será mayor.
¿En qué otros festivales y presentaciones les podemos ver próximamente?
Ya hay apalabrados unos cuantos. En Cubelles Noir y Matarranya Negra, en Agosto. En Noviembre Negro en Sagunto, antes de que acabe el año. También hemos sido invitados a Pamplona Negra en enero. Los festivales tienen una gran importancia por la difusión que hacen de la literatura negra.
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