Volar en círculos, historias de mi vida, es una atípica, como no podría ser de otro modo, autobiografía de David John Moore Cornwell, más conocido por el seudónimo de John Le Carré.
A sus 84 años de edad, Le Carré cuenta a modo de puzle, en grandes brochazos en un lienzo vacío lo que le deparó su vida, desde su trabajo como profesor en la universidad de Eton a finales de los cincuenta, hasta la redacción de Volar en círculos,escrito en el sótano de su chalet suizo que pudo construirse tras el éxito desproporcionado de su tercera novela El espía que surgió del frío, pasando por su función en la embajada británica que no era más que una tapadera de su trabajo como agente del MI5 primero y del MI6 después, sus viajes por el mundo: el Congo, Israel, Camboya, Palestina… para saber de primera mano junto a corresponsales de guerra o periodistas acreditados todo aquello que después pondría en boca de sus personajes, ya fueran estos protagonistas o simples secundarios.
Sí, la vida de Le Carré es como una película, sus historias podrían ser el guión de una excelente película de espías, y ciertamente ese el gran hándicap con el que cuenta este libro: saber separar el grano de la paja, saber cuándo el autor habla en boca de David o cuándo lo hace a través de Le Carré, o lo que es lo mismo, poder discernir si lo explicado es real o ficción.
Si exceptuamos ese pequeño problema que puede generar confusión, disfrutaremos del libro, tanto por sus rocambolescas historias, como por lo increíble que puede llegar a ser que todo lo contado sea verdad.
Lo que queda bien claro es la relación que tuvo Le Carré con Ronnie, su padre, a quien no duda de tildar de embaucador y farsante, teniendo tratos con los salvajes y locos hermanos Kray: Ronnie y Reggie.
El padre del autor pasó temporadas en la cárcel, pidió libros de su hijo que firmó y vendió, perdió la fortuna familiar en el juego, casinos o cartas, y abandonó a la familia cuando David no era más que un niño de ocho años. Hubo una época en la cual noche sí noche también Ronnie pegaba a su mujer primero y a sus hijos después. Ni corto ni perezoso Le Carré puso su colchón delante de la puerta del dormitorio de sus padres ataviado con un palo de golf para que Ronnie no pudiera entrar en la alcoba y moler a palos a su esposa. Se convirtió en el defensor de los débiles. Y todo esto con cinco años, puesto que más tarde su madre abandonó a la familia, creando otra. A día de hoy Le Carré aún no sabe qué tipo de madre fue la suya.
Seguramente Le Carré puede seguir y seguir escribiendo sobre las anécdotas de su vida, lo que vivió para poder escribir esos libros que tanto éxito le dieron, si es que su salud se lo permite, y todos ellos, con esas historias tan vitales, curiosas e históricas seguirán atrayendo al gran público.
No es el único escritor espía, Maugham, Mackenzie o el más conocido Greene también lo fueron, pero sin duda es el más traducido, 36 idiomas en cuarenta países y famoso de todos ellos.
Ameno, curioso, divertido, histórico y en ocasiones real, el propio autor en ciertos momentos no sabe discernir si lo contado ocurrió o no.
SALVA G.
Título: Volar en círculos
Autor: John Le Carré
Traducción: Claudia Conde
Editorial: Planeta
Edición: 1ª edición, septiembre de 2016
Número de páginas: 457 pp.
I.S.B.N. 978-84-08-15586-7
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