Tras su ópera prima Una vida M (Delirium Tremens, 2015) donde el deporte absoluto era el baloncesto, Lara A. Serodio (Vigo, 1984) entrega su segunda obra en la que el deporte que destaca es el futbol.
Pero al igual que en su primer libro, el baloncesto no lo era todo, en realidad era una bella historia de amor, en este Tercero sin ascensor el deporte rey tampoco lo es todo, y de nuevo la fuerza que mueve el mundo es el amor.
Sin duda el punto fuerte de la historia es que toda ella acontece en una única noche. Al igual que After hours (1985) del maestro Scorsese, Into the night (1985) del no menos maestro Landis, vilipendiada por la crítica en su momento o Before sunrise(1995) del director más francés que existe en América, Richard Linklater, por poner unos rápidos y claros ejemplos, los protagonistas de estas historias vivirán una noche loca, con encuentros surrealistas, decisiones extremas, aventuras, confidencias, atracos, borracheras, una fiesta de disfraces donde casi nadie llega disfrazado, engaños, líos, amores imposibles entre una culé de pro con un perico irremediable, y sobre todo muchísimo amor.
Lara A. Serodio conoce a la perfección el tema que trata, llegada de Vigo, su ciudad natal para asentarse en Barcelona compartiendo piso durante trece años con unas desconocidas, Sarita, Anna, Martina y Carmen, que a la postre resultaron convertirse en sus confidentes y sus amigas, escarba en la vida de esas personas y plasma a la perfección la convivencia de ellas en un piso, tercero sin ascensor, pero muy luminoso, amplio, con tres habitaciones, dos grandes con balcones y una interior mediana, en una noche donde se celebra la fiesta de cumpleaños de una de ellas, Lucía.
Sus amigas, amigos, conocidos, y cualquiera que quiera acercarse a su particular fiesta vivirán historias varias hasta acabar con sus huesos en la fiesta pero como dicen, lo que bien empieza mejor acaba.
Silvia, la culé, vivirá un final de liga apasionante, el equipo de sus amores se puede proclamar vencedor de la misma si gana su último partido, en el campo del Espanyol. Llega hasta allí empujada por el amor que siente por Adrià, la cual hace que incluso se vista con una camiseta del equipo rival para poder ligar con él. Todo ello a escondidas de Carlota, hermana de Adrià y amiga de Silvia.
Júlia también vivirá su gran noche junto a Quim. Una noche llena de confusiones, extraños sucesos que la sonrojarán, Quim confunde su amor por James Cameron con John Cameron Mitchell, autores antagónicos donde los haya, e incluso sus gustos culinarios. Sin duda el amor hace que se te nuble la vista.
También hay momentos para la tristeza. La ruptura entre Elena e Iván deja un sabor amargo en nuestra boca tras el atracón de dulce miel que recubre toda la historia. Sin duda en esta vida no todo es de color de rosa.
Tercero sin ascensor resulta ser un excelente ejercicio de complicidad femenina entre las protagonistas, que se quieren, se ayudan y se apoyan en un mundo difícil, marcado por unas pautas claras que deben seguir y de las cuales poco puedes hacer para salirte de ellas.
Tercero sin ascensor entretiene y divierte, y logra sin esfuerzo alguno lo que se propone desde su primera página: contar una noche loca que bien podría sucederle a cualquiera. Más corto que su predecesor, unas doscientas páginas menos, pero casi con la misma cantidad de protagonistas, Lara A. Serodio, habla de la vida misma y del auténtico motor que la mueve: el amor.
SALVA G.
Título: Tercero sin ascensor
Autor: Lara A. Serodio
Editorial: Cross Books (Planeta)
Edición: 1ª edición, enero de 2017
Número de páginas: 379 pp.
I.S.B.N. 978-84-08-16549-1
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