Hace veinte años, una Nochebuena, mi mejor amigo mató a su hermana y se tiró por un barranco
Así comienza el tercer libro en la carrera literaria de Miguel Ángel Hernández (Murcia, 1977) y posiblemente su obra, no solo, más personal, si no la más dolorosa de escribir.
Sinopsis del libro: En la Nochebuena de 1995, el mejor amigo de Miguel Ángel Hernández asesinó a su hermana y se quitó la vida saltando por un barranco. Ocurrió en un pequeño caserío de la huerta de Murcia. Nadie supo nunca el porqué. La investigación se cerró y el crimen quedó para siempre en el olvido. Veinte años después, cuando las heridas parecen haber dejado de sangrar y el duelo se ha consumado, el escritor decide regresar a la huerta y, metiéndose en la piel de un detective, intenta reconstruir aquella noche trágica que marcó el fin de su adolescencia.
Seamos sinceros, el dicho de que la realidad supera con creces la ficción, en este caso le viene como anillo al dedo a El dolor de los demás. Un hecho luctuoso ocurrido en la adolescencia del autor, es el punto de partida para crear una nueva novela, incrustada en el pasado y en la autobiografía de nuevo, tras Intento de escapada (2013) y El instante de peligro (2015) donde buscar la verdad tras un hecho que marcó un antes y un después en su vida.
Pero no contento con eso, una buena historia que contar, Hernández nos la cuenta de la mejor manera posible, haciéndonos partícipes de la acción: la tragedia está contada en tiempo real, tal y como el autor recupera de su memoria los acontecimientos, por un lado, y por otro el proceso al que llega para darle forma a la novela, al más puro estilo Capote o Carrère y su El adversario.
Si El dolor de los demás fuera una película, estaríamos ante ese tipo de cine donde nos encontramos ante una película dentro de una película y es que Hernández nos cuenta: desde el primer instante en que un colega le sugirió que su historia bien podía ser un libro, hasta el momento en que decidió dar el paso más importante de su vida, y al igual que el escribiente Bartleby de Melville se dijo: I would prefer not to.
El autor indaga, regresando a su pueblo y hablando con los vecinos y familiares, la historia que se esconde tras el asesinato y posterior suicidio de su amigo Nicolás.
Un pequeño bar merendero de la huerta en la carretera que lleva a Los Ramos llamado El Yeguas hará de improvisada sala de reunión para todas y cada una de las citas que el autor tiene, primero con sus tres hermanos mayores, que aún viven en el pueblo donde nacieron y crecieron y después con los vecinos del lugar, viejos amigos de pandilla, e incluso su propia prima, Maruja, la mejor amiga de Rosi, la hermana de Nicolás, y verdadera víctima, quien le hará ver desde otra perspectiva lo ocurrido y le hará dar un giro no solo a su visión de los hechos, si no al libro.
El dolor de los demás está perfectamente montada, contada y resuelta, tanto, que es casi imposible diferenciar la realidad de la autoficción, si es que hay algo de ello en ella, pero Hernández se erige no solo en el centro de la narración, si no que consigue restarle protagonismo a los protagonistas principales de la acción: Rosi y Nicolás.
Descarnada y violenta, así son los hechos narrados, pero a la vez cálida y cercana, así resulta la manera en que Hernández nos los cuenta, sin duda estamos ante uno de los mejores y más personales libros del año. Sin duda el autor tuvo que abrirse en carne viva para poder sacar de su interior toda la historia y ello se palpa en su lectura.
SALVA G.
Título: El dolor de los demás
Autor: Miguel Ángel Hernández
Editorial: Anagrama
Edición: 1ª edición, mayo 2018
Número de páginas: 305 pp.
I.S.B.N. 978-84-339-9857-6
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