1923. Una ciudad serpentea bajo el suelo de Mexicali. El anciano Pi Ying, traficante de opio y alcohol, ha protegido allí durante años un misterio que lo acompaña desde que siendo apenas un niño huyera de Shang Hai. El secreto que oculta en esa población fronteriza y peligrosa convoca un elenco de extraños personajes que persiguen su rastro: un ambicioso cazador de animales exóticos obsesionado con los últimos especimenes de cierta bestia prodigiosa; un veterinario vendedor de elixires milagrosos y su hijo, náufragos de la Revolución y de sus propios recuerdos; y un espía del káiser Guillermo II que intenta contactar con Pancho Villa. Cazadores de elefantes sudaneses, recolectores de fósiles del viejo Oeste, empresarios circenses y traficantes de animales se entrecruzan también en esta historia laberíntica, exuberante y rica en secretos como su propia geografía.
«Un viaje por un mundo extraño, abierto al mismo tiempo a la sordidez y a la magia. Una novela que funde como pocas la imaginación y la historia.» Alberto Chimal.
Confieso que no conocía ni había leído nada de Bernardo Fernández. Sin embargo no sucedía lo mismo con la editorial que se hizo cargo de publicar su historia y daba fe de que Salto de Página, si no me había defraudado con sus obras anteriores que habían caído en mis manos, tampoco lo iba a hacer ahora con Ojos de Lagarto. No puedo más que alabar el buen hacer de este novelista y dibujante de cómics mexicano que, sin yo saberlo e investigando un poco, tiene en su haber un gran número de publicaciones. Su estilo es claro y conciso, sabe ir directamente al grano sin dejarse por el camino detalles importantes. De hecho, esta es una novela que se conforma como un magnífico puzzle compuesto de numerosas piezas, piezas que son los personajes y que acaban por confluir con asombrosa precisión.
El trasfondo bien documentado de la novela hace que la historia que se nos cuenta sea increíblemente veraz; sus personajes gozan de un carisma particular y se encuentran muy bien definidos; los escenarios son casi mágicos y Bernardo Fernández (BEF) no duda en recrear algunos ambientes que resultan casi mágicos. A lo largo de casi un siglo ―sin entrar en los detalles propios a los que recurren las novelas históricas―, el autor nos lleva de la mano de las vidas de sus personajes a través de su relación con el objeto y verdadero protagonista de la novela, que no es en sí el monstruo o la especie exótica que nos ocupa, sino la persecución del mito en general. Casi podría hablarse de esta obra como un sutil homenaje a la criptozoología y a sus fieles defensores.
En cualquier caso, Bernardo Fernández consigue que la imaginación del lector vuele hacia esa época de Western en la que la ley se medía a punta de pistola; hacia esos territorios fronterizos que separaban México de Estados Unidos por el Oeste y que propiciaba el tráfico ilegal de alcohol y la mano de obra barata; hacía una época de inmigración masiva y de secretos ocultos bajo tierra, de trapicheos varios y mafias; en definitiva, BEF toma de la mano al lector y lo lleva por los oscuros pasadizos de ese pasado para demostrarle que no todo lo que sabemos es lo que es y que, parafraseando al Shakespeare de Hamlet ―como el mismo autor hace en su obra―, «hay más cosas en el cielo y la tierra, Horacio, de las que puede soñar tu filosofía.» Es una lectura amena y altamente recomendable que, sin duda, invita a conocer más de cerca la obra de este talentoso autor mexicano.
Víctor Morata Cortado
Ojos de Lagarto
Autor: Bernardo Fernández
Editorial: Salto de Página
288 páginas
ISBN: 9788415065340
1ª Edición: Noviembre 2012
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