En el escenario hay un reloj. Marca la misma hora que podemos ver en nuestro móvil cuando una locutora de radio, con voz amable y un tono de nostalgia, nos invita a desconectar. Empieza la última emisión de un programa que durante mucho tiempo ha acompañado la noche de sus oyentes. La presentadora se lo dedica a su madre.
Tres historias enlazadas se representan en el mismo estudio de radio, separadas en el tiempo por más de cincuenta años. El presente se nos muestra en el estudio donde la presentadora entrevista a Felipe, un veterano actor que durante largo tiempo compartió el mismo espacio con Catalina, actriz y escritora. Hasta que los concursos radiofónicos los desplazan, esos actores pusieron voz y cuerpo al Adán y Eva de Mark Twain. La enigmática relación de la pareja radiofónica es la segunda historia del guión escrito por Blanca Oteyza, y la última, de la que toma nombre la obra, se basa en los relatos del clásico: Diarios de Adán y Eva.
Mark Twain escribió su obra en 1835, tras la muerte de su esposa y, marcado por el hecho, atribuye a Eva cualidades como la belleza y la abnegación, pero añade otras que en aquella época se negaban a las mujeres: inteligencia, curiosidad y sobre todo un gran potencial para buscar la belleza en su entorno. Quizás por ello, se enamora de Adán.
La lujuriosa y pecadora Eva de la Biblia, interpretada por Ana Millán y sus variados registros, se convierte en un personaje observador, inteligente, deduce que es un experimento, inventa el lenguaje y charla por los codos, investiga, ordena y etiqueta cuanto le rodea, descubre el fuego, la muerte de las estrellas y le da nombre a los sentimientos. Le llama “pena” a la tristeza que la obliga a llorar por primera vez cuando Adán la aparta de su lado; aún así se enamora de aquel ser solitario y primitivo, holgazán y tosco que evoluciona junto a ella, que aprende una palabra: nosotros.
Acaba la emisión del último programa y el público enlaza las tres historias, gracias a la emotiva interpretación de Fernando Guillén. Adán y Felipe, Felipe y Adán… puede que comprendan que, al igual que Eva, son experimentos y que el Paraíso puede estar en cualquier lugar.
“Después de todos estos años, me doy cuenta de que estaba equivocado respecto de Eva al principio: es mejor vivir fuera del Jardín con ella que dentro sin ella. Al principio, creía que hablaba demasiado; pero ahora me entristecería que esa voz se silenciara y desapareciese de mi vida. ¡Bendita sea la castaña que nos unió y me enseñó a conocer la bondad de su corazón y la dulzura de su espíritu!”
EN LA TUMBA DE EVA
ADÁN: Dondequiera que ella estaba, allí era el Edén.
GRISELDA MARTÍN CARPENA
EL DIARIO DE ADAN Y EVA
Autor: Mark Twain.
Adaptación: Blanca Oteyza, Miguel Ángel Solá y Manuel González.
Director: Miguel Ángel Solá.
Reparto: Fernando Guillén Cuervo, Ana Milán.
Teatre Condal
hasta 20/10/2013
El texto es de 1906.
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