Vivian Maier (Nueva York, 1926 – Chicago, 2009) fue una fotógrafa estadounidense que desarrolló su carrera en la década que va de los cincuenta a los noventa. Inseparable de su cámara Rolleiflex fotografió todo lo que se le ponía delante en las calles, o de su ciudad natal, Nueva York, en donde se afincó al cumplir los veinticinco tras vivir a caballo entre Estados Unidos y Francia, o en Chicago, tras llegar a le treintena, donde pasó el resto de su vida, de las cuales cuatro décadas las dedicó al trabajo de niñera, gracias a lo cual pudo finalmente vivir en un piso que le pagaron tres de los hermanos que ella había cuidado cuando estos eran pequeños.
De padres refugiados judíos, ella francesa, él austríaco, estuvo viviendo en Europa durante mucho tiempo y viajó a países como Egipto, Vietnam o Indonesia, siempre acompañada de su inseparable cámara. Era una mujer hecha a sí misma. Con duras convicciones, y extrañas opiniones: pocos de sus negativos eran revelados, no quería que nadie viera sus fotos, al menos no mientras ella estuviera viva, nunca se quiso casar, coleccionaba periódicos en su habitación y recortaba todos los artículos que tuvieran que ver con violentos sucesos.
Poco se sabe de su vida más allá del encuentro casual de más de 150.000 negativos que salieron a subasta y que casi sin proponérselo compró JohnMaloof (suyo es el documental Finding Vivian Maier, 2013) y de lo que dijeron las personas que la trataron en vida en una serie de entrevistas, filmadas para la ocasión y editadas como documental.
Una vida prestada, la última novela de Berta Vias Mahou (Madrid, 1961) quiere echar un poco de luz a la vida de esta misteriosa mujer, de quien una de las niñas que cuidó, Lena Gensburg, entre 1956 a 1972 llamó: la auténtica y real Mary Poppins, y responder a las preguntas ¿quién fue de verdad la gran fotógrafa? ¿por qué nunca quiso mostrar su trabajo? y ¿cómo explicar tanto misterio?
Vias intenta iluminar una vida atrapada en la oscuridad, en muchos casos literalmente, pasaba mucho tiempo en el cuarto oscuro, llena de penurias hasta el final y falta de lujos (se cree que no revelaba sus negativos por falta de dinero ya que gastaba casi todo su sueldo en comprar nuevos carretes) y lo que bien podría haber sido un descubrimiento casual, lo convierte la autora en una vida orquestada por la propia fotógrafa a su antojo. Incluso conocemos la verdadera historia tras la famosa foto del quiosquero dormido entre periódicos y revistas en Nueva York en 1954.
Podríamos decir que el trabajo de Maier iría a la par que el de nuestro fotógrafo más conocido, Xavier Miserachs (Barcelona, 1937 – Badalona, 1998) en cuanto a la estética y los personajes de sus fotos, siempre en un marco neorrealista. Ambos fotografiaron tanto la ciudad, como sus gentes, pequeños retales de realidad, con sus defectos y sus historias, tal como decía Rod Stewart, cada foto explica una historia.
Con personajes bajo nombres tan dispares como Cara Quemada, Corazón Picado, Frente de Piedra, Zapatones, las hermanas A y B o los hermanos J, Ly M, conocidos vulgarmente como León Azul, Orejas de Murciélago y Pájaro Furioso, aunque bien podrían haberse llamado: Jefrrey, Larry y Michael o Jerry, Lawrence y Martin o Jack, Louis y Marvin o Joe, Lee y Melvin o John, Lane y Matthew…poco importan sus nombres, lo que de verdad importa en esta narración son los hechos, ya que con ellos podemos llegar a comprender la vida de Vivian Maier.
SALVA G.
Título: Una vida prestada
Autor: Berta Vias Mahou
Editorial: Lumen
Edición: 1ª edición, febrero de 2018
Número de páginas: 212 pp.
I.S.B.N. 978-84-264-0442-8
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada