Seré sincero: cuando cayó en mis manos esta biografía sobre la banda de Heavy Metal Black Sabbath, lo primero que pensé fue, maldita sea, ! más de cincuenta años de carrera en menos de trescientas páginas ¡
Pero tras su rápida lectura, al mismo ritmo que cualquier de sus temas más rápidos, desde Paranoid hasta TV Crimes, pasando por Supernaut, Symptom of the universe, Neon knights, Time machine, Back street kids, Trashed o The mob rules, debo admitir que está todo tan bien resumido, que hasta si me apuran, podría asegurar que sobran páginas (esto viene al caso de esa discografía comentada final, algo que durante la longitud del libro ya se viene haciendo) así que sí, la nueva obra de César Muela (Puertollano, 1989) sobre los padrinos del Heavy Metal es una obra digna de la leyenda del grupo.
En Black Sabbath, la obra, encontramos a grandes rasgos y rápidas pero seguras pinceladas, la historia de estos cuatro desarraigados que iniciaron un grupo de música en su Birmingham natal sin ser conscientes de lo que estaban creando, del legado que dejarían y de la cantidad de discos vendidos y giras realizadas que llevarían a cabo.
Esos diecinueve discos de estudio están comentados en el libro, tanto sus canciones como las anécdotas de grabación, así como las razones que llevaron a tomar ciertas decisiones, en unos casos acertadas en otros absolutamente contraproducentes. También encontramos información sobre las diferentes encarnaciones del mismo, ya que no siempre estuvieron en él Tony Iommi (guitarra), Ozzy Osbourne (voz), Geezer Butler (bajo) y Bill Ward (batería), los cuatro que dieron forma a la banda en aquel lejano año 1968. Así tenemos información sobre la etapa de Ronnie James Dio, Ian Gillan o Tony Martin, por nombrar alguno de los vocalistas que pasaron por la banda o músicos de la talla de Cozy Powell, Glenn Hughes, Neil Murray, Bobby Rondinelli o el que sorprende más que el propio Gillan, voz de Deep Purple, Bev Bevan.
La influencia de la banda es tal, que cuando se rodó la película Spinal Tap uno de los sketchs que aparecen en ella, está directamente extraído de una de las historias de Black Sabbath.
Y eso por no hablar de su influencia musical en bandas que vinieron después como podrían ser los poderosos Metallica, con James Hetfield a la cabeza, o Steve Harris, alma tras Iron Maiden, banda fundamental en el devenir de la nueva ola del metal no solo británico, sino mundial.
Y si rizamos más el rizo, hasta podemos admitir que un movimiento musical como lo fue el Grunge, también estuvo influido y de qué manera con la música de estos cuatro amigos y eso que la capital de dicho movimiento fue Seattle, ciudad a casi 5000 kilómetros de Birmingham. Por no hablar de que hasta el mismísimo Johnny Rotten, líder de Sex Pistols, grupo estandarte del movimiento Punk, decía que Black Sabbath había sido toda una fuente de inspiración para la banda.
Nadie duda de qué han sido, son y serán Black Sabbath en el mundo no solo del Heavy Metal sino en la música en general, de su enorme legado, de la revolución que supuso su música y como es lógico su caída a los infiernos una vez estuvieron en el cielo.
Mucho se habló estos meses pasados tras la muerte de Eddie Van Halen de su potencial con la guitarra, de todo aquello que había creado, de cómo Van Halen, la banda, su banda, revolucionó la música a finales de los setenta (hasta fueron teloneros de Black Sabbath y cada noche los barrían del escenario), resultó clave para las siguientes generaciones, pero seamos sinceros, lo que Tony Iommi consiguió con los riffs que extraía de su guitarra, creó cátedra, dio sonido a un estilo, imagen y hasta consiguió con su banda, tras la entrada de Dio, que los fans pusieran de moda levantar la mano extendiendo el dedo índice y el meñique imitando unos cuernos.
Que nadie malinterprete mis palabras. Adoro a Van Halen. Ambas épocas. La alocada junto a Dave Lee Roth y la más reposada junto a Sammy Hagar. La gran diferencia entre ambas es que en la primera de ellas no hablaban del amor. Es más, siempre recurro a ellos cuando veo que mi día tiene toda la pinta de ser un día plomizo, gris y pesado. Pero lo de Black Sabbath es otra liga. La misma en la que pueden estar Deep Purple o Led Zeppelin. Después ya vendrían Iron Maiden, Judas Priest, Motörhead, Metallica...sí, como reza aquella famosa frase, la misma que podemos encontrar impresa en alguna que otra camiseta: “Solo puedes confiar en ti mismo y en los seis primeros álbumes de Black Sabbath”
No quisiera acabar esta reseña sin añadir una pequeña anécdota personal. Y no es otra que mi primera camiseta de una banda fue de Black Sabbath. Convencí a mi madre de que no es que quisiera, es que necesitaba una camiseta con la portada de Sabbath bloody sabbath, quinto álbum del grupo editado en 1973. Tras mucho discutir, mi santa madre accedió a ello. Pero con una condición: de ninguna manera sería negra. Así que ahí estaba yo, a principios de los ochenta, con poco más de diez años, con una camiseta en color azul cielo y esa tremenda portada, más contento que unas pascuas.
Eso representa Black Sabbath para todo aquel que ama el Metal.
SALVA G.
Título: Black Sabbath
Autor: César Muela
Editorial: Ma Non Troppo
Edición: 1ª edición, 2021
Número de páginas: 268 pp.
I.S.B.N. 978-84-18703-02-7
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