Ambrosia Wellington, Amb para los amigos, es una mujer más o menos felizmente casada que recibe una invitación vía correo electrónico para asistir a un reencuentro de antiguos alumnos de la Universidad Wesleyan en Connecticut (sí, existe; no había oído hablar de ella en mi vida, y viendo el putiferio que parece haber en sus residencias y fraternidades, si hacemos caso a la novela, no creo que anden muy contentos con ella). Casi simultáneamente, y habiendo decidido no ir, recibe una misteriosa carta que le hace cambiar de opinión.
“Tenemos que hablar de lo que hicimos esa
noche”
Chicas encantadoras es una novela
de la canadiense Laurie Elizabeth Flynn, autora especializada en novelas para
“jóvenes adultos”, según la web lecturalia.com. Sí, lo reconozco, con ella me
ha pasado lo mismo que con la universidad: no tenía ni idea de su existencia.
En efecto, la novela se dirige claramente a ese público que acaba de dejar
atrás la pubertad, aunque he de decir que también la podrán disfrutar lectores
más maduros, a pesar de un final en el que la justicia prevalece (y no hablo de
la justicia legal) que, sin ser decepcionante, está enfocado a su público
objetivo.
La carta mencionada más arriba
anticipa ya que nos vamos a encontrar un misterio que, de momento, solo Amb
conoce, y que por supuesto solo se resolverá en las últimas páginas de forma
completa. La autora maneja hábilmente la información, dosificando con
cuentagotas las pequeñas pistas y revelaciones a lo largo de la trama.
No se equivoquen, Chicas
encantadoras no es una novela negra. Aunque, como siempre, si hay diez
escritores en la sala, habrá diez opiniones distintas acerca de esto. Aquí no
hay un mafioso vestido de Armani, una joven viuda pelirroja con un pitillo
humeante y un vestido escotado ni un yonqui atracando una farmacia a punta de
navaja. Ni siquiera hay una pistola en manos de alguien. La cosa no va por ahí
en este thriller. Lo que sí hay es maldad, mucha, y violencia verbal,
psicológica, que puede ser igual de destructiva que la violencia física. Incluso
más. Y además, no deja rastro. De lo que hablamos aquí es de personas que
manipulan, inventan, engañan… Personas tóxicas a las que todos, en mayor o
menor grado, hemos conocido. La maldad aparece de forma gradual en capítulos
que alternan pasado y presente, presentando al lector los hechos de entonces
que son necesarios para la comprensión de lo que ahora ocurre. La Amb
universitaria siente que no encaja en su primer día en Wesleyan, así que se
convierte en una persona vulnerable que busca la aceptación de los demás. La
víctima perfecta para una persona como Sloane Sully, una de sus compañeras de
clase. El lector observa cómo Amb se dirige al más absoluto desastre sin poder
evitarlo, sin siquiera ser consciente de ello, atraída por la poderosa personalidad
Sully.
“La gente pensaba que el cuerpo era el arma
más mortífera que teníamos las chicas. No tenían ni idea de las montañas que
éramos capaces de mover con la imaginación”.
Flynn muestra un talento especial
para mostrarnos la evolución de la protagonista, cómo ha llegado a ser la
persona que es al final de la historia. También para hacer llegar al lector su
forma de pensar, claramente autodestructiva. Pero, sobre todo, para jugar con
ella, convertirla en una marioneta en manos de Sully, de modo que el lector es
consciente de todo lo que ocurre, mientras que Amb no se entera de la misa la
media. Como un insecto que, en medio de la noche, se dirige hacia la trampa
eléctrica que acabará por freírlo con un chisporroteo.
Chicas encantadoras, sí. Pero de
serpientes.
Alberto Pasamontes
Chicas encantadoras
Laurie Elizabeth Flynn
AdN de novelas
Año 2022
Nº de páginas: 392
ISBN: 9788413626802
Traductor: Mª CRISTINA MARTÍN SANZ
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