La vida ante sí
Título original y año de publicación: La vie devant soi, 1975
Autor: Émile Ajar (Pseudónimo de: Romain Gary)
Traducción: Ana María de la Fuente
Editorial : Plataforma
Primera edición (numerada): octubre de 2001
Páginas 224
ISBN: 978-84-935962-0-0
Romain Gary nació en Lituania, pero por origen familiar se consideraba judío ruso y nunca habló lituano, sino ruso y yídish. Dado que su padre biológico, un judío ruso, nunca lo reconoció, su madre le hacía pasar por hijo de Iván Mozzhujin, una estrella del cine ruso. Acabó viviendo en Niza junto a su madre y combatiendo como piloto en el ejército francés durante la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente trabajó como diplomático en Los Ángeles, Sofía y Nueva York.
Como escritor empleó los seudónimos: Émile Ajar, Fosco Sinibaldi y Shatan Bogat. Es el único escritor en la historia que ha ganado dos veces el Premio Goncourt, la segunda vez con el seudónimo de Émile Ajar y con la obra que nos ocupa, La vida ante sí. Se suicidó en París en 1980.
La vida ante sí explica las desventuras de Momo, un adolescente árabe que no ha conocido a sus padres y que vive en París con Madame Rosa, una ex prostituta judía de cerca de 70 años que sobrevivió a un campo de concentración y que se gana precariamente la vida dando albergue temporal en su casa de París a los hijos no deseados de las prostitutas del barrio, los hijos de putas. Sabiendo que su salud y sus recursos se están agotando. Madame Rosa trata a Momo como a un adulto confesándole sus problemas y obligándole a prometerle que jamás permitirá que la internen en un hospital. Madame Rosa, una adaptación cinematográfica de la novela La Vie devant soi, protagonizada por Simone Signoret en el papel de la vieja prostituta judía, obtuvo en 1977 el Óscar a la mejor película extranjera.
La vida ante sí es la novela más emocionante que he leído en años. Tierna y durísima a la vez, la fluida voz de Momo narrando en primera persona las dolorosísimas circunstancias en las que se desarrolla su vida, es una de las voces más poderosas de la literatura contemporánea. Por otra parte, a pesar de que han transcurrido varias décadas, La vida ante sí ha resistido a la perfección el paso del tiempo, y todo cuanto en ella sucede puede ser extrapolable, hasta la última coma, a nuestro contexto actual plagado de Momos y de Madames Rosa. Desvalido y fuerte, infantil y maduro a fuerza de golpes y de soledad, curioso y sabio a su manera; es Momo un personaje en formación, un niño que se hace adulto con las pocas ideas que ha conseguido capturar en su paso por la vida y completamente al margen del mundo académico.
Especialmente recomendada a aquellos lectores que busquen emociones fuertes de aquellas que se alimentan de la realidad en sí misma, emociones de las que no necesitan para nada de “efectos especiales”.
Empar Fernández
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