El protagonista, sin nombre alguno en la novela, ronda supera la treintena, tiene una novia de nombre Alena y una muy buena amiga llamada Alex. También padece un desorden genético que afecta al tejido conectivo y podría sufrir un aneurisma aórtico en cualquier momento. Alex le pide que sea el padre de su hijo, haciendo una donación de esperma (sin duda este es el instante más hilarante de la novela, al más puro estilo Woody Allen, nuestro protagonista/autor se encierra en una pequeña sala llena de videos pornográficos y tras leer el aviso que se le hace a los donantes de la posibilidad de que su esperma se contamine, una y otra vez, por diferentes causas, todas ellas absurdas, se lava las manos por temor a esa maldita contaminación), lo que conlleva dejar a Alena: Alex no ve con buenos ojos que tenga una relación con otra mujer cuando será el padre de su hijo.
Ben Lerner tenía que publicar su segunda novela, esa que le llevará a la fama o lo tirará al ostracismo, al igual que el protagonista; ambos editaron un relato en The New Yorker; ambos recibieron un adelanto suculento para un nuevo libro tras el éxito del primero; ambos dudan qué dirección tomar en su segunda novela…
Creemos que son suficientes coincidencias para afirmar que 10:04 se torna diario autobiográfico en algún momento de su lectura sin que nos demos cuenta de ello hasta haber finalizado su lectura.
Lerner quiere proyectarse en varios futuros simultáneos, de ahí ese título: 10:04, justo la hora en que un rayo devolverá a Marty McFly a su tiempo, al presente futuro, tras llevarle al pasado, y lo consigue mezclando hábilmente realidad con ficción: no duda en explicarnos que en una hipotética novela cambiaría su problema médico a otra parte de su cuerpo, el nombre que le pondría a todos y cada uno de los protagonistas: Alena sería Hannah, Alex sería Liza, Jon sería Josh e incluso el Dr. Andrews sería el Dr. Roberts…
Lerner juega con el lector, superpone la realidad con la ficción, y la ficción con la realidad, las mezcla, las agita, y nos las sirve para que nosotros, al bebérnosla decidamos su parte de verdad o mentira.
10:04 tiene mucho de Woody Allen, que el protagonista tenga tantas dudas le acerca a cualquier personaje del genio americano, pero sus historias están mucho más elaboradas que las del director, en eso sale ganando Lerner.
Inteligente y por momentos divertido ejercicio metaliterario de un escritor que deberemos seguir sus movimientos futuros.
SALVA G.
Título: 10:04
Autor: Ben Lerner
Traducción: Cruz Rodríguez Juiz
Editorial: Reservoir Narrativa
Edición: 1ª edición, febrero de 2015
Número de páginas: 287 pp.
I.S.B.N. 978-84-16195-10-7
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