Dos noches recaló la gira mundial del músico de New Jersey Bruce Springsteen y su inseparable a día de hoy E Street Band en Barcelona, un evento que nadie se debería de perder en su vida.
No hablaré de la relación de la ciudad con Bruce, personalmente creo que es inexistente, para muestra un botón: el siguiente concierto lo dio en Frankfurt y fue más extenso en cuanto a duración, e interpretó más temas que cualquiera de las dos noches en la ciudad condal, pero sí hablaré del público barcelonés: ellos son los verdaderos artífices del éxito de Springsteen en Barcelona y no el propio Springsteen.
No son las canciones, pero podrían serlo, no es la banda, pero podría serlo, no es el propio Bruce, que podría serlo, es la actitud del público con respecto a la música y a los músicos: 100 % positiva.
Así que ese sentimiento hace que desde el primer instante aquello sea una fiesta. Mucho antes del: “Bona nit Barcelona”, mucho antes de que sonase por el P.A. del recinto a modo de introducción el “Last dance” de Donna Summer como homenaje personal del grupo a la diva, el público ya vibraba. Primero haciendo la famosa ola. Costó, pero al final empezó desde el lateral izquierdo mirando al escenario por parte de la gente venida por Stone Ponyy y Point Blank y acabó uniéndose la parte central del estadio, y segundo coreando desde el inicio “Badlands”, el primer tema de la noche y no parar de hacerlo hasta el final del mismo con la traca de: “Born in the U.S.A” esperada por todos y con las luces del recinto encendidas, “Born to run” con un Max Weinberg empujando, “Bobby Jean” coreada sin remisión, “Dancing in the dark” con todo el público en pie, literalmente bailando y la emotiva “Tenth avenue frezze-out”, con recuerdo y homenaje al desaparecido Clarence Clemons que volvió estar presente anoche aunque solo fuera en nuestros corazones primero, y en las pantallas del concierto después. Cinco canciones extraídas de dos discos clásicos: “Born to run (1975)” y “Born in the U.S.A (1984)”, que casualmente cerrarían también como traca final, por mmucho que los presentes esperasen más, la segunda noche. No pudo ser y no hubo nada especial en la recta final del concierto.
Entre medio hubo tiempo para todo. Desde el lucimiento de cada uno de los miembros del grupo, llevándose la palma, obviamente Jake Clemons, sobrino del fallecido Clarence Clemons, a la interacción de Bruce con su compinche Steve Van Zandt, tanto a la hora de tocar la guitarra como de cantar estrofas cedidas por el Jefe para su lucimiento personal.
Dedicó la sombría “Jack of al trades” de su nuevo disco “Wrecking ball (2012)” al movimiento 15-M “i als que lluiten a Catalunya”.
Los sonidos irlandeses regresaron con “Death to my hometown” también de su último disco.
“My city of ruins” sufrió una mutación en vivo. Un coctel de soul y funk, reforzado por la sección de viento que no acompaña a la E Street Band en esta gira, si no que pertenece a la E Street Band, como muy bien dejó claro Springsteen a la hora de presentarlos.
“Out in the streets” fue la primera incursión al monumental “The river (1980)” primer disco número uno del artista y donde lució de nuevo Jack Clemons al saxofón.
“Talk to me” fue una sorpresa. Un viejo tema de 1978 grabado por Southside Johnny del cual Bruce repescó para “The promise (2010)”, de nuevo con un sabor soul en sus arreglos bastante marcado.
“Murder incorporated”, aquel viejo tema inédito hasta su inclusión en el “Greatest hits (1995)” grabado en 1982, sonó como un disparo y más por hacerlo entre “Youngstown” y “Johnny 99”, temas estos pertenecientes a dos de sus discos más “tranquilos” como son “The ghost of Tom Joad (1995) y “Nebraska (1982)”.
Particularmente decido destacar a Max Weinberg, por su inacabable fuerza a la hora de pegar los parches de su pequeño kit de batería y a Roy Bittan, con el final de “Racing in the streets” del segundo día me di cuenta el porqué le llaman El Profesor.
Evidentemente en más de seis horas de concierto contando las dos noches, podríamos estar escribiendo hasta aburrir, pero no es nuestra intención. Al contrario, lo que queremos es que leyendo esto os divirtáis tanto o más que nosotros en el concierto.
Para ello explicaremos el momento final cuando Bruce cae desfallecido sobre las tablas del enorme escenario y su compinche Van Zandt con una esponja mojada le tira por encima como un boxeador noqueado sobre el ring agua para despertarlo y poder continuar con su trabajo.
Bruce ya no es el que era. Sus carreras sobre el escenario son a trote cochinero, pero sigue ofreciendo extensos conciertos llenos de fuerza, magia, emoción, ganas de vivir, diversión y buena música que como siempre es lo más importante en este caso.
Como “Two hearts” la segunda noche o una excelsa “The E Street shuffle” única concesión a su primer disco que tocó por demanda de un asistente y sonó como un cruce de R&B emocionante que hizo bailar tanto o más que “Dancing in the dark”.
O el estreno de “You can look (but you better not touch)” con ese aire de rock and roll básico desenfrenado que llevó al frenesí al público dando palmas en su parte final, con el delirio de Bruce y Van Zandt en escena.
“Waitin’ on a sunny day” cumplió el sueño de algún padre. ¿Por qué? Sencillo. Es el tema en el cual Bruce sube a escena a un niño / a del público para que cante la famosa estrofa del tema. La primera noche el afortunado fue Carlos García. Su hija Irene cantó junto a Bruce. La segunda noche le tocó el turno a Manuel Fuentes. El famoso periodista de Catalunya Radio. Su hijo tuvo el honor de cantar con Bruce la efervescente canción.
Deberíamos comentar que la segunda noche el grupo se vio más suelto. Y por ello cayeron más sorpresas de lo habitual.
Desde la inicial “Night” seguida por “The ties that bind” donde se comprobó que el grupo estaba suelto, hasta la incorporación de “Two hearts”, “Trapped” viejo tema de Jimmy Cliff, “Because the night”, con letra de Springsteen y no de Patti Smith, “Downbound train” o el rockabilly de “Working on the highway”.
En definitiva, excelentes los conciertos de Bruce y su grupo en Barcelona, demostrando el porqué de su apodo, y confiando en su nuevo disco (sete temas fueron interpretados del mismo cada noche) amén de la ristra de clásicos que interpreta la banda, muchos de ellos renovados estilísticamente para esta nueva gira. Todo un acierto.
Esperamos su vuelta pronto y desde aquí invitamos a que al menos una vez en la vida la gente pueda asistir a uno de los conciertos de Bruce Springsteen and the E Street Band: es algo inolvidable.
Texto: SALVA G.
Fotos: JOSEP GARGANTÉ
Bruce Springsteen and the E Street Band
Estadi Olimpic Lluis Companys
17 y 18 de mayo de 2012
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