Creo que todos tenemos una idea de los tópicos que se suelen manejar entorno a la adolescencia, la juventud, la vida universitaria y los conflictos generacionales. Ocurre, sin embargo, que los tópicos, como las leyendas, suelen tener una corriente subterránea de verdad, más allá de la deformación de la realidad.
Con esta premisa, David Nicholls ha creado una novela veloz, divertida y ácida, en ciertos momentos repleta de una ternura acongojante, y en ocasiones un tanto débil. Este escritor utiliza los tópicos arriba mencionados para redibujar un cuadro que hemos visto muchas veces: un chico que abandona el hogar de su madre viuda para adentrarse en el mundo universitario sin más expectativa que vivir la aventura universitaria, el primer islote de libertad. No falta la chica guapa, la amiga/medio confidente rarita, los amigos frikis, ni siquiera el acné y el sexo onanista. Desde el principio, uno ya intuye qué va a pasar, imagina muchas otras novelas y películas iniciáticas y sí, el camino es el mismo. ¿Aburrido? En absoluto, de verdad. Previsible, por supuesto. No esperes sorpresas, salvo el golpe final, agridulce.
Tiene esta novela unas cualidades innegables: un sentido del humor que roza lo exagerado por exceso continuamente, una concatenación de chistes con un par de giros magistrales; el personaje llega a resultar realmente exasperante, pero incluso cuando nadie entiende sus chistes inteligentes, el lector puede sonreír. El mundo es duro a los dieciocho años.
Particularmente, creo que el mejor momento de la novela tiene que ver con Spencer, amigo del protagonista. Tal vez uno busca reflejos en los que reconocerse al leer. Me hubiese gustado conocer mejor a ese amigo.
Otro punto a su favor es el juego que al principio de cada capítulo te propone el autor. Planteado como el concurso de preguntas y respuestas de estudiantes que da origen al título y al hilo argumental, se hacen preguntas (algunas imposibles para mí, de verdad) y al final acabas intentando dar con la respuesta antes de mirarla. Un juego inconsciente y muy logrado.
Creo que lo que Nicholls pretende es plantearnos si el conocimiento y la sabiduría pueden equipararse. Obviamente, Brian, el protagonista, es un chico con muchos conocimientos pero dista mucho de ser sabio. Pero en mi opinión la profundidad de los personajes es superficial y no permite ahondar realmente en la cuestión.
A modo de conclusión: una novela ácida y por momentos tierna, ligera de leer, sin pretensiones narrativas, una historia que ya hemos leído otras veces, pero que siempre gusta volver a leer de un modo inteligente como nos plantea David Nicholls. Una buena novela para leer sentado en la playa esperando el Otoño.
Buena lectura a tod@s
Victor del Arbol
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David Nicholls
Editorial MAEVA
Nº de páginas: 384
ISBN: 978-84-15120-94-0
Año: 2012
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